- Autor del texto – Antonio Cuadra
- Autor de fotos – AC
- Autor acción – Vicente Arenas
- Fecha – 19/03/2015
Cualidades no le faltan a este CityBlade: ruedas de 14 pulgadas, baja altura, amplio suelo plano, frenos de disco en ambas ruedas, motor sencillo y fiable… Incluso hasta un precio de lo más asequible: 1.699 €. Toda una “espada urbana” bien afilada para cortar los atascos diarios en horas punta.
Se presentó en el Salón de Milán de 2013 y se ha hecho esperar. El CityBlade (espada urbana en inglés, y “segunda espada” de Keeway después del GT SilverBlade) es un scooter urbano de nueva generación dotado de ruedas medias de 14 pulgadas, lo que significa situarse en el punto medio entre las altas de 16 y las pequeñas de 10-12 pulgadas, consiguiendo de esta manera un óptimo compromiso entre estabilidad y manejabilidad. Viene a ser el concepto que introdujo Honda con el PCX, que tanto éxito ha tenido pero adaptándolo a la funcionalidad y precio asequible: menos tecnología de gadgets, sin refrigeración líquida, plataforma plana para apoyar los pies, manillar carenado y frenos de disco en ambas ruedas.
El resultado es un scooter utilitario con diseño acertado y muy personal que cuesta 1.699 €: 1.050 € menos que el PCX, más lo que te ahorras con el seguro por un año, y como Keeway quiere hacerlo popular, con una financiación especial al 0%.
Y aunque no tenga tanto gadget como el PCX viene completito en cuanto a equipamiento: detrás de su pequeña cúpula encontramos un cuadro de instrumentos con reloj cuentavueltas (zona roja a las 10.000 revoluciones) entrelazado con una pantalla LCD que reúne todo tipo de información (velocímetro, hora, nivel de gasolina y cuentakilómetros varios) retroiluminado en un naranja suave, cerradura de contacto con obturador y apertura de asiento centralizada, gancho portabolsas escamoteable, mandos de buen tacto con intermitentes de emergencia y cortacorrientes y caballete lateral de los que no se pliegan solos. Lo único que no nos ha gustado, así de primeras, es la profundidad del hueco para el casco bajo el asiento que solo da cabida a uno jet o abierto (nada de integrales), lo que obligará a su usuario a montar un baúl sobre el portabultos plano, con los anclajes para recibirlo y que además integra las asideras laterales para el pasajero.
En cuanto al motor, Keeway ha partido de la mecánica de última generación que estrenó con el Zahara y que a lo largo de estos dos años ha demostrado una gran fiabilidad. El motor se ha desarrollado con el objetivo de la máxima eficiencia con soluciones que minimizan los rozamientos (mínimas fricciones) para consumir menos y ofrecer las mejores prestaciones. En el Zahara se empleaba una rueda posterior de 10 pulgadas, y para montar la rueda de 14 de este CityBlade se han tenido que alargar los cárteres, conservando el mismo conjunto de transmisión por variador (solo cambia la correa que es más larga). De ahí que la tapa exterior del lado izquierdo sea diferente.
Por cuestiones de economía de adquisición, se sigue empleando el carburador tradicional para la alimentación. Sin embargo, con la adaptación no se ha conservado el pedal de arranque: un accesorio en vías de extinción y que nos puede sacar de un apuro cuando empiece a fallar la batería.
A bordo
Nada más acomodarnos en su asiento sorprende que las ruedas de 14 pulgadas no le hayan afectado a una altura de 760 mm: bastante contenida y que permite apoyarse con las dos plantas de los pies en el suelo por bajito que seas; incluso con las piernas ligeramente flexionadas: un detalle que da sensación de control para usuarios que se inician en la convalidación. A la hora de subir los pies sobre las plataformas, también resulta cómodo el CityBlade sorprendiendo el amplio espacio que queda por delante de las rodillas tanto por el salvapìernas como por el giro del manillar. Ni siquiera los más altos, como lo demuestra en las fotos Vicente Arenas con su metro noventa, tendrán problemas de habitabilidad. Todo un logro: saber contentar a cualquier talla. Y por si fuera poco, puedes estirar las piernas a lo “custom” y relajarte apoyando los pies en las prolongaciones inclinadas delanteras de la plataforma. El asiento está bien estudiado de formas, con un mullido blando y cómodo, además de disponer de un tapizado antideslizante.
Las dimensiones del CityBlade son compactas, casi idénticas también a las de la PCX con la que nos trae recuerdos, pero para nada pequeñas. La sensación al conducir el CityBlade con su manillar elevado es que todo el vehículo se encuentra por debajo del asiento, hace gala pues de tener su centro de gravedad bajo y resulta fácil de cambiar de dirección con movimientos de cintura.
La unidad de pruebas tenía un motor sin rodar y estaba algo duro todavía para exigirle. De hecho, esperamos a que contabilizara 500 km en el marcador para montar la telemetría y registró peores resultados que los que obtuvimos con el Zahara. No obstante demostró un funcionamiento suave carente de vibraciones y ruidos.
Línea de tierra
No solo las dimensiones son muy parecidas a las del PCX, sino que incluso ambos modelos coinciden en las anchuras de los neumáticos de 14 pulgadas con un 90/90 delante y un 100/90 detrás. Con las presiones correctas no se aprecia esa sensación de ir de “puntillas” como en el PCX, y el agarre es correcto, al menos con tiempo seco.
De lo que sí puede presumir el CityBlade es de ir sobrado a nivel de frenos. Con unas prestaciones normales y su bajo peso, no hubiera sido de extrañar que en Keeway decidieran que sobraba con un tambor trasero, pero no ha sido así y se agradece la elección de dos discos Wave en medidas de 240 mm para el tren delantero y 220 mm para el trasero. Hay potencia de sobra para detenerse en el mínimo espacio y resulta fácil de dosificar.
En cuanto a suspensiones, el CityBlade lo hace bastante bien con una horquilla delantera de tarado correcto que absorbe cualquier irregularidad y con una pareja de amortiguadores que pueden funcionar con toda normalidad en la posición de precarga más blanda incluso con pasajero.
En compañía
El CityBlade recibe de muy buen grado un acompañante ocasional. Si ya de por sí, el asiento del conductor es bajo, el del pasajero también y eso supone pasar sin problema una pierna al otro lado del asiento para acomodarse sin temor a que nos de un calambre. Una vez sentados, se dispone de amplia superficie acolchada con los pies descansando en unas estriberas fijas (hubiera sido mejor unas desplegables como las de su hermano el Logic), lo que obliga a apoyar solo los tacones con las puntas hacia fuera. Las manos se agarran muy bien en las asideras que integra el portabultos.
Con lupa
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El detallazo
Sorprende el giro del manillar de la CityBlade: como se muestra en la imagen, casi lo puedes poner a 90 grados con respecto al eje longitudinal del scooter. Y eso supone hacer unos radios mínimos de giro de 1,95 m (comprobado) lo que te permite maniobrar más fácilmente o incluso girar entre coches parados de un tirón, sin tener que moverte hacia atrás. Otra cualidad que le hace más urbano.
Prestaciones con nuestro equipo de telemetría
Aceleración 0-50 m | 6,07 s (45,2 km/h) |
Aceleración 0-100 m | 9,56 s (56,8 km/h) |
Aceleración 0-400 m | 24,69 s (80,8 km/h) |
Aceleración 0-1.000 m | 50,35 s (84,7 km/h) |
Aceleración 0-100 km/h | NO LLEGA |
Velocidad máxima | 86,2 km/h |
Consumo | 3,33 l/100 km |
Autonomía | 210 km |
Peso total lleno | 128,1 kg |
Reparto tren delantero | 37,6% |
Reparto tren trasero | 62,4% |
Precio Frenos Habitabilidad |
Motor poco potente Sin pedal de arranque Hueco del casco |
Ficha técnica/ Equipamiento/ Precio/ Galería Imágenes
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Rivales directos | Daelim S1 125 FI Honda PCX 125 |
Peugeot CityStar AC 125 Yamaha Majesty S 125 |