- Autor del texto – Antonio Cuadra
- Autor de fotos – AC
- Autor acción – Carlos de la Cuadra
- Fecha – 06/12/2015
La Superlight se ha convertido en una de las customs favoritas del mercado de la convalidación. Posiblemente, buena parte de ese éxito se debe a que se trata de un producto de calidad, con un atractivo bien conseguido, y a un precio de lo más asequible. Además esta versión no L.E. (Limited Edition) se lleva de largo el galardón a la custom mejor equipada.
A la Keeway Superlight la conocemos en las tres versiones L.E. (Limited Edition): negra, blanca y verde militar. Pero también se ofrece en la versión Superlight a secas, y no es precisamente una “básica” ya que, por detalles, aporta muchas opciones de serie que incluso la posicionan como la custom del mercado de convalidación con el más alto nivel de equipamiento.
Para empezar, esta Superlight cuenta con un parabrisas de media altura en cristal ahumado anclado a la tija superior de la horquilla y que le impone ese toque Custom Touring. Otro elemento exclusivo de esta Superlight son las defensas laterales sujetas a la doble cuna del bastidor y fabricadas en tubo de acero de gran diámetro con acabado cromado; las defensas son muy compactas, no resultan para nada aparatosas y cumplen perfectamente su labor de proteger la integridad de la Superlight en caso de caída.
Otro detalle son los faldones laterales con tachuelas que incorpora el asiento. Es el mismo que utilizan las Superlight LE pero con estas piezas de tapizado negro (del mismo material que el del asiento) y cuya misión es cubrir la parte superior de los amortiguadores para que los pantalones del conductor no se enganchen con las espiras de los muelles.
Y el último detalle que aporta esta Superlight son unas alforjas laterales a juego con los faldones del asiento con los que se consigue una gran capacidad de carga. Sin duda es el detalle más destacado de este modelo y de ellas nos ocuparemos con más detalle en el apartado “El detallazo”.
Todo este equipamiento se añade al ya de por sí elevado nivel que conocíamos en las Superlight LE: motor monocilíndrico 4T con distribución OHV por varillas y dos válvulas dotado de eje de equilibrado para minimizar vibraciones, escape con doble salida superpuesta por el lado derecho (inspiración Harley-Davidson) llantas lenticulares en 16 pulgadas con freno de disco delantero y tambor trasero, caballetes central y lateral, depósito de gasolina con capacidad para 15 litros, plataformas-estriberas para el conductor en posición adelantada y una completísima instrumentación compuesta por dos relojes (velocímetro y cuentavueltas) situados en el centro del manillar y una tercera esfera dedicada al nivel de gasolina sobre el depósito.
Obviamente el comportamiento de esta Superlight apenas varía respecto al de la Superlight LE que probamos aquí, salvo que parabrisas y alforjas le dan un enfoque más turístico. Lo mejor es que todo este equipamiento de más no repercute en el precio que se mantiene en los 1.999 € al igual que las versiones LE.
A bordo
Keeway no declara la altura del asiento de la Superlight pero te podemos asegurar que es muy bajita, tanto que llegas perfectamente al suelo con las dos plantas de los pies doblando las rodillas. Cuando toca apoyar los pies en las plataformas-estriberas, la Superlight requiere adelantar mucho los pies aunque tampoco sin estirar exageradamente las piernas, lo que la convierte en una moto válida para cualquier talla y muy cómoda ya que su asiento tiene formas de silla de montar a caballo. Lo único que resulta pelín incómodo es la considerable anchura del depósito en forma de lágrima que te obliga a separar ligeramente las piernas, pero eso son manías “custom” a las que la Superlight se acoge por principios.
El parabrisas no es demasiado protector ya que desvía el aire justo a la altura de la barbilla dejando toda la cara al descubierto y expuesta a los insectos en verano, si se emplean cascos abiertos, típicos de esta modalidad. No obstante alivia el pecho de la presión del aire de marcha, frío y lluvia.
El manillar también contribuye a esta cómoda postura: es alto y ancho sin cerrar demasiado los extremos, muy similar al de una naked urbana que te obliga a llevar la espalda erguida salvando por altura a los retrovisores de los coches a la hora de callejear por ciudad.
Las piñas de conmutadores está inspiradas en las de las Harley-Davidson tanto por las formas rectangulares con bordes redondeados de los interruptores como por utilizar mandos de intermitentes en cada lado. Es una solución más lógica: si quieres indicar a la derecha utilizas el pulsador de la piña de ese lado y, cuando quieres anularlo, pues vuelves a darle un toque a ese pulsador o activas el del otro lado. El problema -como en las HD- es que si no te acuerdas de haberlo desactivado tienes que consultar el testigo de intermitentes, mientras que en el sistema convencional presionas a ciegas en el conmutador y seguro que los anulas.
El motor también sigue los cánones custom al emplear una distribución por varillas OHV, un sistema que requiere menos mantenimiento (no hay que ajustar la tensión de la cadena de distribución) pero, por contra, no permite estirar demasiado el régimen. Aunque su cuentavueltas te diga que la zona roja comienza a las 10.000 revoluciones, en la práctica te será imposible sobrepasar las 8.000 rpm y te protesta de que no está a gusto con una buena dosis de vibraciones. Lo suyo es llevarlo tranquilo hasta las 7.000 rpm y disfrutar del paisaje como se estila en cualquier custom de mayor cilindrada.
Línea de tierra
La Superlight calza neumáticos de la marca Cordial en ambas ruedas. Sobre firme seco cumplen con normalidad. No te podemos decir nada sobre mojado porque no hemos tenido ocasión de comprobarlos, pero se prudente porque pasamos auténtico pánico con otro modelo de esta misma marca en la Keeway RKV.
En lo que respecta a frenos, de nuevo encontramos un “cumplimiento”. Delante, el disco delantero muestra que tiene potencia pero le falta esa clavada final si se le exige el límite y que se ha suavizado por la incorporación de un mal llamado ABS adosado a la pinza de freno. En cuanto tengas oportunidad de un cambio de líquido de frenos, aprovecha para retirarlo porque no vale para mucho. La otra pega la pone el tambor trasero; tiene la potencia justa para las prestaciones que desarrolla la Superlight siempre que lo lleves bien tensado y con un recorrido de pedal bastante largo.
Por suspensiones, la Superlight lo hace muy bien con una perfecta coordinación entre la horquilla y los amortiguadores traseros en el punto medio entre confort y rigidez en trazadas. Tal como vienen ajustados estos últimos en la posición de precarga más blanda es la ideal para todo uso, incluso llevando pasajero. Resérvate la siguiente posición más dura si conduces con las alforjas bien cargadas y en compañía.
En compañía
Dada la baja altura del asiento de la Superlight, nuestro pasajero no tendrá ningún problema para acomodarse en el espacio que se le reserva caracterizado por ser algo estrecho pero suficientemente largo y con un mullido cómodo. Los pies descansan sobre unas cómodas estriberas desplegables con un generoso recubrimiento de goma que filtra las escasas vibraciones del motor, no molestando en absoluto las alforjas laterales. Lo que sí que se echan en falta son las asideras para agarrarse y un respaldo, éste último lo ofrece opcionalmente como accesorio la industria auxiliar.
Con lupa
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El detallazo
De entre los muchos detalles que incorpora la Superlight merece destacar como principal las alforjas laterales. Con ellas se viene a suplir una de las carencias típicas de las motos: su capacidad de carga. Están fabricadas en el mismo tipo de lona que el tapizado del asiento, muy sufrida y completamente impermeable. Para acceder al interior hay que retirar la cobertura principal que se sujeta por medio de dos hebillas y deja al descubierto un bolsillo lateral con cierre por cremallera, y el compartimento principal también con cremallera pero protegida bajo un dobladillo. Las alforjas no cuelgan del asiento sino que cuentan con una estructura por varilla cromada que les proporciona rigidez. Lo malo es que no disponen de ninguna protección para su contenido, por lo que no olvides vaciarlas cuando la aparques en la calle.
Prestaciones con nuestro equipo de telemetría
Aceleración 0-50 m | 5,34 s (49,8 km/h) |
Aceleración 0-100 m | 8,54 s (62,0 km/h) |
Aceleración 0-400 m | 22,34 s (88,1 km/h) |
Aceleración 0-1.000 m | 45,18 s (97,6 km/h) |
Aceleración 0-100 km/h | 55,55 s (1.339 m) |
Velocidad máxima | 103,2 km/h |
Consumo | 3,71 l/100 km |
Autonomía | 404 km |
Peso total lleno | 160,1 kg |
Reparto tren delantero | 47,8% |
Reparto tren trasero | 52,2% |
Nivel de equipamiento Suspensiones Freno delantero |
Recorrido pedal de freno Motor de arranque sin protección de embrague Cambio de marchas cerrado |
Ficha técnica/ Equipamiento/ Precio/ Galería Imágenes
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