- Autor del texto – Antonio Cuadra
- Autor de fotos – AC
- Autor acción – Carlos de la Cuadra
- Fecha – 20/11/2016
Si te van las motos “retro”, la marca francesa Orcal te propone un paseo por la década de los ’60 en la Astor 125 con sus ruedas de radios, asiento con superficie guateada, instrumentación analógica, escape tipo megáfono y formas redondeadas con mucho cromado, sin abandonar soluciones actuales como los frenos de disco en ambas ruedas y buena calidad en sus componentes comenzando por el propulsor Yamaha-Jianshe.
Orcal es la marca del grupo DIP importada en España por World Motor Bike. Y además francesa, donde precisamente se gestó la marca Mash que tuvo el mérito de inventar la categoría de las motos retro tan en boga en la actualidad. Su producción se encomienda a China, como ya va siendo costumbre en la mayoría de las marcas de origen europeo, y busca la diferencia con dos argumentos de peso: por una parte su cuidado y elegante diseño y, por otra, la calidad de los componentes empleados.
Sus formas redondeadas nos recuerdan a las Royal Enfield (marca que también importa el grupo DIP en Francia), sobre todo por la forma “barrigona” del depósito en cuyo interior caben nada menos que 16 litros de combustible con los que te olvidarás de pasar por la gasolinera en una buena temporada. Ese depósito se presenta con un aspecto impecable en el que tampoco falta un tapón con cerradura y bisagra con el marco exterior del tipo empleado en aviación. En ese estilo “Sixties” también encontramos abundantes cromados (incluidos ambos guardabarros y amortiguadores con caperuzas también cromadas cubriendo la parte superior del muelle), horquilla con fuelles de goma protegiendo las barras y un conjunto de dos relojes con fondo blanco para el velocímetro y cuentavueltas de funcionamiento completamente mecánico.
Y en esa calidad en el proceso de fabricación destacar que se emplean tijas de aluminio en la horquilla, tres capas de pintura para evitar el óxido, acabado en barniz del depósito de combustible, tornillería en acero inoxidable, basculante con rodamientos de agujas, escape de acero inoxidable con doble pared, carburador TK japonés, horquilla con barras de 37 mm y el uso de un grupo propulsor Yamaha fabricado por su socio chino Jianshe. Lo único que desentona en ese largo elenco de buenos detalles es el uso de una bombilla normal en lugar de una halógena H4.
De su equipamiento merece destacar que se utilizan dos tipos de caballete (central y lateral o pata de cabra), su impecable asiento, asideras laterales cromadas, y frenos de disco en ambos ejes, disponiendo el tren delantero de una unidad poco habitual de nada menos que 300 mm mordido por una pinza de doble pistón.
A bordo
Con un asiento elevado a tan sólo 780 mm del suelo y la estrechez de su enorme depósito en la zona donde se apoyan los muslos y rodillas, será pan comido apoyarse con las dos plantas de los pies por bajit@ que seas. Cuando inicias la marcha y los subes a las estriberas compruebas que también se lleva bien con los altos con una situación baja y adelantada de las estriberas, y manillar elevado que te permiten adoptar una posición muy natural y cómoda con la espalda erguida para moverte por ciudad o simplemente pasearte sin prisas por carretera abierta. Esas estriberas disponen de un generoso recubrimiento de goma, aunque prescinden de muelle de recuperación que las mantenga siempre extendidas. Todos los mandos y pedales se encuentran en el lugar adecuado ofreciendo un tacto bastante correcto.
El motor Yamaha es pieza clave en el buen hacer de la Astor. De entre las motos vintage que ofrece el mercado, discrepa con la Mash que emplea una mecánica de origen Suzuki, y coincide con Hanway aunque ésta ha empleado también mecánica Honda CBF para sus últimas creaciones. Este propulsor es el mismo que emplea la ciudadana Yamaha YBR, también fabricado por Jianshe en China, y solo se diferencia en que emplea alimentación por carburador tradicional, aunque pronto llegará la nueva versión con inyección y frenada combinada. Es un motor silencioso, sin apenas vibraciones (cuenta con un eje de equilibrado para anularlas), enérgico en las salidas y con un cambio de cinco velocidades muy preciso en su selector. El mismo motor ha sido empleado por otras marcas en modelos de carretera y offroad, y se ha ganado buena fama de robusto y fiable. Le proporciona buenas aceleraciones para destacarse en el tráfico urbano, con una velocidad máxima real que supera la barrera de los 100 km/h ganando en autoestima para desplazarse por carretera abierta. Sus dimensiones compactas y bajo peso le permiten moverse como pez en el agua en los desplazamientos urbanos del día a día.
Linea de tierra
Por frenos, la Astor va más que sobrada, sobre todo por la ligereza del conjunto. Lo mejor lo expone la rueda delantera, ya que monta un disco de 300 mm con pinza de doble pistón que viene a ser el equipamiento adecuado para una supermotard subidita de tono. Detrás, el modelo de Orcal cuenta con un discreto (en comparación) pero efectivo disco de 210 mm con pinza de simple pistón.
En lo que respecta a suspensiones, a la Astor le basta con una horquilla de eje centrado convencional. Sin embargo, como ya hemos adelantado, la rigidez está garantizada al ofrecer una sección de barras de 37 mm. Esta horquilla se complementa con una pareja de amortiguadores completamente cromados con ajuste de precarga en cinco posiciones; los probamos en la segunda posición y se compenetran bien con el tarado de la horquilla, ofreciendo un tacto cómodo sin que afecte al trazado. Buena elección también para los neumáticos: unos Kenda con secciones de balón adecuadas. El agarre, al menos en seco, es correcto.
En compañía
Es el punto débil de la Astor: el trato que da al pasajero. El asiento es corto y además existe un escalón entre asiento y depósito que no permite al conductor montarse ligeramente sobre éste para dar más espacio al acompañante. Y por si fuera poco, el asiento cuenta con una ligera pendiente hacia atrás que lo pone más difícil. No habrá más remedio que agarrarse con fuerza al que conduce y rezar para que el trayecto sea lo más breve posible. Al menos están bien situadas las estriberas, pero las asideras son inservibles.
Con lupa
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El detallazo
En el cuidado y esmero que se ha tenido en esta Orcal Astor, destacamos su asiento que exteriormente sigue los cánones de formas y aspecto de las motos clásicas aunque con los más modernos procesos de fabricación. La superficie superior está guateada en pequeños rectángulos y el espumado interior dispone de dos mullidos con densidades diferentes: uno blando que da la comodidad en recorridos cortos y otro más duro cuando se emplea en recorridos largos por carretera abierta. La superficie del asiento cuenta con un discreto escalonado que separa las zonas del conductor y pasajero, aunque en la práctica, el conductor invade el espacio del acompañante con los problemas que comentamos para él en el apartado “En compañía”.
Prestaciones con nuestro equipo de telemetría
Aceleración 0-50 m | 5,02 s (52,4 km/h) |
Aceleración 0-100 m | 8,02 s (66,4 km/h) |
Aceleración 0-400 m | 20,99 s (94,3 km/h) |
Aceleración 0-1.000 m | 42,92 s (100,6 km/h) |
Aceleración 0-100 km/h | 35,90 s (805 m) |
Velocidad máxima | 105,1 km/h |
Consumo | 3,72 l/100 km |
Autonomía | 430 km |
Peso total lleno | 128,3 kg |
Reparto tren delantero | 45,4% |
Reparto tren trasero | 54,5% |
Diseño elegante Acabados Comportamiento |
Sin nivel de gasolina Incómoda para el pasajero Sin bombilla halógena |
Ficha técnica/ Equipamiento/ Precio/ Galería Imágenes
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Rivales directos | Hanway Raw Café 125 Hanway Raw Café Racer 125 Hanway SR Chrome 125 Mash 75 Vintage 125 |
Mash Black Seven 125 Mash Café Racer 125 Mash Seventy Five 125 MH Motorcycles Street 125 |