• Autor del texto – Carlos López
  • Autor de fotos – AC
  • Autor acción – Marta de la Cuadra
  • Fecha – 09/11/2010

Aunque Kymco mantiene la denominación del modelo con ruedas de 12 pulgadas e, incluso, un diseño muy parecido, en realidad todo es nuevo en este Agility City 125 de “rueda alta”. De concepto simple, pero no sobrio, estamos ante un scooter con todas las ventajas que otorgan las llantas de 16 pulgadas y con el aliciente añadido de un precio supercontenido y un buen nivel de equipamiento en el que destaca el baúl SHAD de 29 litros.


Kymco Agility City 125Los scooters de “rueda alta” se caracterizan, como su propio nombre indica, por utilizar ruedas de 16 pulgadas. Este simple detalle repercute muy positivamente en la seguridad de este tipo de vehículos, ya que el mayor diámetro supone un aumento de la estabilidad. En este Agility City, además, no se pierde un mínimo de agilidad -como explícitamente reza su denominación- respecto a las más manejables ruedas de 12 pulgadas que montan la mayor parte de los modelos urbanos del mercado.

Kymco Agility City 125

Y por añadidura, la firma taiwanesa tira de su estandarte de “bajo coste”, con unos acabados simples pero eficaces y bien resueltos, que abaratan notablemente el precio final sin limar prestaciones sobre otros scooters de competencia directa.

El Agility City, aunque mantiene la denominación con su hermano urbano -Agility a secas-, no comparte ningún componente con él. Eso sí, se da un aire al heredar las mejores facetas de la familia, como las amplias y efectivas formas del faro halógeno, el uso de suelo plano y la carrocería acabada en dos tonos: la parte superior con los tres colores en los que se sirve (titanio, negro y blanco) e impecables acabados, y un plástico inferior en negro de acabado más sufrido para aguantar mejor los roces (y disimularlos) que inevitablemente se va a llevar en el uso diario al que está destinado.

Posee, ya como características propias, por ejemplo, el gran freno delantero de disco de 260 mm de diámetro, el trasero también de disco de 240 mm en lugar del tambor, guantera con cerradura tras el escudo -que hace también de doble pared en el salvapiernas-, manillar con visera ahumada tras la que se encuentra un tablero de instrumentos con lo imprescindible, óptica posterior de formas continuas con la carrocería y un portabultos de fundición de mucho mejor aspecto que el de varillas.

Kymco Agility City 125

Con la rueda alta, como ya es habitual, se pierde capacidad del hueco para el casco bajo el asiento (solo entra un casco abierto que deje al descubierto las orejas), pero para compensarlo, Kymco Moto España entrega de serie un baúl trasero (donde sí que cabe un integral) sin aumentar el precio y con la calidad de llevar la firma española SHAD. Está claro que en esta marca saben manejar bien todas las bazas en el terreno “low cost” y que pocos rivales pueden competir con ellos en esto. Y tampoco se puede decir que hayan descuidado la estética: han procurado armonizar con gusto las piezas y materiales empleados, elevando la apariencia del conjunto a niveles de scooters “más caros”.


A bordo

Kymco Agility City 125

Subirse y acomodarse en el City no supone problema alguno. El asiento tiene bien marcadas las zonas de conductor y pasajero, y la altura del mismo con el suelo lo hace muy accesible a los menos altos, a pesar del tamaño de las ruedas. La postura, sin embargo, no tiene nada que ver con la del Agility normal, en la que se obligaba a cargar más peso en el tren delantero para darle más precisión a la dirección. El trazo firme que caracteriza a las ruedas de 16 pulgadas frente a las de 12, permite relajarte en una posición más retrasada y con el manillar algo más separado del cuerpo.

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El perfil del escudo frontal, con formas en “zigzag”, también hace que llevemos mejor protegidas las piernas y, sobre todo, los pies, algo muy importante los días de lluvia o con piso mojado. El bastidor está constituido por tres tubos principales unidos en la parte delantera del suelo plano, lo que colabora a la buena estabilidad. En general, la “rueda alta” es menos efectiva para conducir “con prisas” que su predecesora, pero creemos que todas estas ventajas merecen la pena para el que la vaya a destinar un uso diario ciudadano tranquilo.

Kymco Agility City 125

El motor es el conocido de 2 válvulas refrigerado por aire forzado que hemos conocido en otros modelos de la marca ya desaparecidos (Movie, People, People S) e incluso actuales (Agility y Like). Ahí juega con la baza de ser una mecánica más que probada, robusta y fiable, y además amortizada para competir en precio. Tiene una cierta alegría para salir destacado acelerando de los semáforos y recuperarse a cualquier régimen. Es silencioso y suave de funcionamiento, como ya nos tiene acostumbrado este propulsor. Eso sí, no es capaz de superar la barrera de los 100 km/h reales, haciendo poco aconsejable sus salidas por carretera abierta (si no son de cercanías) y limitándolo a un servicio enteramente ciudadano que, como acabamos de apuntar, es para lo que realmente está diseñado.


Línea de tierra

Kymco Agility City 125

Como ya podrás imaginar, el juego de discos de freno va más que sobrado dado el bajo peso del vehículo. Esto es uno de los puntos fuertes del Agility City, ya que lo normal, al recortar gastos, es que se recurra siempre a montar un tambor trasero. Olvídate pues de estar revisando cada semana la tensión de un tambor, y prepárate para disponer de potencia sobrada para detenerte en menos espacio. A todo esto, hay buen tacto que permite dosificar perfectamente su potencia.

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Las suspensiones son correctas para andar callejeando con normalidad aunque, puestos a ser críticos, la trasera resulta dura incluso en la posición de precarga más blanda. Lo mejor de todo, por supuesto, el comportamiento de las ruedas de 16 pulgadas: aparte del aumento de estabilidad que ya se presupone frente a diámetros más pequeños, tiene una apreciable destreza en los cambios de dirección, nada corriente entre los scooters “rueda alta”. En lo que respecta a neumáticos, el Agility City calza unos Kenda algo más anchos que lo que se estila en esta categoría y con un agarre correcto, incluso los días de lluvia.


En compañía

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Las dimensiones del Agility City permiten llevar a un pasajero por ciudad con una más que aceptable comodidad. El asiento del acompañante, bien delimitado y de mullido correcto, es lo suficientemente espacioso para no ir aprisionado entre el piloto y el cajón trasero. Como la altura de la banqueta al suelo es contenida, subir y bajar es una operación sencilla, hasta para el menos alto. Las asideras traseras son generosas y ofrecen un buen agarre. El punto negativo está en los reposapiés, que es una extensión del suelo, en elevación, donde el pie se sostiene excesivamente justito. Mejoraría mucho con un respaldo trasero; el hecho de contar con un baúl SHAD original te permitirá añadirlo por tu cuenta (Referencia SHAD: D0RI40) sin que suponga demasiado caro (menos de 20 €).


Con lupa

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El tren delantero funciona a la perfección, con un enorme freno de disco de 260 mm y neumático Kenda de 16 pulgadas con perfil de 80% que le da más firmeza a la dirección. Hay una generosa superficie plana para apoyar los pies, moverlos libremente e incluso esconderlos para resguardar el calzado de la humedad. Además el suelo plano te permite transportar objetos de gran tamaño entre los pies. El motor es un viejo guerrero de la casa. Tiene lo mejor que le puede venir a un scooter orientado por completo al trote urbano: fiabilidad 100% y bajo consumo. No hace falta más.
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Ya se sabe que los modernos sistemas de inyección mejoran el consumo y la suavidad de funcionamiento. Pero en un scooter automático, también tiene sus ventajas mantener el carburador, sobre todo al contar con pedal de arranque. Las estriberas fijas para que el pasajero apoye sus pies no es la mejor solución porque obliga a arquear las piernas. Fíjate en el detalle del postizo desmontable fijado en los extremos: en caso de caída absorbe el golpe sin transmitirlo a la carrocería y cuando esté muy dañado pues lo sustituyes y punto. Hay dos amortiguadores traseros con un muelle de paso variable y precarga ajustable en cinco posiciones. Incluso en la más blanda sigue resultando duro, pero cumplen en los recorridos urbanos del día a día.
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El gran faro delantero cubre casi todo el escudo y está iluminado por bombilla halógena H4. La visibilidad nocturna es perfecta y, lo que es mejor, los demás también nos verán con mayor claridad. La pequeña pantalla ahumada en el manillar cubre estéticamente la ausencia del faro pero carece de utilidad práctica, a no ser que haga una pequeña sombra sobre el cuadro de instrumentos eliminando reflejos. Si quieres protegerte bien deberás añadir un parabrisas más alto. El asiento del pasajero está claramente diferenciado del conductor. Algo estrecho, justo en longitud pero correcto de mullido. El baúl de SHAD hace de apoyo pero mejor añadir como accesorio el respaldo acolchado.
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El secreto de la sencillez del Agility City se basa en una mecánica simple y robusta con refrigeración por aire forzado. En primer término se muestra el “caracol” por donde entra el aire fresco exterior. El disco trasero del City no solo supone un paso adelante respecto del tambor que monta el Agility a secas, tanto por potencia de frenado (diámetro 240 mm) como por requerir una menor atención de mantenimiento. Una buena costumbre que aplica Kymco en sus modelos de scooters es utilizar latiguillos de trenzado metálico. Soportan mejor la presión que los de goma (no se “hinchan”) ofreciendo buen mordiente en frenadas de emergencia.
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El piloto posterior se integra de forma continua con los plásticos de la carrocería, ofreciendo una gran superficie iluminada. El portabultos trasero es de resina termoaislante y está muy bien emparejado con las asideras. El Agility City dispone de una guantera con cerradura. Su capacidad no es para tirar cohetes, pero cuenta con una barandilla transparente para que no se desparramen los objetos pequeños. El gancho para colgar bolsas y bolsos es de lo más simple y no cuenta con mecanismo para recogerse. Se sitúa por encima de la guantera para permitir que cuelguen bien las bolsas sin estorbar a los pies.
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La “pata de cabra” es autoretráctil, con los peligros que ello reporta cuando aparcamos en algún plano no completamente recto. En estos casos siempre recomendamos el uso del caballete por sistema.
El portabultos trasero de fundición integra a ambos lados unas sólidas asideras para que nuestro acompañante se agarre. También se pueden emplear para maniobrar el scooter en parado. Los mandos están bien colocados y ofrecen buen tacto. La piña izquierda integra los conmutadores de intermitentes y de cortas-largas (con posición “Passing” para hacer ráfagas) y el botón del claxon.
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Los extremos del manillar cuentan con contrapesos de verdad para dar un tacto sólido y firme a la dirección. La piña derecha solo agrupa el interruptor de luces (apagado, posición y cortas-largas) y el botón de arranque.
Los retrovisores resultan muy efectivos. Tampoco en este detalle hay recortes de calidad, ya que disponen de guardapolvos para cubrir las articulaciones de ajuste del retrovisor y anclaje a las piñas de conmutadores. El tablero del Agility City tiene los mismos componentes del Agility a secas, pero se luce más con un mayor tamaño de los mismos y una distribución más acertada que, además, facilita su lectura. Eso sí, información justa.
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La cerradura de contacto no tiene más funciones que las mínimas imprescindibles de bloqueo de la dirección y contacto. Se hubiera agradecido poder abrir el asiento desde ella en lugar de emplear la cerradura específica en el lateral izquierdo.
Puede parecer que el Agiliyt City dispone de unas segundas plataformas inclinadas para apoyar los pies, pero en la práctica no son nada aprovechables ya que se encuentran demasiado altas respecto de la plataforma plana. Los primeros Agility City montaban un baúl sin marca y ahora se ha cambiado a un baúl SHAD SH29 con la cerradura unificada con la de contacto y tapa superior a juego con el color de la carrocería. Se ha ganado mucho en calidad.
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En el interior se da cabida sin ningún problema a un casco integral de cualquier talla y aún queda espacio para otros objetos a su alrededor como el traje de lluvia y los guantes. Se separa fácilmente de la base convirtiéndose en una maleta de mano.
El depósito de gasolina se encuentra debajo del asiento en la parte posterior. Su capacidad es de tan sólo 5,8 litros lo que obliga a hacer muchas visitas a la gasolinera por su justita autonomía. En el fondo del hueco bajo el asiento se encuentra una tapa que da accesibilidad mecánica al carburador como, por ejemplo, para ajustar el régimen de ralentí o cambiar el cable del acelerador.
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La dotación de herramientas cuenta con lo suficiente para salir de un apuro: llave de bujías, destornillador plano y de estrella con su mango, y una llave fija con bocas de 10 y 14 mm. Todo ello va en un estuche aunque sin sitio fijo.
El paso de rueda de 16 pulgadas obliga a sacrificar espacio del reservado para el casco bajo el asiento. No cabe uno del tipo integral, pero sí lo podremos introducir en el baúl trasero que equipa de origen. La base del baúl es la estándar de SHAD. En el catálogo de esta marca española se ofrece la posibilidad de intercambiarla por otra que incorpora segunda luz de freno por matriz de diodos LED.

 

 El detallazo

Kymco Agility City 125

Como ocurre con muchos “rueda alta”, el gran diámetro de la llanta posterior obliga a sacrificar espacio de carga bajo el asiento, y aunque el del Agility City es amplio y profundo, no permite albergar un casco integral. Desde su lanzamiento, el “rueda alta” económico de Kymco lo solucionó entregando un baúl o “Top Case” montado de origen sobre el portabultos trasero.

Sin embargo, desde hace un par de años, Kymco Moto España ha cambiado el baúl por uno de la firma española SHAD; un SH29 concretamente de 29 litros de capacidad, de muy superior calidad y en el que cabe perfectamente cualquier talla y tipo de casco integral acompañado de otros objetos. Además, el SH29 unifica su cerradura con la de contacto e incorpora una tapa superior a juego con el color de la carrocería. Y todo ello manteniendo el mismo precio.

El baúl se puede desmontar de la base convirtiéndose en una maleta de mano, y al ser de SHAD podrás mejorarlo aún más con sus accesorios: respaldo acolchado para el pasajero y segunda luz de freno.

Prestaciones con nuestro equipo de telemetría

Aceleración 0-50 m 5,15 s (52,5 km/h)
Aceleración 0-100 m 8,21 s (64,0 km/h)
Aceleración 0-400 m 21,93 s (87,8 km/h)
Aceleración 0-1.000 m 45,46 s (94,4 km/h)
Aceleración 0-100 km/h          NO LLEGA
Velocidad máxima 98,4 km/h
Consumo 4,13 l/100 km
Autonomía 140 km
Peso total lleno 127,6 kg
Reparto tren delantero 36,1%
Reparto tren trasero 63,9%

 

 

Precio ajustado
Diseño trabajado
Comportamiento urbano
Velocidad máxima
Cuadro instrumentos justo
Capacidad guantera

 

 

Ficha técnica/ Equipamiento/ Precio


 Ver FICHA TÉCNICA/EQUIPAMIENTO/PRECIO del KYMCO Agility City 125

 

 

Rivales directos Aprilia SR Motard 125
Benelli Macis 125
Derbi Variant Sport R 125
Honda Vision 110
Keeway Logik 125
Peugeot Tweet Evo 125
Peugeot Tweet Evo RS 125
Piaggio Liberty 125 3v
SYM SymPhony S 125 LX
SYM Symphony SR 125 Sport

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