- Autor del texto – Antonio Cuadra
- Autor de fotos – AC
- Autor acción – Carlos de la Cuadra
- Fecha – 10/03/2013
A la hora de ponerle nombre, en Kymco no se han complicado y han elegido una de sus principales virtudes: la agilidad. Sin embargo, no es la única y tenían donde escoger: robusto, económico, fiable, ciudadano, manejable, ligero,… Y si se trata de destacarse sobre otros scooters, nadie le gana como sufrido caballo de batalla para el uso diario intensivo.
Cuando a un scooter le destacas por el precio parece que no tuviese otra cualidad “Es barato y se le puede perdonar otros defectos”. Posiblemente por esta razón, Kymco prefiera destacar su agilidad antes de que te fijes en el precio y saques una conclusión equivocada. Y es que por 1.639 € (poco más del cuarto de kilo) con el seguro por un año incluido, no vas a encontrar en el mercado actual muchas opciones avaladas por una marca de prestigio.
Estéticamente está muy bien resuelto y hasta luce un aspecto simpático con el gran faro embutido en el escudo frontal, y su carrocería minimalista. Pero no es un scooter con porte para vestir bien como puede ser un scooter GT, ni se le acerca tampoco a su hermano el Agility City con el que no tienen demasiados puntos en común, excepto parte de su denominación y el motor. Si estudias con detalle su carrocería te das cuenta que la marca utiliza muchos recursos para dar la mejor presencia con la lógica limitación de presupuesto de adquisición.
La zona inferior del salvapiernas queda poco ejemplar ya que deja al descubierto la cara posterior de los intermitentes delanteros y, en su unión con el suelo, se ven los cantos pelados. No es un ejemplo de buenos acabados; cualquier otros scooter utilizaría doble capa de plástico para dar volumen y ocultar esas intimidades.
En el manillar tampoco deja satisfecho el cuadro de instrumentos y no porque la información sea escasa -que no lo es- sino porque no se lee con claridad. El reloj velocímetro tiene un fondo demasiado cargado, con muchos colores y cifras, a su derecha cuesta reconocer dónde esta la aguja del nivel de combustible, y a la izquierda, el reloj horario (todo un detalle en un scooter urbano) es pequeño y casi ilegible. Por manetas y mandos, nada que objetar en cuanto al tacto y su posición.
Detrás, domina un asiento largo bajo el que se encuentra hueco para un casco integral y depósito de gasolina de 5 litros, algo insuficiente y que obligará a visitar la gasolinera cada dos por tres.
A bordo
La altura del asiento puede poner en aprietos a más de un usuario. Son 790 mm de altura con los que si no pasas del metro setenta, vas a llegar al suelo casi de puntillas. Una vez en marcha te servirá bien esa altura para tener buenas vistas del tráfico y buscar vías de escape en horas punta, pero con los pies en su plataforma plana de gran superficie notarás que van algo elevados y fuerzan a encoger las piernas.
De lo que sí que presume el Agility es de motor. Se trata de una mecánica más que probada y que ha demostrado su robustez y fiabilidad en otros modelos de la marca, como el ya desaparecido Movie XL o los actuales Agility City y Like. El principal condicionante del precio obliga a prescindir de la inyección por un carburador tradicional, pero gracias a ello ofrece el pedal de arranque como alternativa al motor de arranque con batería cuando le llegue su hora.
En marcha es muy enérgico en la respuesta, tanto que tienes que ponerle dulzura al puño del acelerador cuando inicies la marcha con el suelo mojado. Un auténtico cohete a la salida de los semáforos para dejar atrás al resto de los vehículos y sacar ventaja.
Su reparto de pesos con un 36,7% en el tren delantero no es para presumir sobre el papel, pero lo compensa con creces con una postura de conducción muy adelantada para cargar peso del conductor. Y además resulta muy efectiva si vas con prisas. Ahí es donde se luce por su agilidad y bajo peso. Tan adelantado vas que no podrás consultar el cuadro de instrumentos de reojo, obligándote a agachar la cabeza.
Esta claro que le va la ciudad e incluso no lo hace mal en vías de circunvalación, pero si lo sacas por carretera abierta no se encuentra nada cómodo. Su velocidad máxima real esta 5 km/h por debajo de la barrera de los 100 km/h y tampoco dispone de una eficaz protección; obviamente no hay parabrisas y su escudo es algo estrecho en beneficio de la manejabilidad entre coches.
Línea de tierra
El condicionante económico también manda con los frenos adoptando un tambor convencional de 110 mm en el tren posterior, en lugar del disco que ya está casi completamente aceptado en todos los modelos. No habrá queja por potencia de frenado dada la velocidad que desarrolla y su bajo peso, pero nos obligará a estar atentos a la tensión y periódicamente revisarla con su correspondiente tensor (se podrá hacer con las manos, sin herramientas, y hasta con los guantes puestos). Delante, su disco de 180 mm, hace un buen papel.
Se agradece que en ese fuerte condicionante económico, Kymco no haya caído en la tentación de calzar ruedas de 10 pulgadas, aunque sea solo en la trasera como encontrábamos en el Movie XL. Las ruedas de 12 pulgadas en ambos ejes son también responsables de ese buen comportamiento del Agility, pero si quieres tenerlo todo bajo control, a la mínima de cambio sustituye los neumáticos que calza por otros de mejor calidad porque aunque en seco no den problemas, en mojado nos ha dado algunos sustos.
En lo que respecta a suspensiones, la horquilla delantera cumple con un tarado correcto, mientras que los amortiguadores traseros resultan bastante duros y ni siquiera en la posición de precarga más blanda resulta pasable.
En compañía
No es alto el asiento de atrás y nuestro pasajero se acomodará con facilidad agarrándose las manos en las asideras de las prolongaciones delanteras de la parrilla portabultos.
Para los pies cuenta con unas estriberas que son fijas. Nuestros lectores ya saben que no somos muy partidarios de ellas pero en este caso, al sobresalir mucho, habrá que hacer una excepción.
Tratándose de un vehículo muy compacto, el asiento es algo justo para dar cabida a dos ocupantes, con los consabidos problemas de convivencia.
Con lupa
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El detallazo
La mentalidad de este Agility es la de un sufrido caballo de batalla para hacer mucho uso de él en ciudad, sin contratiempos. Prima la funcionalidad sobre la estética y abundan detalles preparados incluso para un mal trato.
Así, por ejemplo, los paneles de plástico que componen la carrocería son de dos tipos: el superior que va terminado en el color particular con buena calidad y brillos, y que resulta muy elegante, mientras que la parte inferior y exterior emplea uno más sufrido, de aspecto rugoso y mate, e incluso elástico en color negro. Está mejor preparado para la “guerra urbana”: es más difícil de romper por la elasticidad y un arañazo, roce, golpe o caída pasa casi desapercibido.
Prestaciones con nuestro equipo de telemetría
Aceleración 0-50 m | 4,73 s (55,2 km/h) |
Aceleración 0-100 m | 7,63 s (67,8 km/h) |
Aceleración 0-400 m | 20,59 s (92,8 km/h) |
Aceleración 0-1.000 m | 43,48 s (93,0 km/h) |
Aceleración 0-100 km/h | NO LLEGA |
Velocidad máxima | 95,5 km/h |
Consumo | 4,68 l/100 km |
Autonomía | 107 km |
Peso total lleno | 110,1 kg |
Reparto tren delantero | 36,7% |
Reparto tren trasero | 63,3% |
Precio Uso urbano Robustez |
Protección Neumáticos en mojado Autonomía escasa |
Ficha técnica/ Equipamiento/ Precio/ Galería Imágenes
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Rivales directos | Benelli Velvet 125 Honda Lead 110 Keeway ARN 125 Peugeot Vivacity 125 |
PGO Ligero 125 SYM Symply 125 TGB Express 125 Yamaha Vity 125 |