- Autor del texto – Carlos López
- Autor de fotos – Marta De la Cuadra
- Autor acción – Pedro Freire
- Fecha – 17/08/2010
Después de saciar al mercado europeo con la versión de 250 cc, Yamaha Motor España ha puesto su cadena de montaje a trabajar a tope para producir la versión de 125 cc. Si bien el bastidor y motor se mantienen sin modificaciones, su imagen ha cambiado completamente: tiene el aire X-Max, pero recuerda -y mucho- a su hermano mayor el T-Max 500.
La verdad es que Yamaha ha apurado mucho el cambio de modelo con el X-Max 125 y se ha encontrado con un mercado bastante sediento, que ni siquiera podía encontrar la versión anterior. Y eso que no es precisamente barato. Si el antiguo 125 se quedaba a las puertas de la barrera psicológica de los 4.000 €, el nuevo ya la supera. No son más que 50 € de diferencia, que resultan insignificantes si tenemos en cuenta, además, las mejoras introducidas, pero ahí esta el efecto “psicológico” y el hecho de que la competencia aprieta ofreciendo conceptos similares a un 25% menos de precio.
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Ahora se mira mucho el dinero, y está claro, como podemos comprobar en las listas de superventas, que el X-Max 125 no va a ser el más vendido, por mucha cola que haya a las puertas de los concesionarios esperando a que traigan más unidades. Sin embargo, es un hecho que tiene un público incondicional, que se toma el tema económico como algo secundario.
Los cambios que aporta el nuevo X-Max afectan principalmente a su carrocería, manteniendo prácticamente sin modificaciones la parte ciclo (bastidor, suspensiones, ruedas) y, en teoría, el motor, aunque nosotros no lo hemos visto tan vivaz como el de la serie anterior.
Son, pues, las mismas modificaciones introducidas poco antes en la versión de 250, y aunque puedan parecer meros cambios cosméticos, lo cierto es que afectran mucho a la posición de conducción e incluso al comportamiento. En ese repaso, Yamaha ha aprovechado para cambiar el cuadro de instrumentos. Antes giraba con el manillar y ahora permanece fijo con la carrocería, pero es que, además, todo el conjunto es diferente, con dos esferas -velocímetro y cuentavueltas- y, entre ellas, un display digital multifunción que aporta mucha información.
Se ha “perdido” la información de la temperatura ambiente (poca cosa) y se ha ganado en estética, facilidad de lectura y cuentavueltas, aunque, sinceramente, poco uso tiene este elemento en un modelo de transmisión automática.
A destacar también el “maletero” escondido bajo el asiento, que se abre –como debe ser- desde la cerradura de contacto, y donde se ha aprovechado para repasar las formas para conseguir apurar pequeños espacios libres para que, aún conservando la capacidad para dos cascos integrales, éstos entren con más holgura en sus compartimentos. Con ellos en la cabeza hay espacio para llevar lo que quieras.
A bordo
El X-Max 125 ya era un buen scooter, y con las mejoras introducidas, ahora es mucho mejor. El motor Minarelli-Yamaha que emplea funciona redondo; transmite al conductor la sensación de suavidad, ausencia de vibraciones y ruidos, y además acelera y corre. Aprovechamos para hacer prestaciones, y la unidad probada no daba el rendimiento de las primeras series: mostraba un cierto retardo en las aceleraciones a salida parada y su velocidad máxima se ha visto también mermada. Eso sí, ese carácter más manso de la unidad de pruebas se traducía en unos consumos menos exagerados.
Con la nueva carrocería, la imagen se ve muy mejorada. El cambio del parabrisas, que antes iba al manillar (transmitiendo a la dirección cualquier golpe de viento) es el mejor acierto. Desaparece la sensación de agobio para el conductor llevar tan pegado el parabrisas al casco, aunque proteja un poco menos. Las modificaciones también afectan a la posición de conducción. Ahora te permite estirar las piernas cuando sales por carretera abierta, ya que el escalón del salvapiernas con el suelo se ha suavizado bastante.
Realmente es muy cómoda y aunque también se han revisado las formas del asiento para llegar mejor al suelo, sigue sin ser un scooter para bajitos. Está claro que Yamaha ha vuelto a poner su X-Max 125 en lo más alto, manteniendo todo lo muy bueno que tenía.
Línea de tierra
Su bastidor lo hace muy bien y en buena parte se debe a la utilización de ruedas de 15 y 14 pulgadas que, en la misma medida de balones y diámetros, se mantiene para el 250.
Es muy noble y pisa muy bien sobre el asfalto, amén de que, con los mismos frenos del 250, va sobradísimo para las prestaciones que desarrolla en 125. Así que, ya puedes imaginarte hasta dónde puedes apurar las habilidades de este X-Max.
Por suspensiones, nada que objetar tampoco: la horquilla y los amortiguadores posteriores lo hacen muy bien, con un tarado que sirve para todo y que en ningún caso transmiten topes ni saltos al pasar una irregularidad. Ni se te ocurra tocar el preajuste de origen de los amortiguadores traseros, porque seguro que lo vas a dejar peor.
En compañía
Al compartir muchos de los elementos con el “dos y medio”, el X-Max 125 tiene cuerpo de scooter grande, y eso significa que, cuando llevas pasajero, no hay “estrecheces”. Es más, su largo asiento delimita perfectamente las zonas del conductor y acompañante, con un escalón que sirve de respaldo lumbar para el primero.
Si el X-Max no es para conductores bajitos, la mayor altura de la banqueta posterior se lo pone difícil al pasajero: habrá que apoyar un pie en una de sus estriberas plegables (todo un detalle en beneficio de la comodidad del paquete) y trepar, mientras que el conductor aguanta el peso. Salvo este inconveniente –que también se traduce en unas buenas panorámicas por encima del casco del piloto-, el X-Max 125 es muy cómodo y sólo le faltará añadirle un respaldo para rozar la perfección.
Con lupa
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El detallazo
El cambio de carrocería no ha podido ser más acertado. Estéticamente, gusta más, con la principal modificación de utilizar un parabrisas anclado al chasis. Pero, a pesar del cambio total, sigue conservando la esencia de este scooter tan carismático que, a su vez, está inspirado en el megascooter T-Max 500.
Como ya hemos comentado el cambio de carrocería afecta para bien a la postura de conducción e, incluso, a la capacidad de carga. Para valorar el cambio de carrocería hay que reseñar que el catálogo de despiece del nuevo X-Max incluye un total de 600 nuevas referencias. ¡No ha sido precisamente un cambio superficial!
Prestaciones con nuestro equipo de telemetría
Aceleración 0-50 m | 5,41 s (51,7 km/h) |
Aceleración 0-100 m | 8,50 s (63,9 km/h) |
Aceleración 0-400 m | 21,69 s (94,8 km/h) |
Aceleración 0-1.000 m | 42,60 s (107,9 km/h) |
Aceleración 0-100 km/h | 25,70 s (509 m) |
Velocidad máxima | 112,3 km/h |
Consumo | 4,93 l/100 km |
Autonomía | 239 km |
Peso total lleno | 168,3 kg |
Reparto tren delantero | 40,7% |
Reparto tren trasero | 59,3% |
Comportamiento general Nivel de acabados Suavidad del motor |
Precio elevado Menores prestaciones de motor Distancia al suelo |
Ficha técnica/ Equipamiento/ Precio/ Galería Imágenes
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Rivales directos | Aprilia Atlantic 125 Honda S-Wing 125 Kymco Super Dink 125 i Peugeot Satelis Premium 125 Piaggio X7 Evo 125 ie |
Piaggio X Evo 125 Suzuki Burgman 125 SYM GTS 125 Evo TGB X-Motion 125 |