- Autor del texto – Antonio Cuadra
- Autor de fotos – Moto125.cc
- Fecha – 27/10/2013
El Salón de Milán que se celebrará la semana que viene, tiene toda la pinta de ir muy cargado de novedades. Tantas que la propia Yamaha nos ha citado el día anterior para darnos a conocer su artillería. Todo apunta a que un modelo a europeizarse puede ser este S-Max fabricado en Taiwán, con el mismo motor Minarelli que mueve el X-Enter.
Yamaha va a por todas este 2014. Acuérdate que hablamos del scooter LMW de tres ruedas y no vendrá solo. Todo apunta al S-Max: un scooter fabricado en Taiwán como el X-Enter que ya está arrasando en los mercados asiáticos como el anti Honda PCX. Fíjate en las fotos, tiene un aire a su competidor sobre todo por las formas delanteras con el faro, ese pequeño parabrisas negro y el manillar de tubo desnudo desprovisto de carenados. Y hasta ahí llegan las similitudes, porque el resto del scooter tiene su propia personalidad con cierto carácter deportivo y, sobre todo, mucha funcionalidad.
Al Honda PCX cuesta definirlo por su aspecto exterior, pero después de haberlo probado nadie le discute que se trata de un scooter ciudadano aunque le falte un suelo plano. Que no te deje engañar que tiene un aire deportivo porque ni el motor ni la sección de sus ruedas de 14 pulgadas con freno de tambor trasero, invitan a ir subiditos de tono. Utilizando el mismo motor Minarelli del X-Enter, el S-Max tiene más chicha. Son 12,5 CV refrigerados por agua con culata de cuatro válvulas, frenos de disco en ambos ejes y ruedas de 13 pulgadas con neumáticos anchos de perfil bajo. Incluso tiene un aire deportivo de familia “Max” por las formas de su parte posterior con asideros individuales tipo “spoiler”, o por el sistema monoamotiguador tipo Monocross con éste dispuesto en horizontal descargando el diseño posterior.
Pero lo mejor es que este S-Max es muy funcional. Debajo del asiento hay mucho espacio, tanto que da para introducir un casco integral y aún queda sitio para otras muchas cosas de menor tamaño por delante de él. En esa funcionalidad se agradece que disponga de plataforma plana para apoyar los pies, muy práctica para subirse y bajarse cómodamente del scooter sin tener que pasar un pie por encima de los típicos travesaños, o incluso para llevar bultos de gran tamaño entre los pies.
Scooter Polivalente
Con esa practicidad urbana, diseño deportivo y capacidad de carga típica de un Gran Turismo preferimos clasificar al S-Max como un scooter polivalente: que vale para todo. En esos detalles bien pensados hay que destacar el depósito de combustible con 7,4 litros de capacidad y boca de llenado en la parte izquierda del salvapiernas, situado debajo de la plataforma plana. Este tapón se abre automáticamente desde la cerradura de contacto, la cual incorpora el obturador que impide los robos por manipulación del interior. Al otro lado del salvapiernas, el S-Max ofrece una guantera abierta con mucho fondo, y en el centro un gancho para colgar bolsas.
¿Qué me dices del cuadro de instrumentos? Seguro que coincidimos que es espectacular: la deportividad va por delante con un cuentavueltas analógico que llega hasta las 10.000 vueltas y en dos “quesitos” por debajo de él un display LCD que te muestra la velocidad en grandes dígitos con reloj y cuentakilómetros varios, y en el otro el nivel de gasolina, cinco testigos y los botones de control de las funciones. Muy completo.
En la iluminación va sobrado de LEDs. El faro principal sitúa a ambos lados por debajo de él dos focos con luz de posición por 6 LEDs cada uno, y en su parte superior los intermitentes por bombilla convencional. Detrás encontramos nada menos que dos docenas de diodos LED formando el piloto posterior-luz de freno, utilizando también bombillas tradicionales para los intermitentes traseros.
Desde que apareció antes del verano, el S-Max está arrasando en los mercados asiáticos y seguro que sería muy bien recibido en el europeo, sobre todo si se le acompaña de un precio por debajo de la barrera de los 3.000 euros.