- Autor del texto – Antonio Cuadra
- Autor de fotos – AC
- Autor acción – Carlos de la Cuadra
- Fecha – 14/09/2014
A Yamaha le ha salido un Majesty S que lo hace bien en cualquier uso que se le de: ligero y manejable en los desplazamientos urbanos de hora punta, y lo suficientemente rápido para salir por carretera abierta adelantando al transporte pesado. Todo un scooter polivalente muy noble ante el que hay que quitarse el sombrero o, casi mejor, el casco.
La gama de Yamaha en la cilindrada de 125 cc ha crecido espectacularmente este año con nuevos modelos y renovaciones de los ya existentes. El último que nos llega para probar es este Majesty S. Con él, Yamaha resucita la denominación de Majesty 125, uno de los scooters Gran Turismo pioneros en la cilindrada del “octavo de litro”, y que, como él, busca ser la alternativa económica al sofisticado X-Max posicionando su precio justo por debajo de la barrera de los 3.000 euros. Pero con ese geniecillo que le da su mecánica refrigerada por agua 4v y unas dimensiones más compactas, también busca ser alternativa con “vidilla” ante el scooter urbano Cygnus X que se está manteniendo demasiado tiempo en cartel sin cambios importantes y con un precio algo elevado para lo que es: 2.799 €.
Lo cierto es que, aunque en la gama de la marca de los diapasones cruzados el Majesty S, será muy bien recibido, este modelo que nos llega de la factoría de Taiwán, de donde también procede el X-Enter con el que comparte la mecánica, fue concebido para intentar frenar al fenómeno Honda PCX en el mercado asiático. De hecho, si conoces al Majesty S en su versión original S-Max, comprobarás que guarda cierta similitud frontal por el cupolino negro que hay debajo del parabrisas europeo, formas del faro y manillar de tubo desnudo. Pero a partir de ahí, Yamaha busca un estilo muy diferente e incluso un concepto y comportamiento radicalmente opuesto. Sirva de muestra el hecho de contar con la plataforma plana para apoyar los pies, detalle fundamental en cualquier vehículo concebido para usar en ciudad, suspensión posterior Monocross (empleada en los modelos de motocross de la marca) con el único amortiguador en posición horizontal (también como en el X-Enter de rueda alta), y motor sin tanta parafernalia técnica (unificación alternador-motor de arranque y parada a ralentí) pero con un poco más de potencia gracias a la culata multiválvula.
Su depósito de 7,4 litros se encuentra situado debajo del suelo plano y se rellena por el tapón con cerradura situado delante de nuestra rodilla izquierda (en Asia les gusta repostar “a lo vago”: sin levantarse del asiento). Se dispone de una guantera abierta, solución más sencilla que la de un cofre con tapa, pero mucho mejor que no contar con nada.
Al no encontrarse el depósito debajo del asiento se libera mucho espacio que se invierte en capacidad de carga. Cabe solo un casco integral, y hay mucho espacio delante de él aunque no para otro casco. Nos ha gustado el sistema de apertura del asiento desde la cerradura de contacto que se abre sin manos y se mantiene abierto gracias a un muelle en espiral en la propia bisagra.
A bordo
La altura del asiento es, sobre el papel, bastante elevada. Se declaran 795 mm que resultan más altos que en un scooter Gran Turismo (785 mm en el X-Max) y aún más distantes de cualquier ciudadano (el PCX lo hace en 760). Pero se llevan bien a la hora de “echar el ancla” en los semáforos y con 1,69 de estatura podrás hacer pies (con ambas plantas) incluso flexionando ligeramente las piernas, aunque se podría haber optimizado un poco más recortando la plataforma a la altura de las pantorrillas. Pero en cuanto subimos los pies sobre la plataforma, descubrimos el estilo de conducción “asiático”, esto es, la plataforma está sobreelevada y acorta la altura sobre la banqueta del asiento, con la que te obliga a flexionar las piernas. No llega a ser molesto ni incómodo del todo, pero en esos detalles se manifiesta una posición de conducción bien estudiada. Manillar y mandos caen bien.
La protección del parabrisas es algo justa. Cubre hasta el cuello para tallas de 1,69 m pero, al estar alejado y no ser lo suficientemente ancho, produce remolinos a la altura del conductor.
La plataforma ofrece una amplia superficie para dar libertad a los pies con un escalón a partir del que se inicia el contraescudo y que permite esconder las puntas para protegerlos de la humedad los días de lluvia. Hay también superficie suficiente para poder llevar bultos de gran tamaño entre los pies, y la inclinación del contraescudo permite apoyar los pies estirando las piernas en una postura más relajada.
El motor, como era de esperar en un “Liquid Cooled” con culata de 4 válvulas, tiene su rabia y energía. Como ya te hemos comentado, es el mismo del X-Enter, pero para el Majesty S se declara medio caballo menos de potencia y 0,3 Nm menos de empuje. Las aceleraciones cortas podrían ser mejorables; de hecho, el PCX de Honda le saca clara ventaja en los 50 primeros metros, pero después comienza a recuperarse gracias a su velocidad máxima de 108 km/h reales (unos 115 de velocímetro). Estira bien hasta las 9.000 vueltas e invita a llevarlo con alegría.
Línea de tierra
Ambas ruedas calzan neumáticos de 13 pulgadas de la marca Kenda que cumplen correctamente en seco. Es una pulgada menos que el PCX y una más que el su predecesor Majesty o cualquier scooter urbano, pero acorde con su tendencia deportiva, es generoso en sección de los neumáticos (120 mm delante y 130 detrás, frente a los 90 y 100 para ir de puntillas en el PCX) con perfil medio-bajo (70%).
En lo que se destaca este Majesty es en montar los frenos de disco más grandes de su categoría, tanto que parecen igualar el diámetro de la llanta. Delante nos encontramos con un disco de 267 mm con perímetro “Wave” y pinza de doble pistón, idéntico al que montan sus hermanos X-Enter y X-Max con ruedas de 16 y 15 pulgadas, y detrás uno de 245 mm casi un récord para una 125 cc y a años luz del equipo de frenada del PCX (220 mm delante y con un tambor de 130 mm). Con tanta potencia de frenado y un peso contenido de 156 kilos con el depósito lleno (ahí el PCX afina más con 24 kilos menos), tienes casi para detenerte al instante y disponer de tacto para dosificarlos.
En suspensiones, le ocurre como al X-Enter: el amortiguador del Monocross resulta duro y rebotón, y al carecer de ajuste de precarga, no hay forma de ablandarlo en su primer tramo del recorrido. La horquilla, en cambio, hace un buen trabajo con un tarado correcto.
En compañía
Pese a que se declaran casi 80 cm de altura del asiento del conductor, y el del pasajero está un poco más alto, ten por seguro que tampoco te va a dar un tirón muscular al pasar una pierna hacia el otro lado para acomodarte. El asiento ofrece buen mullido y no acusa de los problemas de falta de espacio de otros scooters de dimensiones compactas, aunque sí se le puede criticar que es un poco estrecho. Nuestro acompañante dispone de sendas asideras laterales para agarrarse y una estriberas desplegables para apoyar los pies.
Con lupa
Haz click sobre la imagen para ampliar
El detallazo
A esa imagen deportiva que pretende dar el Majesty S contribuye y mucho el sistema Monocross empleado en la suspensión trasera, un sistema que emplean los modelos de motocross de Yamaha. En el Majesty S, se transmite el movimiento oscilante del conjunto motor-transmisión basculante a un amortiguador que se encuentra en una posición casi horizontal y escondido detrás de la carrocería.
Estéticamente, mejora mucho la imagen del scooter ya que desaparecen los amortiguadores vistos y se gana en ligereza y limpieza. Lo malo es que la componente de la fuerza que se transmite al amortiguador en el tramo inicial obliga a contrarrestarla con un muelle de tarado duro, y eso se nota en el uso diario al pasar cualquier mínimo bache. El sistema no cuenta con ninguna posibilidad de reglaje por ajuste de precarga, por el hecho de encontrarse muy escondido el monoamortiguador.
Prestaciones con nuestro equipo de telemetría
Aceleración 0-50 m | 5,15 s (52,2 km/h) |
Aceleración 0-100 m | 8,18 s (65,6 km/h) |
Aceleración 0-400 m | 21,40 s (92,5 km/h) |
Aceleración 0-1.000 m | 43,31 s (102,1 km/h) |
Aceleración 0-100 km/h | 35,50 s (780 m) |
Velocidad máxima | 108,1 km/h |
Consumo | 3,32 l/100 km |
Autonomía | 223 km |
Peso total lleno | 156,0 kg |
Reparto tren delantero | 41,5% |
Reparto tren trasero | 58,5% |
Polivalencia Frenos Comportamiento deportivo |
Precio Suspensión trasera dura Aceleración inicial |
Ficha técnica/ Equipamiento/ Precio/ Galería Imágenes
|
Rivales directos | Daelim S1 125 FI Daelim S2 125 FI Daelim S3 125 FI Honda PCX 125 |
Kymco Yager GT 125i Peugeot CityStar 125 AC Peugeot CityStar 125 LC Sym JoyRide 125 Evo |