- Autor del texto – Antonio Cuadra
- Autor de fotos – Kymco
- Fecha – 29/11/2020
La tercera novedad absoluta de Kymco, tampoco se adapta a la convalidación al contar con un propulsor de 175 cc, pero perfectamente se podría acogerr a los 125 cc reduciendo su cilindrada en tan sólo 50 cc. Se trata de un scooter muy al gusto asiático que mezcla la estética deportiva con la funcionalidad del suelo plano, pero con la particularidad de utilizar una arquitectura de moto con el motor dentro del vehículo y utilizando un basculante tradicional con transmisión a la rueda por correa dentada.
Con el KRV, Kymco ha querido hacer un scooter con parte de la arquitectura de una moto, esto es, abandonando el sistema de motor monobloque con la transmisión que hace de basculante trasero situando al propulsor con la transmisión dentro del propio scooter y utilizando un basculante tradicional de moto con transmisión a la rueda por correa dentada.
¿Qué se consigue con esto? Pues dos cosas: un mejor reparto de pesos alejando el motor de la rueda y también reducir el peso suspendido del amortiguador posterior haciendo que pueda dibujar mejor las irregularidades del firme y no las transmita al puesto de conducción.
Este sistema ya lo emplean los megascooters de alta cilindrada, sin ir más lejos, el AK-550 de Kymco. El motor empleado es pues de nueva factura con 175,1 cc (que podrían reducirse a 125 cc sin demasiada dificultad), refrigerado por agua con culata de cuatro válvulas. Por primera vez vemos un scooter Kymco con el radiador montado en el lateral derecho de la moto.
En ese plan para hacer muy funcional el KRV, se incluye una plataforma plana para apoyar los pies, incluyendo también un gancho para colgar bolsas/bolso que se puede ocultar cuando no se utiliza.
Al alojar el motor en el cuerpo del scooter se ha perdido algo de capacidad de carga, aunque no llega a ser tan drástico al disponer de un compartimento bajo el asiento con capacidad para un solo casco integral.
El KRV cuenta con un cuadro de instrumentos basado en una pantalla LCD en negativo (caracteres blancos sobre fondo oscuro) con pinceladas de falso color de tinte rojo sobre el cristal que cubre la pantalla.
Por supuesto, todo el alumbrado es LED, empleando una doble óptica delantera con DRL a modo de “cejas” y piloto trasero por guías luminosas con los intermitentes por matriz de diodos.
Para terminar con las funcionalidades del KRV se emplea una llave inteligente que activa el scooter por proximidad.