- Autor del texto – Antonio Cuadra
- Autor de fotos – AC
- Autor acción – Fernando Sánchez
- Fecha – 15/6/2025
De nuevo analizamos en Moto125 otro scooter polivalente compacto que busca batallar con los líderes del segmento, o sea, los PCX y NMax. Para ello, Mitt recurre a su habitual fórmula de llamar la atención con un precio muy asequible y por debajo de su nutrida competencia para este Max-T: 2.695 €. Y aunque tiene sus defectos veniales, no escatima en su equipamiento con una pantalla TFT a color con Mirroring, ABS y TCS, llave Keyless y el motor más que probado que le proporciona el Grupo Loncin y que ya conocemos en otros modelos de Mitt o Voge, al que se le añade el sistema de parada a ralentí.

Está claro que la principal atención del público que se mueve con motor sobre dos ruedas son los scooters polivalentes compactos Yamaha NMax y Honda PCX. Y no solo en la cilindrada de 125 cc sino en la general de todas las cilindradas ya que, con la suma de ventas de estos dos modelos, se acapara el 10% del total del mercado. Obviamente esto atrae el foco de atención de otras marcas hacia esta tipología no con la ambición de desbancarles de sus privilegiados puestos, sino de “arañar” en las ventas. En lo que va de año estamos asistiendo a un gran movimiento de alternativas de muchas marcas en esta categoría, siendo Mitt la última en llegar con su modelo Max-T.
No es la primera experiencia de Mitt en esta categoría. Hasta ahora contaba con el modelo Legrand: un compacto que aportaba el suelo plano, un elemento práctico para un vehículo urbano pero que no atrae la atención del público en general como ya han comprobado otras marcas. Así que, aprovechando el cambio de homologación Euro 5+, Mitt añade una la alternativa Max-T a su catálogo de soluciones urbanas, empatando con el Legrand en precio pero superándole en equipamiento.
Precisamente, su principal argumento de ventas es el precio. Por 2.695 €, el Max-T no tiene rival, y en ese precio se incluye además la promoción del seguro obligatorio durante el primer año. Mitt te lo ofrece en tres colores: el azul oscuro que os mostramos en la prueba, gris y negro.
El frontal tiene su propia personalidad con un faro que imita dos ojos con el ceño fruncido y un parabrisas ahumado elevado, quizá demasiado, y que demuestra lo bien que les sienta a los polivalentes compactos este elemento. En cambio, la parte posterior recuerda mucho a la del NMax y, es más, hasta la denominación trae recuerdos. Fíjate en el protector del silenciador de escape que se prolonga un poco más hacia atrás de la salida: clavado. Saltan a la vista los amortiguadores con esos llamativos depósitos adosados en color dorado que, como ya hemos visto en otros modelos, son “fakes”.
Para el motor se cuenta con una mecánica proporcionada por Loncin que ya conocemos de otros modelos de Voge y de la propia Mitt. Es un propulsor fiable con refrigeración líquida y sencilla culata de dos válvulas, para el que Mitt declara unos muy optimistas 14,2 CV, mientras que en su hermano Mitt ADV y gama Voge SR prefieren dejarlo en 11,56 CV. A diferencia de Voge, las mecánicas de Mitt emplean sistema Start&Stop de parada a ralentí.
El ciclo se completa con llantas de 13 pulgadas (según Mitt 14/13 pero no es así) con frenos de disco de 240 y 200 mm (a ojo de buen cubero porque Mitt no lo declara) con sistemas ABS y TCS, este último desconectable.
De su equipamiento, destacamos la pantalla TFT a color de 5 pulgadas, doble conector USB y llave Keyless que centraliza la apertura del asiento, pero no el tapón del depósito de gasolina con 9 litros de capacidad, que debemos abrir manualmente sacando la llave mecánica del mando Keyless y que, además, no cuenta con bisagra que lo una al scooter. Otro fallo gordo es la ausencia de un compartimento de carga en el que no de cabida a un casco integral, ni siquiera uno abierto de los que teníamos a mano. Para intentar remediarlo, Mitt ofrece de serie un Top Case de marca desconocida en el que sí que cabe pero recurriendo a una segunda llave mecánica.
A bordo
Buenas noticias para los menos altos: Mitt declara para este Max-T la altura más baja que hasta ahora hemos conocido en un scooter polivalente compacto. Nada menos que 750 mm. Una cifra que garantiza que, cualquier talla va a poder apoyar al mismo tiempo ambas plantas de los pies en el suelo. Quizá ese sea el motivo de que no quepa un integral bajo el asiento.
Poniéndose en marcha se adopta una postura de conducción cómoda con un mullido de asiento blandito y doble postura de conducción que permite estirar las piernas y relajarte cuando salimos del ámbito urbano.
Como suele pasar en esta categoría, el medio natural del Max-T de Mitt es la ciudad: Nuestra báscula con su depósito lleno arrojó un contenido peso de 141,7 kilos a la que se añade una corta distancia entre ejes de 1.340 mm que lo convierten en un arma muy efectiva para moverse en las ciudades más congestionadas. Pura agilidad. Su motor líquido de dos válvulas acelera con decisión a la salida de los semáforos, no como debería hacer un 4v que ronda los 15 CV como declara la marca, pero sí sacándole todo el rendimiento a su sencilla configuración.
Incluso se atreve a salir por carretera abierta y, por supuesto, por vías de circunvalación. En llano verás en su velocímetro los 112 km/h de velocidad máxima que se corresponden con 104,9 km/h telemétricos superando con cierta holgura la barrera de los 100 km/h. Para los que se fijan en la máxima de las máximas, les diremos que se llegan a ver los 116 en su pantalla TFT cuesta abajo, pero de ahí no pasas porque te lo impide el corte de encendido que no llega a alcanzar las 10.000 revoluciones.
En carretera, el parabrisas desvía el aire de marcha por encima de las cejas. Es alto y estrecho, pero no bandea, aunque si se notan ciertas turbulencias laterales. Para un piloto de metro setenta, la altura no afecta a la línea de visión que no se ve afectada por el contraste con el ahumado oscuro ni siquiera en trayectos urbanos donde hay que mirar más de cerca.
El consumo que hemos registrado en nuestro recorrido habitual ciudad-carretera dando caña ha sido de 3,02 litros a los 100 km, que no está mal, arrojando una autonomía mínima de casi 300 km (exactamente 298).
Línea de tierra
Bien por las suspensiones. La horquilla tiene ese tacto ideal para filtrar los baches sin llegar a mostrar flaneos en los trazados de curvas. La trasera, por los amortiguadores “fake” no va tan dura como hemos llegado a ver en otros scooters que los utilizan; tienen un pase aunque son bruscos en el rebote. Cuentan con muelle de doble paso pero prescinden del ajuste de precarga de muelle. En cualquier caso, el tarado sirve en cualquier condición: solo o con pasajero.
Por frenos, volvemos a encontrarnos con la dotación habitual de discos de 240 y 220 mm (medidos a ojímetro), suficientes en potencia para este tipo de scooters. Van acompañados de control de tracción TCS desconectable desde lo que suele ser el gatillo de ráfagas en la piña izquierda, y ABS de dos canales que, como viene siendo habitual funciona muy bien en el tren delantero pero que interviene enseguida en el trasero haciendo que pierda su mordiente.
En lo que respecta a neumáticos, Mitt ha hecho una buena elección calzando a sus llantas de 13 pulgadas con el mismo neumático de balón 130/60 firmado por Timsun. El delantero resulta un poco ancho y resta algo de sensibilidad a la dirección. En cualquier caso, dan una buena adherencia al menos en seco ya que, en mojado, no los hemos llegado a probar.
En compañía
La presencia del baúl trasero, dificulta acomodarse a nuestro compañero en el asiento de atrás pero, a cambio, le permite apoyar su espalda relajándose en los desplazamientos largos. Sus pies se apoyan en unas estriberas correctamente ubicadas, agarrándose en los sólidos asideros laterales que integra el portabultos.
El detallazo
Antes comentamos la personalidad que tiene el Max-T en su parte delantera, sobre todo en lo que respecta al parabrisas y faro. A este último le dedicamos este apartado por lo conseguido de su aspecto de mirada humana con ceño fruncido para aportar más agresividad. Emplea dos ópticas con el contorno de luz de posición que también se extiende a las cejas triangulares y, en cada interior, con sendas lentes tras las que se encuentran los focos LED. Tanto los focos de las cortas como de las largas se duplican en ambos ojos, perdón ópticas.
Con lupa
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Prestaciones con nuestro equipo de telemetría
Aceleración 0-50 m | 5,34 s (51,4 km/h) |
Aceleración 0-100 m | 8,44 s (63,9 km/h) |
Aceleración 0-400 m | 21,84 s (92,0 km/h) |
Aceleración 0-1.000 m | 43,78 s (101,4 km/h) |
Aceleración 0-100 km/h | 34,70 s (746 m) |
Velocidad máxima | 104,9 km/h |
Consumo | 3,02 l/100 km |
Autonomía | 298 km |
Peso total lleno | 141,7 kg |
Reparto tren delantero | 40,2% |
Reparto tren trasero | 59,8% |
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Altura de asiento Comportamiento Precio |
No cabe un integral Canal trasero ABS Tapón depósito |
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