- Autor del texto – Antonio Cuadra
- Autor de fotos – AC
- Autor acción – Carlos de la Cuadra
- Fecha – 21/7/2019
Cambio de planes en el scooter retro de Peugeot, Django. No solo evoluciona con la inyección electrónica para cumplir con la Euro 4, sino que abandona la diversificación que tenía en 4 “universos” diferentes para ofrecerse en un único modelo con un solo precio (más barato y justo por debajo de la barrera de los 3.000 €), eso sí con colores diferentes (incluso con colores bitono a ese precio), freno ABS en la rueda delantera y toda una colección de accesorios a tu disposición para que puedas personalizarlo a tu gusto.
El scooter retro de Peugeot se unifica. Antes conocíamos 4 universos de este modelo: el Allure más caro y completo por 3.399 €, en el punto medio el Evasion y Sport por 3.199 € (incluso había un Sport S por 100 € más) y el económico Heritage por 2.899 €. Ahora sólo hay uno: el Django ABS aunque disponible en 2 colores bitono, un elegante gris y los nuevos tonos mate en azul y rojo (que es el que traemos a estas páginas).
Por aquello de que la unión hace la fuerza, esta unificación tiene sus ventajas ya que todos cuentan con el mismo equipamiento, destacando la frenada ABS de serie, aunque solo en el tren delantero (previsiblemente proporcionada por el fabricante alemán Continental, como ya se hizo con el Belville), y se ofrecen por un mismo precio más asequible, 2.999 €. Cierto es que el antiguo Heritage costaba 100 €, pero esa diferencia se compensa con creces con el ABS y muchos detalles de acabado (tapizado del asiento, la guía luminosa en “V” del escudo que carecía de ella, pintura en acabado pastel, espejos retrovisores sencillos,…).
Siendo Peugeot una marca ya centenaria, para el diseño del Django se ha inspirado en el modelo S55 que se comercializó en 1953 y que tuvo el honor de estrenar el uso biplaza en un scooter, mientras que la Vespa italiana lo hizo en el ’55. Para ello contaba con dos sillines con muelles dispuestos uno detrás del otro, que el Django ha sabido imitar muy bien. Pero no solo innovó con el uso biplaza sino que también aportaba una plataforma plana para apoyar los pies, un compartimento de carga encima del guardabarros trasero y una carrocería trasera basculante como si se tratara de un capó para acceder más fácilmente a la mecánica.
Obviamente el compartimento de carga se ha desplazado en el Django bajo el asiento del conductor y a él le dedicaremos el apartado El detallazo, y lo de la accesibilidad mecánica se ha resuelto también con el recipiente del hueco para el casco.
Las líneas redondeadas típicas de los diseños de mediados de siglo XX se combinan con soluciones más actuales como las llantas de 12 pulgadas equipadas con frenos de disco o el bloque motor basculante 4T refrigerado por aire forzado con transmisión automática por variador, que Peugeot denomina como EasyMotion proporcionado por la taiwanesa Sym (mismo propulsor que utiliza el Fiddle III, por ejemplo), que colabora con la marca francesa desde 1990 con el modelo SV 125.
Hay detalles muy bien resueltos, como el cuadro de instrumentos que combina un reloj velocímetro analógico con una pantalla LCD en su centro, o la doble guantera en la parte inferior del salvapiernas protegidas por cerradura: la de la izquierda oculta el tapón de llenado del depósito de combustible que se encuentra bajo el suelo plano con capacidad para 8,5 litros, mientras que la de la derecha hace de guantera verdadera para guardar pequeños objetos y que incorpora una toma de corriente tipo mechero 12V (mejor renovarse con una toma USB a 5V).
La tecnología de alumbrado LED está presente en la guía luminosa en V de su escudo frontal (que hace de luz DRL o de posición, proporcionando junto al faro dos focos de luz que ayudan a hacerse ver mejor) y en el piloto posterior que emplea una matriz de diodos.
A bordo
Sorprende que un scooter tan voluminoso como el Django sea tan bajo de asiento. Se declaran tan sólo 770 mm y no es solo por la altura, sino por las formas ya que se estrechan hacia su extremo delantero para no separar las piernas y poder apoyarse con total firmeza. Cuando inicias la marcha y subes los pies a su plataforma plana notas que la altura del asiento sobre la plataforma es correcta pero te llama la atención la altura del manillar más elevado de lo normal y responsable de conducir con la espalda bien erguida como se requiere en un vehículo para moverse por la ciudad. Si ya vienes de otros scooters, como fue nuestro caso, te tienes que adaptar a esa peculiar forma de conducir, nada negativo. Desde luego, los más altos no tendrán problemas de golpearse las rodillas con el giro del manillar, pero es que sobra más de un palmo entre las rodillas y el salvapiernas a lo que hay que añadir la superficie de la plataforma plana para mover los pies con total libertad: está claro que es un scooter con mucha habitabilidad.
Lo que no nos ha gustado han sido los mandos de las piñas en el manillar, sobre todo los de uso más frecuente como es el caso del conmutador de intermitentes y botón del claxon cuya posición obliga a despegar la palma de la mano de la empuñadura para acceder a ellos.
La gran envergadura del Django se traduce en un peso de 135,9 kg medidos por nuestra báscula con el depósito lleno; ha bajado sensiblemente respecto de la versión de carburación pero esos kilos de más (comparado con el de otros scooters retro de aire forzado) están bien situados para conseguir un centro de gravedad bajo que lo compense para ganar manejabilidad en los cambios de dirección y, a la vez, aplomo para pegarse al firme cuando se rueda en carretera abierta.
El motor de procedencia Sym ha ganado mucho con la inyección sobre todo en los consumos si lo comparamos con la prueba que hicimos de la Django Evasion de carburador. Empata a nivel de aceleraciones (muy brillantes por cierto, con el buen tacto, ausencia de vibraciones y suavidad que imprime la inyección), pero ha perdido en velocidad máxima. En llano, la aguja del velocímetro se pone en los 100 km/h que se corresponden con 96,5 km/h reales, cuando la de carburación pasaba la barrera de los cien con 103,2 km/h de los de verdad. Para este EasyMotion se siguen declarando 10,2 CV.
Línea de tierra
Tratándose de un producto Made in France, no encontramos los habituales Michelin CityGrip con los que suele calzar Peugeot a sus creaciones domésticas. En su lugar vemos unos neumáticos chinos CST que dan confianza en seco y, aunque no los probamos en mojado, sí recordamos que cumplieron su cometido en la prueba que hicimos de la Django Sport también de carburación.
En cuanto a suspensiones, la horquilla telescópica delantera hace bien su trabajo con ese tarado correcto cómodo y a la vez firme. Pero detrás su único amortiguador sin posibilidad de reglaje (además se encuentra demasiado oculto por la carrocería y la caja del filtro del aire) se muestra duro y con recuperaciones secas en extensión.
Respecto del anterior Django con sistema de frenada combinada SBC, este nuevo aporta un disco trasero de 200 mm en lugar de los 190 mm anteriores, aunque como te hemos comentado al principio, ese freno queda sin la cobertura ABS ya que se emplea un sistema monocanal para la rueda delantera que es la más crítica a la hora de bloquearse. Así que mucha más potencia en el tren posterior y con el mismo disco de 200 (la llanta de 12” permitiría sobredimensionarlo a 220 mm) en la rueda delantera con pinza de doble pistón, se añade la seguridad del ABS aunque como suele ocurrir en el tren delantero, el sistema tienda a apurar al máximo el bloqueo de esta rueda antes de entrar en acción.
En compañía
Si el abuelo del Django, el S55, hizo un buen trabajo permitiendo compartir un scooter en compañía, el nieto lo borda con ese diseño que simula sillines independientes y que, a la vez delimita claramente las plazas, evitando que el piloto invada la del pasajero por muy alto que sea. Como en el asiento del piloto, el del pasajero también es bajo y facilita acomodarse sobre todo a la hora de pasar una pierna al otro lado. A estas buenas virtudes añade unas estriberas desplegables bien situadas (aunque requiera extenderlas a mano) y la sólida asidera en fundición a ambos lados del asiento.
Con lupa
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El detallazo
Ahora que casi todos los scooters de “rueda alta” cuentan con hueco bajo el asiento para albergar un casco integral, no todos los modelos urbanos y retros, que utilizan mayoritariamente ruedas de 12 pulgadas, pueden presumir de poder guardar un casco integral. El Django es uno de esos pocos. El casco cabe con suficiente holgura e incluso deja detrás de él espacio para guardar otros objetos. Un buen detalle práctico.
Prestaciones con nuestro equipo de telemetría
Aceleración 0-50 m | 5,35 s (49,4 km/h) |
Aceleración 0-100 m | 8,69 s (61,1 km/h) |
Aceleración 0-400 m | 22,70 s (89,1 km/h) |
Aceleración 0-1.000 m | 46,06 s (94,6 km/h) |
Aceleración 0-100 km/h | NO LLEGA |
Velocidad máxima | 96,5 km/h |
Consumo | 2,78 l/100 km |
Autonomía | 305 km |
Peso total lleno | 135,9 kg |
Reparto tren delantero | 41,3% |
Reparto tren trasero | 58,7% |
Acabados Altura de asiento Freno ABS |
Mandos de las piñas Suspensión trasera dura Velocidad máxima |
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