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- Fecha 27/07/2017
En verano es cuando más apetece disfrutar de la moto o el scooter. Pero precisamente es la estación del año que más “desgasta” el aspecto exterior de tu vehículo por la intensa luz directa del sol y las altas temperaturas, sobre todo si la dejas a la intemperie. En este reportaje te contamos cómo elegir unas buenas fundas y cubresillines para protegerla.
Con el verano es cuando más apetece usar la moto o el scooter. Sin embargo, la intensa luz directa del sol y las altas temperaturas no se llevan muy bien con la carrocería de estos vehículos.
Os mostramos un par de ejemplos de lo que os acabamos de contar con la degradación que ha sufrido la pantalla-parabrisas de este scooter y el agrietamiento que muestra el asiento. Pero hay muchos casos más. Ahí tienes la decoloración que sufre la pintura de la carrocería así como las decoraciones de los adhesivos, pero también puede llegar el caso de deformaciones de los plásticos por el calor, empuñaduras, cuadro de instrumentos, por no hablar de lo que quema la moto cuando la bajamos del caballete y después nos sentamos sobre su asiento ardiendo, o incluso el peligro de dejar la moto al sol con el depósito lleno de gasolina con el tapón a presión.
El problema no se limita a dejar la moto aparcada al sol mientras nos encontramos en la oficina, sino a dejarla aparcada una simple hora. Obviamente, lo mejor es dejar la moto aparcada bajo una sombra, pero la mayoría de las veces no están disponibles, o queda al descubierto pasadas unas horas.
La solución que proponemos, son las fundas de moto y cubresillines. Dos elementos de precio asequible y que nos permitirán seguir disfrutando de nuestra moto sin que envejezca. Aquí te contamos lo que debes tener en cuenta en tu elección.
Fundas de moto
No sólo hacen su labor las fundas de motos y scooters en el cálido verano, sino que también protegen nuestra inversión dentro de un garaje y, especialmente, cuando tienen que “hibernar” durante un tiempo prolongado. El garaje es un lugar fresco y seco, sin los problemas que conlleva la intemperie. No obstante, en una estancia prolongada, el fino polvo en suspensión del garaje (o la sal del asfalto que aportan los coches que conviven en el garaje) puede arañar los acabados exteriores o introducirse en la caja del filtro del aire o rodamientos provocando fallos mecánicos. En este caso, una funda sencilla y económica cumple su función.
Pero volviendo a los calores del verano y en el exterior conviene exigirle mucho más a una funda. Para empezar el tejido tiene que ser fuerte y duradero. El Polyester es un excelente material para proteger una moto a plena luz del día pero a la hora de elegir es importante que se especifique su densidad en la escala “Denier”; así, por ejemplo, un 210D (210 gramos por cada 9.000 metros de fibra) cuenta con más que suficiente densidad para soportar no sólo las altas temperaturas del verano sino las más frías de invierno, formando una capa termoaislante que aísla y protege a la moto. Importante también que las costuras de la funda estén termoselladas para impermeabilizarla de la humedad, que la base de la funda sea elástica para adaptarse a los bajos de la moto/scooter y que disponga de correas y clips que eviten el bandeo de la funda los días de viento. Otro detalle muy importante a tener en cuenta es que disponga de agujeros a la altura de ambas ruedas para pasar por ellos un antirrobo protegiendo a la vez funda y moto.
Lo habitual es encontrar las fundas en dos tamaños: el pequeño o “L” muy apropiado para cualquier moto o scooter de 125 cc de hasta 2.050 mm de largo, dejando la grande o “XL” para scooters de tamaño grande (con equivalente en 300/350 cc) o scooters de 3 ruedas. Este tipo de fundas se suelen recoger en pequeñas bolsas fáciles de transportar con el vehículo.
Cubresillines
Si bien una funda de moto cubre por completo la moto, incluyendo el asiento o sillín, un cubresillín es una alternativa mucho más manejable y económica para utilizar en los aparcamientos a la intemperie durante los entretiempos de primavera y otoño, y en el frío invierno.
El cubresillín resulta muy práctico para proteger la superficie exterior del asiento de la humedad en los días de lluvia, así como de los excrementos de las palomas y rasguños accidentales en el tapizado.
Al emplearse con temperaturas suaves o frías no es necesario el requisito de fuerza y durabilidad de su tejido, pero sí de su impermeabilidad y, al tratarse de productos “universales” dirigidos a todos los modelos de moto y scooter, que dispongan de bordes elásticos y correas de anclaje regulables con el fin de adaptarse a nuestra medida en concreto.
Dado su aún más pequeño tamaño que las fundas de moto una vez plegado, se suelen entregar también en bolsas aún más diminutas que facilitan su transporte en cualquier rincón de nuestro vehículo.