- Autor del texto – Antonio Cuadra
- Autor de fotos – AC
- Autor acción – Álex Ruiz
- Fecha – 08/07/2018
Hay veces que lo más barato no tiene por qué ser sinónimo de malo. En la amplia gama de motos Keeway de asfalto, por ejemplo, la RKS se posiciona como la más económica con un precio justo por debajo de los 1.800 €. No recurre a componentes racing y aunque su estética no ha cambiado, el Euro 4 le ha sentado muy bien tanto a nivel de frenos como rindiendo con unas prestaciones mucho mejores e incluso superiores a las de otros modelos con motor refrigerado por aire.
Parece instintivo tender a elegir la opción más cara en caso de duda por aquello de no equivocarnos, sobre todo con motos que rondan los 2.000 € y que nos van a durar muchos años. Cuando cayó en nuestras manos la RKS 125 de Keeway nos lo planteamos. A la vista está que la RKS no se apunta a la moda de las horquillas invertidas con gruesas secciones de barras, ni a los discos de freno con el perímetro Wave o lobulado y llamativas pinzas de freno de color rojo vivo, ni a los semimanillares deportivos. Tampoco encontrarás en su equipamiento el sofisticado sistema de cerradura de contacto con obturador que monta su hermana la RKV, ni asientos cosidos con hilo rojo, ni faro con ópticas superpuestas.
Está claro que hay que prescindir de todo eso para conseguir un precio “cañón” de 1.799 €. De su comportamiento en la práctica nos ocuparemos en los apartados siguientes, pero si te molestas en mirar la RKS al detalle, te sorprenderá descubrir que está muy bien dotada. Coincide a nivel de motor utilizando una mecánica de origen Suzuki que en esta, su última versión, ha abandonado el carburador tradicional por un sistema de inyección electrónico para cumplir con la Euro 4.
En lo que se refiere a frenos, Keeway dotaba antes a esta RKS con un freno trasero de tambor básico, pero la imposición de montar al menos un sistema de frenada combinada con las complicaciones que supone accionar frenos mecánicos e hidráulicos a través del pedal, ha hecho que la marca abandone los tambores y unifique los sistemas de disco en ambas ruedas no sólo en esta RKS sino en otros modelos de scooter económicos. Esto, sin duda, es una gran ventaja ya que además de disponer de mayor potencia de frenada, nos olvidaremos de estar pendientes del desgaste del tambor y su corrección por medio del tensado manual.
Tampoco se recorta a nivel de caballetes. Está claro que con una pata de cabra sería suficiente, pero en la RKS encontramos también un caballete central y el lateral es de los que no se recoge solo disponiendo de un interruptor que actúa sobre el encendido parando el motor cuando se encuentra extendido por despiste.
Y si en el tren delantero se emplea una horquilla de eje centrado convencional, en el trasero nos encontramos con una pareja de amortiguadores de gas con botella separada, un lujo reservado para los modelos Premium.
Ser barata tampoco significa dejar de ser “coqueta” y en esta RKS descubrimos que cuenta con una quilla bajo el motor que le da un toquecito “R” muy atractivo. Y aunque su faro no sea de doble óptica superpuesta, emplea una bombilla halógena y recurre a difuminar la luz de posición en el perímetro del faro a través de una especie de guía luminosa iluminada por doble bombilla convencional. También te sorprenderá encontrar en nuestra protagonista un piloto/luz de freno en la parte posterior que recurre a una matriz de LEDs. Incluso que su asiento se abra con cerradura para poder llevar encima la documentación, dotación de herramientas, e incluso, un antirrobo de disco o de horquilla pequeño.
Tampoco se escatima en la instrumentación con un tablero de instrumentos dotado de un reloj cuentavueltas dominante (otro toque deportivo con zona roja a partir de las 10.000 vueltas) que se entrelaza con una pantalla LCD con mucha información, y un sistema por testigos luminosos que te indica la marcha engranada.
Seguro que nos dejamos algo, pero otro detalle que valoramos fue encontrarnos con una maneta de freno delantero con regulación de apertura por medio de una ruleta con cuatro posiciones, algo que no todos los scooters y motos Premium pueden presumir de ello.
A bordo
La RKS es una moto bajita con una altura de asiento de tan sólo 760 mm, y lo suficientemente estrecha en la zona de unión con el depósito para que ningún usuario, por bajito que sea, se pueda quejar de no hacer pies; detalle muy importante para que los principiantes se sientan con control para conducir su nuevo vehículo.
Lo bueno también es que, cuando te pones en marcha y subes los pies a las estriberas, te sigues encontrando muy a gusto porque no están elevadas y no te obligan a ir encogido de piernas, al menos así lo es para tallas en torno a los 170 cm y no creo que con un poco más de estatura se planteen problemas de adaptabilidad. La perfección en el triángulo ergonómico (asiento-estriberas-manillar) se completa con un manillar alto y ancho de tubo que te permite adoptar una posición con la espalda erguida muy adecuada para los desplazamientos urbanos y para disfrutar de la RKS en excursiones. A esto añade un mullido de asiento cómodo incluso si llevas más de una hora sentado sobre él y que los “aplastamientos” del depósito a la altura de las rodillas están muy conseguidos para hacer muy estrecha a la RKS contrastando con una capacidad de depósito sobradísima de nada menos que 16 litros.
Su medio natural es la ciudad y los atascos de las horas puntas. La RKS se convierte en el anti-scooter por su ligereza, agilidad y buena maniobrabilidad para moverse entre coches. Si apuras mucho puedes golpear los extremos de los retrovisores con las furgonetas y autobuses pero a cambio, si lo evitas, te ofrecen una buena perspectiva de lo que se cuece a tu espalda.
Pero tampoco la RKS le hace ascos a salir por vías de circunvalación o carretera abierta. Nuestra telemetría dio una máxima de 107 km/h reales que se corresponden con 118 de velocímetro y que es la velocidad a la que entra en acción el corte de encendido a unas 10.400 rpm. No es cuestión de llevarla por carretera abierta a tope de acelerador. Se encuentra más a gusto llevándola a velocidades de crucero de 90-100 km/h según el velocímetro con la aguja del cuentavueltas sin pasar de las 9.000 revoluciones.
Es más, si vas a abusar de ella en carretera abierta te aconsejaríamos que montaras un piñón de ataque de uno o dos dientes más para sacarle aún más velocidad máxima o, por lo menos, para hacer los cruceros más desahogados (= misma velocidad a menos rpm = menos consumo) y sin sacrificar su ya de por sí buena salida de los semáforos en primera, aunque en el apartado “Línea de tierra” haremos una objeción sobre los neumáticos.
Lo del consumo es para hacer un corte de mangas con todas tus ganas a la OPEP. Como ya es habitual en nuestras pruebas, dándole caña a la RKS hemos conseguido un consumo de 3,05 litros/100 km, lo que supone poder recorrer 525 km (dando caña, insistimos) hasta consumir los 16 litros del depósito. El primer ladrillito del nivel de gasolina (de seis en total) no desaparece hasta que has recorrido unos 200 km.
Damos fe que a las RKS anteriores se las “capaba” de carburación y filtro del aire para que andasen menos que las RKV, pero sospechamos que con el Euro 4 han unificado cuerpos de mariposa, inyectores y caja del filtro de aire. Incluso, si consultas la página web oficial de la RKS E4, comprobarás que se declaran 8,5 kW de potencia (11,6 CV), mientras que para la RKS Sport se baja una décima de kW (11,4 CV) y la RKV (tope de gama refrigerada por aire) se queda en 8,0 kW (10,9 CV).
Linea de tierra
Si el Euro 4 le ha sentado muy bien al motor de la RKS, a nivel de frenos mejor todavía ya que se ha abandonado el sistema del tambor por un disco de dimensiones no declaradas (a ojo, unos 220 mm). El sistema combinado CBS ha obligado a ello porque parece más sencillo recurrir a discos en ambas ruedas con una pinza de tres pistones delante para combinar uno de ellos con la pinza de doble pistón trasera a través del pedal de freno. Resultado: más potencia para detenerse y con una contribución muy suave sobre el freno delantero.
En lo que respecta a suspensiones, y pese a que lo que se lleva son las horquillas invertidas con barras gruesas, la horquilla de eje centrado cumple perfectamente su cometido para lo que está concebida la RKS: tragarse las irregularidades típicas de un asfalto urbano (o empedrado) lleno de parches o sin parchear. En el tren posterior se recurre a dos amortiguadores con botella separada que también hacen su buena labor.
Los neumáticos ponen la nota negativa a la RKS. Keeway de nuevo vuelve a recurrir a la marca Cordial que, en otras pruebas, hemos comprobado que aportan un agarre deficiente con el suelo mojado; en el caso que nos ocupa no podemos decir nada porque no pudimos probarlos con lluvia. En seco hacen un trabajo correcto. Pero no te dan demasiada confianza, sobre todo el neumático delantero, cuando circulas con el acelerador enroscado a tope. Puede deberse a una falta de rigidez a las velocidades próximas a la barrera de los 100 km/h de los neumáticos de dos lonas de Cordial. Casi seguro que con unos neumáticos occidentales desaparezca, pero personalmente yo aprovecharía para montar neumáticos más anchos (y occidentales) aunque para ello habría que ver si las garganta de las llantas los admiten y consultar con una ITV si te podrían admitir el cambio.
En compañía
Con un motor que empuja muy bien desde abajo no habrá problema de que desfallezca ante el peso extra de un ocasional pasajero. El asiento de atrás se eleva poco más que el delantero y no revestirá ninguna dificultad para pasar una pierna al otro lado y acomodarse disponiendo también de buen mullido y correcta superficie. Las estriberas están bien situadas para ofrecer una posición cómoda y dispone de sólidas asideras laterales para agarrarse.
Con lupa
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El detallazo
No es para presumir seguir contando con un motor de origen Suzuki GS muy parecido al que utilizaban las Suzuki españolas DR-SM y Marauder, ya que tiene muchos años en cartel. Pero en Keeway han sabido afinarlo con una inyección que le da suavidad, excelentes prestaciones y potencia desde bajas vueltas y un bajísimo consumo, además de equilibrar el cigüeñal para que no vibre sin necesidad de recurrir a ejes de equilibrado. Es un trabajo de actualización que valoramos.
Prestaciones con nuestro equipo de telemetría
Aceleración 0-50 m | 4,92 s (54,6 km/h) |
Aceleración 0-100 m | 7,84 s (67,5 km/h) |
Aceleración 0-400 m | 20,49 s (98,5 km/h) |
Aceleración 0-1.000 m | 41,15 s (105,2 km/h) |
Aceleración 0-100 km/h | 21,55 s (429 m) |
Velocidad máxima | 107,0 km/h |
Consumo | 3,05 l/100 km |
Autonomía | 525 km |
Peso total lleno | 134,0 kg |
Reparto tren delantero | 44,9% |
Reparto tren trasero | 55,1% |
Prestaciones Precio Frenos |
Neumático delantero Contacto sin bloqueo Estética conocida |
Ficha técnica/ Equipamiento/ Precio/ Galería Imágenes
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Rivales directos | Honda CB125F MH NKZ 125 |
Rieju Strada 125 Yamaha YS 125 |