• Autor del texto – Antonio Cuadra
• Autor de fotos – Vespineros Españoles
• Fecha – 5/6/2022

¿Quién no conoce al Vespino, o a la Vespino? Fue el ciclomotor más popular de la historia de España que aportó a la juventud de su época (por igual a chicos como a chicas) un medio de transporte elegante, práctico, robusto, cómodo, sencillo y fácil de conducir para moverse con plena libertad. Desarrollado en un tiempo récord de menos de 3 años por un equipo de MotoVespa liderado por Don Vicente Carranza, sin ninguna experiencia previa en el diseño de nuevos modelos y sin el apoyo de la casa madre italiana Piaggio, el Vespino heredó de la Vespa el manillar carenado, la limpieza al aislar la mecánica del exterior, y la facilidad para desmontar la rueda trasera con sólo quitar cuatro tornillos. A todo ello añadió soluciones prácticas como la tapa basculante que permitía acceder al depósito de gasolina para los repostajes o acceder a la bujía, y una mecánica simplificada al máximo que permitía su desmontaje y montaje con una llave de bujías (21 mm) y un simple destornillador plano. Fue uno de los primeros vehículos en utilizar la transmisión automática por variador y pionero en compactar en un bloque motor-transmisión que hacía de basculante, tal como actualmente utilizan la mayoría de los scooters del mercado.

Se lanzó al mercado en febrero de 1968 y terminó su producción en el año 2000 con más de dos millones de unidades fabricadas, poco antes del cierre de la factoría MotoVespa en la madrileña calle de Julián Camarillo nº 6, amenazado desde su última década por la proliferación de los scooters de 50 cc.

Sin embargo, aunque desapareció hace 22 años, el Vespino sigue estando vivo a través de la comunidad de Vespineros de toda España, incluyendo también a varios clubs de amigos portugueses. El grupo de Vespineros es tan numeroso y repartido por toda la península que, en el año 2008, se propuso la idea de realizar la primera Vuelta a España en Vespino por relevos empleando a “La Bella Durmiente” de Valentín Salvador, un Vespino GL de 1975 que un año más tarde, después de la paliza de la Vuelta a España, se encaminó con su dueño hacia Cabo Norte en Noruega (previamente, en 1982, Ernesto Palmieri lo hizo con un Vale y en 1988 Miguel Ángel Sánchez con un Vespino ALX).

En 2014, se propone realizar la II Vuelta a España por relevos empleándose el Vespino “Correcaminos” aportado por Kiqu responsable de la mayor web de recambios para el Vespino: Vespino.es. De nuevo, todo un éxito terminando la vuelta con el Vespino en perfecto estado.

Para el 2020 se quiso hacer la III Vuelta a España en Vespino, pero la pandemia lo impidió, consiguiéndose organizar en este 2022, esta vez con el Vespino “Vespinator” de Víctor Sáez de Pamplona, un Vespino NL Express de última serie con motor sin pedales (pies sobre estriberas fijas y con pedal de arranque). Para esta III Vuelta, Víctor contó con el pleno apoyo de Kiqu de Vespino.es en la preparación del Vespino con componentes de máxima fiabilidad, así como la marca Putoline que aporto el aceite de mezcla 2T Sport más que suficiente para cubrir los casi 7.500 km del itinerario de la Vuelta.

La III Vuelta comenzó el 15 de mayo en Málaga y fue el mismísimo Víctor el que se desplazó a la ciudad andaluza para comenzar con el primer relevo. Es más, durante la Vuelta, Víctor Sáez se desplazó a varias etapas para solucionar algunos problemillas mecánicos e incluso seguir participando en relevos.

Desde Málaga, el “Vespinator” recorrió las 47 capitales de provincia peninsulares españolas por carreteras secundarias, ya que los ciclomotores no pueden rodar por autovías ni autopistas, e incluso en ciudades como Madrid se le tiene prohibido el acceso al interior del perímetro de la M30 al no disponer de distintivo medioambiental. Incluso entre Zamora y Orense, el Vespino entró en Portugal conducido por los miembros de los clubs portugueses Megadouro, Mirandelo y Cartolicas Zincantes. En Castellón se juntaron los tres Vespino de las Vueltas a España: La Bella Durmiente, Correcaminos y Vespinator, de derecha a izquierda en la imagen.

Entre los 120 relevistas, se contabilizaron seis mujeres. Tres de ellas, Alicia Huertas, Gloria Bayón y Laura Galindo, hicieron piña para repartirse la etapa entre Ávila y Riaza (imagen superior). Kati Beltrán lo hizo entre Elgoibar y San Sebastián y Tere Bonillo de Catellón a Segorbe.

Marisa Gordero se ocupó del tramo Altea-Alicante. Esperemos que la participación femenina sea más numerosa en la futura IV Vuelta.

Durante los 7.400 km recorridos aparecieron algunos problemas como pinchazos en ambas ruedas en la provincia de Albacete (cosas de pegarse mucho al arcén), o la pérdida de los tornillos de unión del escape que se solucionó con alambre en Lleida y posteriormente con la soldadura de un soporte en Barcelona.

El problema más grave surgió a la salida de Castellón con dirección a Teruel nada más comenzar la etapa por la inexplicable rotura del plato de rampas del variador, cuestión que se solucionó en poco tiempo gracias a la rápida intervención de la comunidad de Vespinarios locales.

El depósito original de 3,3 litros de capacidad no es la mejor ayuda para conseguir grandes autonomías por lo que Víctor resolvió añadiendo un segundo depósito de 5 litros de capacidad atornillado al tubo cuadrado del bastidor. El consumo medio durante la prueba fue de unos 3 litros a los 100 km, en conducción para nada económica: gas a tope sin piedad.

La Vuelta concluyó el sábado 4 de junio en la Plaza Mayor de Zamora a donde se desplazaron muchos relevistas que contribuyeron al éxito de esta III Vuelta a España en Vespino.

Haz click sobre la imagen para ampliar