- Autor del texto – Antonio Cuadra
- Autor de fotos – AC
- Autor acción – Carlos de la Cuadra
- Fecha – 16/12/2013
La española Rieju entra por la puerta grande en el mercado de scooters Premium con este City Line 125i. Un producto que compite en la sofisticada y tecnológica categoría de los megascooters de Gran Turismo, con la calidad de fabricación europea de una marca que ya acumula 80 años de experiencia, y con un producto que nos ha demostrado que no le faltan virtudes dinámicas.
Tradicionalmente la marca de Girona siempre ha contado con una gran experiencia en la fabricación de motos (sobre todo offroad) en pequeña y mediana cilindrada. Pero los tiempos cambian, y sin abandonar su especialidad, Rieju se “cambia el chip” adaptándose a las necesidades de un mercado que busca en el scooter la practicidad de la moto en su uso diario. Afortunadamente, al tratarse de una fábrica pequeña, Rieju se adapta rápidamente a esos cambios de tendencias del mercado, e incluso tanto sus propios trabajadores como sus concesionarios se implican con la empresa para apoyar el cambio. Recientemente, Rieju ya se estrenó en este segmento con el modelo MIUS de propulsión eléctrica y “rueda alta”, así como con el modelo deportivo RS en la cilindrada del ciclomotor. Pero había que hacerlo también en los 125 cc de la convalidación que es donde se centra la principal actividad del mercado con un producto de fabricación propia y no con importaciones asiáticas como ocurrió con el Pacific 125.
Obviamente el desarrollo de un scooter de la envergadura de un Gran Turismo en 125 y 300 cc lleva mucho tiempo y experiencia previa, y por ello Rieju recurre a la italiana Malaguti, una firma que siempre ha tenido buena relación con la española sobre todo en las décadas de los ochenta y noventa, representándola en nuestro mercado o incluso fabricando bajo licencia sus scooters como ocurrió con el Rieju First.
En la actualidad, Malaguti ha cesado su actividad, y Rieju adquiere los derechos de producción de uno de sus modelos más emblemáticos: el Madison. Un excelente punto de partida para empezar con buen pie en el mundo de los scooters medios y grandes, con una probada base ciclo y el atractivo del diseño italiano. De ahí, que las formas del Rieju City Line te resulten familiares: su frontal picudo con doble óptica de faro de gesto agresivo, completísimo cuadro de instrumentos, cuerpo central estilizado y llantas de 14 pulgadas en ambos ejes. E incluso te puedes encontrar la marca Malaguti en las tapas de las bombas de freno o en la misma llave de contacto ya que se mantienen prácticamente los mismos proveedores de la industria auxiliar europea, aunque ahora el ensamblaje y parte de los componentes se llevan a cabo en las instalaciones de Figueras en lugar de Bolonia.
El asiento es a dos niveles, y solo se abre el delantero para acceder a su interior. Hay un gran espacio que se continúa incluso debajo del asiento del pasajero y en el que se pueden llegar a introducir hasta dos cascos abiertos. Pero lo cierto es que los cascos integrales grandes no entran. El hueco se abre desde una cerradura por el lateral izquierdo y cuenta con iluminación.
Delante, en el salvapiernas, el City Line dispone de una ancha guantera central protegida por cerradura en la que se encuentra la caja de fusibles, un par de fusibles y la pinza para extraerlos montados en el interior de la tapa, y toma de corriente para cargar el móvil (o conectar un navegador GPS) con conexión USB.
Con el cambio, Rieju aprovecha para aplicar algunos cambios. Aparte de los cromáticos sobre base en blanca nacarado y negro, el City Line estrena un parabrisas más bajo en tono ahumado que refuerza estéticamente su comportamiento deportivo, frenos de disco con perímetro wave en ambos ejes, dotando al delantero de más diámetro (260 mm en lugar de 240), y mecánicas de última hornada proporcionadas por Piaggio con refrigeración líquida, culata de 4 válvulas e inyección electrónica para rendir los 15 CV necesarios para estar entre los modelos destacados del mercado.
El mismo City Line que os mostramos en la cilindrada de 125 cc, también se ofrece con motorización de 300 cc, con lo que se convierte en el scooter de mayor cilindrada que lleva la etiqueta de Made in Spain, aunque lo cierto es que, después del cierre de las fábricas españolas de Honda, Yamaha, Suzuki y Derbi, el City Line es el único scooter fabricado en España.
A bordo
Sentado en el City Line vas alto, a 795 mm del suelo. Si pasas del metro setenta no tendrás problema para apoyar ambos pies en tierra, pero si no llegas, tendrás que tocar casi de puntillas con ambos pies o con la planta de uno si lo inclinas ligeramente a un lado. Es un scooter de gran envergadura, e incluso en su vida anterior se llegó a ofrecer en la cilindrada de 400 cc para que te hagas una idea. El puesto que ofrece es muy amplio y comodísimo. En su posición de conducción urbana, esto es, con los pies apoyados en las plataformas horizontales, las piernas van flexionadas sin forzar en absoluto, con un buen apoyo lumbar ofrecido por el respaldo que hace el asiento del conductor en su escalón con el del pasajero. Cuando sales a carretera abierta, podrás optar por la posición de conducción “custom” apoyando los pies en las plataformas inclinadas que parecen estar diseñadas para jugadores de la NBA dado lo lejos que se encuentran comparado con otros scooters GT y que obligarán a llevar las piernas completamente estiradas.
El manillar eleva las manos a la altura del pecho y próximo a él por lo que te obliga a mantener la espalda erguida. Por su parte, el parabrisas no estorba para nada a la visión, consecuencia de ser más bajito que el del Madison. Lo malo es que protege menos la cara y si circulas con la pantalla abierta del casco notarás que el aire lo desvía justo a la altura de los ojos.
Y aunque por envergadura como por amplitud en la posición de conducción te haya parecido que se trata de un scooter grande, lo cierto es que en la práctica se maneja con una agilidad más propia de un scooter urbano que de un GT. En cierto modo nos recuerda al Kymco K-XCT por la facilidad con la que se “mete” en las curvas. También da esa primera sensación rara del tren delantero, pero enseguida te haces con él y te demuestra su efectividad para moverse en núcleos urbanos. Es un poco de geometrías, de una distancia entre ejes de 1.410 mm (más corta que la de sus rivales GT) y con un peso medido en báscula con depósito lleno de 166,3 kilos (también un poco por debajo de lo que se estila). Y además se le nota que el centro de gravedad está muy bajo.
El motor es el último de Piaggio, el mismo que equipan las últimas Vespa GTS, Aprilia SR Max y que montaba el X7 Evo, porque el que emplea el XEvo actual es el de la versión anterior con carburador. Es un motor muy “zumbón“, le gusta ir muy revolucionado casi rozando las 10.000 revoluciones; le da mucha alegría a su comportamiento (el carácter deportivo que te comentábamos antes) y sale desde parado con ganas. Y además no es nada gastón, aunque los 10 litros del depósito le saben a poco en autonomía.
Está claro que tiene vocación urbana. Pero tampoco va incómodo en carretera abierta. Eso sí, la escasa protección del parabrisas resulta más crítica en carretera abierta y con la postura erguida que te manda, te tendrás que encorvar para esconderte detrás de él y sacarle velocidad para llanear. Esos 106,3 km/h reales que registramos saben a poco cuando se declaran 15 CV de potencia.
Línea de tierra
Un buen detalle a destacar en el City Line es el contacto con el firme: nada menos que unos Michelin City Grip. Son unas cubiertas que van muy bien en las peores condiciones (frío y lluvia) gracias a que cuentan con unas microlaminillas en los surcos de su dibujo que se expanden para aumentar la superficie en contacto aumentando el agarre.
Las suspensiones muestran un tarado tirando a duro en el límite de lo confortable pero que proporcionan una buena firmeza trazando curvas. Delante, cuenta con una horquilla con barras de 36 mm, mientras que del tren posterior se ocupan sendos amortiguadores con muelles de doble paso y ajuste en precarga.
En lo relativo a frenos, el City Line va bien dotado. Los discos wave de 260 mm y 240 mm ofrecen tanto una generosa potencia de frenado como un buen tacto para dosificarlos.
En general, la City Line nos ha dejado muy satisfechos por su buen comportamiento en cualquier medio. Como marca europea que es, Rieju ha hecho un gran esfuerzo por ofrecerlo a 3.899 €, algo menos incluso por lo que se ofertaba su predecesor Madison, pero aunque no sea el más caro, el resto de su competencia aprieta.
En compañía
La generosa envergadura que se traduce en amplitud y habitabilidad para el puesto de conducción, también es extensible al pasajero con un asiento de generosa superficie y correcto mullido. A pesar de lo que comentábamos respecto a la altura del asiento, no es difícil acomodarse en la parte de atrás por aquello de tener que pasar una pierna hacia el otro lado. Una vez sentado, las asideras laterales integradas en el transportín trasero resultan cómodas y en posición adecuada, debiendo apoyar los pies en unas estriberas fijas con amplia superficie hacia el exterior pero que no resulta suficiente para salvar con las pantorrillas la anchura del cuerpo trasero, debiendo pues arquear ligeramente las piernas hacia dentro.
Con lupa
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El detallazo
Uno de los detalles para presumir en este Rieju City Line es la instrumentación a la que no le falta de nada. La información está repartida en cuatro esferas entrelazadas retroiluminadas en un suave color naranja. La central muestra el velocímetro con un lejano fondo de escala en 180 km/h, pensando en ser compartido con la mecánica Piaggio de 300 cc. A su izquierda los niveles de temperatura del motor y el de gasolina dedicando a cada uno una esfera en exclusiva, mientras que la esfera derecha se dedica a una pantalla LCD que incorpora el velocímetro (información redundante al repetirse en la esfera central), reloj horario, cuentakilómetros total/parcial, cronómetro, aviso de revisión periódica, temperatura ambiente próxima a la congelación y nivel de carga de la batería. Las funciones de esta pantalla se pueden seleccionar sobre la marcha presionando sobre un gatillo en la piña derecha para no tener que soltar las manos del manillar.
Prestaciones con nuestro equipo de telemetría
Aceleración 0-50 m | 5,62 s (51,1 km/h) |
Aceleración 0-100 m | 8,73 s (64,0 km/h) |
Aceleración 0-400 m | 22,07 s (92,2 km/h) |
Aceleración 0-1.000 m | 43,77 s (102,9 km/h) |
Aceleración 0-100 km/h | 32,20 s (672 m) |
Velocidad máxima | 106,3 km/h |
Consumo | 3,27 l/100 km |
Autonomía | 306 km |
Peso total lleno | 166,3 kg |
Reparto tren delantero | 40,8% |
Reparto tren trasero | 59,2% |
Comportamiento dinámico Aceleración Posición de conducción |
Hueco bajo asiento reducido Protección parabrisas Precio |
Ficha técnica/ Equipamiento/ Precio/ Galería Imágenes
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