- Autor del texto – Antonio Cuadra
- Autor de fotos – AC
- Autor acción – Vicente Arenas
- Fecha – 04/01/2022
Doble estreno de Voge con la motocicleta ER-10. Por una parte, es su primera motocicleta eléctrica y, por otra, cubre el segmento de la convalidación con un vehículo equivalente a un 125 cc térmico. Y además lo hace poniendo todo el estado del arte tecnológico en este vehículo que atrae a primera vista por sus formas más propias de una moto sacada de una película de ciencia ficción. A todo esto, añade un excelente comportamiento, prestaciones más que correctas, autonomía suficiente y un precio de adquisición muy contenido.
Lo quieras o no, los vehículos eléctricos van a ser la movilidad de un futuro que parece estar cada vez más cerca, sobre todo por los límites que se les ponen a los vehículos térmicos. Ahí tienes el caso de los ciclomotores (velocidad máxima 45 km/h) que, con la práctica desaparición de los motores 2T, sus aceleraciones son cada vez más perezosas y ya han sido “sorpassados” por los eléctricos, incluso en lo que se refiere a precio de adquisición. Échate a temblar con lo que nos deparará la próxima Euro 6.
De momento, en los 125 cc, la balanza se inclina favorablemente hacia los bebedores de gasolina, pero atentos a las nuevas incorporaciones. Ya vimos con el scooter GT Linze Trip que los eléctricos convalidados son capaces de superar de largo velocidades máximas por encima de la barrera de los 100 km/h con autonomías suficientes para un uso diario sin estar tan pendiente de su recarga diaria. Y ahora nos llega esta ER-10 de Voge, la marca “Premium” de Loncin especializada en motos de más de 300 cc, que hasta ahora no se había asomado por nuestro segmento. El origen de este modelo tan futurístico es el White Ghost (Fantasma blanco) de la firma Sur-Ron; Loncin se puso en contacto con ellos y adquirió el modelo para enriquecer la familia Voge fabricándolo en sus naves de Chongqing, una forma de subirse al tren de la tecnología eléctrica punta a tiro hecho sin perder tiempo en desarrollos.
Hay que reconocer que estéticamente llama la atención por sus formas traseras con el asiento y todo el subchasis trasero en voladizo incluso muy por delante del eje del basculante que sirve de apoyo al motor eléctrico que transmite el movimiento a la rueda posterior por medio de una cadena a tensión constante (= mayor durabilidad y menor mantenimiento de su tensión). Toda esa estructura (bastidor y basculante) está hecha en fundición de aluminio con una robusta doble viga desmontable que va desde la pipa de la dirección al eje del basculante.
Sobre esa estructura se montan suspensiones de primera como la horquilla invertida con barras de 37 mm o el sofisticado amortiguador situado por delante del eje del basculante accionado por su parte inferior a través de bieletas unidas al basculante.
Como moto tecnológica que es, la ER-10 cuenta con un sistema de llave inteligente aunque le acompaña una llave convencional para bloquear la dirección. La llave inteligente incluye tres botones que permiten su localización, apertura a distancia de la tapa del falso depósito para acceder a su contenido y desconexión remota (si nos la están robando).
El motor se posiciona muy en el centro de la moto, sobre el basculante, como ya hemos adelantado, pero muy cerca de su eje para conseguir una tensión constante de la cadena y que no afecte demasiado al peso suspendido trasero. Está fabricado por el gigante chino JWT también con mucha tecnología ya que es de funcionamiento trifásico (los cables de las tres fases que lo alimentan son de un llamativo color naranja) y está refrigerado por agua, al igual que la electrónica de potencia del controlador que se ocupa de convertir la corriente continua de la batería en trifásica además de dosificar la carga según la apertura del acelerador e incluso recuperar energía automáticamente al cortar gas activando un suave freno motor que ayuda con un 5% de la recarga.
De nuevo, como en cualquier vehículo eléctrico, hay que buscar el equilibrio perfecto entre precio, autonomía y velocidad máxima. En el modo Sport (a plena potencia), te adelantamos que verás los 100 km/h en su velocímetro siempre que el motor esté fresco, y de ahí te será imposible superarlo. Sería muy fácil conseguir cifras superiores con los 6 kW nominales (8,2 CV) o 8,9 kW pico (12,1 CV) del motor. Pero ese es el límite que se ha fijado porque si se superara la barrera de los 100 km/h la carga de las baterías desciende en picado e incluso poniendo en serios aprietos su integridad. Habría que plantearse, sobre todo en motos eléctricas (no scooters), disponer de un cambio de velocidades de al menos 2-3 marchas con lo que mejorar su rendimiento, sobre todo al disponer de una cifra de par de 41 Nm.
La batería, en este caso es de litio (celdas Samsung) con una capacidad de 4,2 kWh (peso declarado de 30 kilos, algo pesada para cargar con ella y más para sacarla del fondo de la moto si se pudiera extraer ya que está fija al bastidor) dejando libre por encima de ella un hueco de 16 litros en el falso depósito para poder alojar un casco abierto.
Respecto al precio, la Voge ER-10 cuenta con un precio en promoción de 5.889 € (descuento de 400 €) hasta el 31 de enero de 2022, a lo que todavía hay que descontar los Planes Moves III y los que ofrecen Comunidades Autónomas y Ayuntamientos. Onetrón-Voge también cuenta con una interesante promoción de venta a plazos desde 75 €/mes y la garantía de 3 años que se adelantó antes de que desde este 2022 fuera ya obligatoria.
A bordo
Por fuera, ese aspecto futurístico te engaña porque una vez que te subes a ella te encuentras igual de cómodo y con el tamaño de una moto de 300 cc. Es más, no requiere de ninguna adaptación. Los 800 mm a los que se eleva el asiento pueden dar “vértigo” a usuarios no altos, pero en la práctica, con 170 cm de estatura se llega al suelo con las dos plantas de los pies y rodillas ligeramente flexionadas gracias a que las suspensiones ceden con el peso y que el arco de montura es estrecho. Una vez iniciando la marcha, con los pies en las estriberas, se adopta una postura cómoda, muy de paseo, con la espalda recta y manos sobre un manillar ancho y elevado.
En ciudad se encuentra muy integrada haciendo gala de una excelente manejabilidad con un peso contenido (150 kilos) situado muy abajo al que hay que añadir también una buena maniobrabilidad por su radio mínimo de giro. Cuenta con sólo dos modos de conducción: Eco y Sport. El Eco te sobra para su vocación urbana ya que limita la velocidad máxima a 56 km/h de máxima según velocímetro que se quedan en 54,2 reales. Además de la velocidad, el controlador en el modo Eco limita la corriente eléctrica máxima en aceleraciones y ascendiendo pendientes con el fin de conseguir una autonomía suficiente. En este modo recorrimos a ritmo alegre 30,6 km dejando la capacidad de la batería en un 49% restante; haciendo una regla de tres estimamos que una batería completa da para 60 km, o lo que es lo mismo, consumes una energía de 7 kWh en hacer 100 km que, al precio de 0,102751 €/kWh en horario nocturno (mercado libre sin IVA) te sale recorrer esos 100 km 0,87 € (IVA incluido).
Con el modo Sport sacas casi todo el potencial a la ER-10 (con velocidad limitada para no descargar las baterías). En carretera abierta y si el motor está fresquito llegas a ver los 100 km/h que se corresponden con 96,8 km/h reales. De ahí no pasa ni cuesta abajo. Se comporta muy bien, como una moto, inclinando y trazando con pulso firme. Lástima que no te puedas alejar demasiado porque en Sport la autonomía te dura un suspiro.
No nos ha gustado que, en cuanto roces una de las manetas de freno, se desconecte el motor. Se supone que es algo incompatible pero seguro que alguna vez lo harás cuando dosifiques a baja velocidad la entrega de potencia del motor. Si te pilla haciendo esto en una rotonda pierdes la tracción y la moto tiende a caerse al interior; en cuanto liberas los frenos vuelve a haber tracción de golpe y con entrega brusca. En los primeros vehículos eléctricos era posible desconectar esta característica en el setup de la controladora, pero lo desconocemos en esta ER-10.
Línea de tierra
En cuestión de frenos, la ER-10 está muy bien dotada. Cuenta con discos de 280 y 220 mm con pinzas de doble y simple pistón, que muestran buena potencia de frenado y además vienen acompañados se sistema ABS sin declarar fabricante, aunque de funcionamiento impecable sin apenas sentir los latidos en las manetas cuando entra en acción. Además de esta pareja de discos, se cuenta con frenada regenerativa al cortar gas y hacer uso del freno motor para recargar la batería; su retención es muy suave.
Las suspensiones colaboran y mucho en ese tacto de moto grande que tiene la ER-10. Tanto la horquilla invertida como el monoamortiguador por bieletas cumplen sobradamente su cometido con un tarado correctísimo tirando a duro pero lo suficientemente cómodo.
Alguna vez hemos comentado en este apartado que cuando la marca de neumáticos china CST pone nombre propio a unos neumáticos (en lugar de la habitual letra C seguida por tres cifras) es porque se siente orgullosa de su desarrollo. Y esto lo volvemos a confirmar con los nuevos Magsport de dibujo deportivo que en el tren posterior luce una gran sección (140 mm) en perfil muy bajo (60%) para lo que acostumbramos a ver en un vehículo eléctrico. Dan mucha confianza en conducción sobre asfalto seco y, como nos está ocurriendo últimamente, desconocemos su comportamiento en mojado.
En compañía
La ER-10 es monoplaza y no se contempla estar acompañados por un pasajero. Quizá la culpa de ello la tenga su diseño en voladizo. Si de hecho, el puesto del conductor se encuentra bastante alejado del punto de apoyo del voladizo, el puesto del pasajero se encontraría todavía más lejos y esto repercutiría en un mayor brazo de palanca que comprometería su resistencia.
Con lupa
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El detallazo
Lo que hace muy diferente la ER-10 de Voge del resto de las motos eléctricas y térmicas, es su original bastidor basado en una estructura de doble viga curvada en fundición de aluminio que se atornilla a la pipa de la dirección y que finaliza en el eje del basculante. A esta estructura se atornilla el subchasis que se mantiene en voladizo. Es más, el anclaje superior del amortiguador se fija a la zona inferior del doble viga próxima al eje del basculante. El basculante también esta fabricado en fundición de aluminio y soporta el motor eléctrico próximo al eje.
Prestaciones con nuestro equipo de telemetría
Aceleración 0-50 m | 5,56 s (48,7 km/h) |
Aceleración 0-100 m | 8,82 s (60,6 km/h) |
Aceleración 0-400 m | 23,14 s (84,8 km/h) |
Aceleración 0-1.000 m | 46,72 s (95,0 km/h) |
Aceleración 0-100 km/h | NO LLEGA |
Velocidad máxima | 96,8 km/h |
Consumo | 7 kWh/100 km (Eco) |
Autonomía | 60 km (Eco) |
Peso total lleno | 149,7 kg |
Reparto tren delantero | 49,4% |
Reparto tren trasero | 50,6% |
Comportamiento Tecnología Frenos |
Monoplaza Batería no extraíble Incompatibilidad freno-tracción |
Ficha técnica/ Equipamiento/ Precio/ Galería ImágenesVer FICHA TÉCNICA/EQUIPAMIENTO/PRECIO/IMÁGENES de la Voge ER-10 |