Autor del texto – Antonio Cuadra
Autor de fotos – AC
Autor acción – Vicente Arenas
Fecha – 2/6/2019

Mitt es consciente de que la imagen exterior es decisiva en la elección de nuestra moto, y con más motivo si estamos limitados por dos condicionantes principales: el límite de los 125 cc de la convalidación coche-moto y el bolsillo. La impresionante “fachada” de esta nueva PK Max va a enamorar a muchos que ven en ella una fiel réplica de la Ducati Monster, con muchos detalles a tener en cuenta (horquilla invertida, frenos de disco en ambas ruedas, el cuadro de instrumentos, motor tipo CB-F,…) y con un precio contenido muy por debajo de la barrera de los 3.000 €.

Con menos de 1 año de existencia, Mitt, la marca propia de Jets Marivent (Marivent International Tranport Technology), cuenta ya con una gama de modelos de lo más completa para satisfacer sobre todo al usuario de la convalidación. Algunos de ellos vienen de su anterior etapa como Goes, y otros como esta naked PK Max se estrenan esta temporada 2019.

Como ha hecho Benelli con su minimoto de ocio TNT haciéndola crecer a la BN 125, en Mitt también han buscado el crecimiento de la PK con ruedas de 12 pulgadas para convertirse en una moto más grande y seria. De hecho, el modelo que nos ocupa añade el “Max” a la denominación de la moto de ocio, y también conserva esa gran similitud con una de las naked de gran cilindrada más codiciadas y que marcó un gran hito en el diseño motociclista: la Ducati Monster.

Salvando las distancias en cuanto a la no utilización de un motor bicilíndrico en L o la superior envergadura del modelo italiano, la Mitt PK Max consigue sobre todo esa similitud mostrando con el característico rojo vivo el bastidor multitubular que caracteriza al modelo original, aunque si te fijas con más detalle descubres que es una especie de moldura (eso sí, metálica) atornillada a cada lado de lo que en realidad es un sencillo bastidor simple cuna interrumpido bajo el motor. También es de “pega” el faro que simula ser un “Full LED” aunque emplea una óptica polielipsoidal en su mitad inferior para las luces cortas y un faro convencional en la superior para las largas con un contorno tipo “DRL” que hace de luz de posición.

Sí que encontramos los diodos LED en el piloto trasero así como en los intermitentes traseros y es de verdad verdadera la horquilla invertida con una sección de barras apropiada para una 125. Muy ingeniosa la combinación de elementos en el cuadro de instrumentos basado en una pantalla LCD monocroma con tintes rojos y amarillos, y el añadido de un display rojo para mostrar la marcha engranada que aparenta ser una pantalla TFT a color. También valoramos en su aspecto externo el silenciador de escape con dos elementos superpuestos para hacer creer que tienes delante un bicilíndrico, o el guardabarros trasero pegado a la rueda y sujeto solo desde el extremo izquierdo del basculante. Como hemos visto en otros modelos que “aparentan” más, la cifra de la cilindrada 125 no la encontrarás en ninguna parte de la moto, lo que acrecenta la confusión por el público que no sigue Moto125.cc.

En cuanto al motor se emplea un monocilíndrico refrigerado por aire de marcha basado en el que emplea la Honda CB125F, que ya hemos conocido en otros modelos (sospechamos que producidos por diferentes fabricantes chinos, que además no son Honda) con eje de equilibrado e inyección electrónica.

A bordo

Sentados sobre la PK Max te encuentras casi encajonado entre el depósito y el asiento del pasajero. Eso en marcha no te deja mucha libertad de movimientos sobre el asiento pero, al menos, la base del asiento se encuentra a 780 mm de altura y las tallas, incluso las menos altas, podrán llegar al suelo con los dos pies y total naturalidad. Cuando inicias la marcha y apoyas los pies en las estriberas descubres que se encuentran en una posición algo adelantada que resulta muy cómoda para circular en ciudad con la espalda recta o para disfrutar del paisaje en carretera abierta. En esa comodidad ayuda mucho la estrechez del puesto de conducción de la PK Max con los rebajes practicados en el depósito de 12 litros de capacidad que aparenta tener más por las molduras plásticas que lo envuelven buscando el parecido Monster.

En ciudad es una moto con muy buena manejabilidad. Es ágil y ayuda mucho su manillar ancho y alto. Incluso te permite maniobrar sin que las barras de la horquilla invertida resten radio de giro.

El motor es el tipo CB-F que cada vez estamos viendo difundiéndose más en la cilindrada del “octavo de litro” con cambio de marchas. Es un motor suave (por construcción y por el eje de equilibrado) con un selector de cambio preciso con el que no saltan puntos muertos entre marchas y es fácil encontrar el verdadero entre primera y segunda. A esto añade un escalonamiento muy bien pensado para disponer de una primera corta y una quinta larga para su uso en carretera.

Los 9,2 CV declarados a 7.500 rpm y 9 Nm a 6.500, resultan más que suficientes para moverse con alegría en horas punta sin tener que estar tan pendiente del cambio ya que hay “chicha” útil desde las 4.500 vueltas.

En carretera abierta que no te engañe la zona roja del cuentavueltas comenzando a las 10.000 revoluciones porque es prácticamente imposible llegar a las 9.000. De hecho, la velocidad máxima se obtiene en llano con unos optimistas 111 km/h marcados por su velocímetro (buen efecto psicológico para el que conduce) y que se corresponden con 99 km/h reales clavados, a tan solo 1 de esa barrera de los 100 km/h que parece infranqueable para la práctica totalidad de las motos con motor refrigerado por aire. Según nuestra telemetría, el régimen al que se consigue esa velocidad máxima es de tan sólo 8.200 rpm. Eso sí, ese buen Zen que transmite se materializa con un consumo de lo más contenido: 2,72 l/100 km.

Línea de tierra

Las suspensiones de la Mitt PK Max hacen un papel más que correcto. La horquilla invertida absorbe bien las irregularidades con ese correcto tarado en el punto medio entre confort y firmeza en las trazadas. Y ese punto medio ideal también se manifiesta en el único amortiguador en el tren posterior; está tan escondido que no sabríamos decirte si tiene regulación en precarga, pero es lo de menos ya que tal cual viene de origen mejor no tocarla, ni siquiera si llevas acompañantes “de peso”.

Los neumáticos, como es algo habitual en motos procedentes de China, no son de marcas reconocidas, y en este caso se recurre a unos Yanxing con dibujo deportivo y medidas tirando a anchas (110 y 130 en perfil 70%); cumplen en seco aunque pueden “cambiar de opinión” en mojado, cosa que dejamos en duda.

Por frenos, la PK Max va sobrada con discos en ambos ejes de 265 y 220 mm que presentan un perímetro más parecido al de una hoja de sierra circular para cortar troncos que a un wave. Obviamente, Mitt opta por un sistema combinado CBS utilizando una pinza delantera de triple pistón con doble latiguillo que aporta una contribución suave en el tren delantero cuando se pisa el pedal.

En compañía

El asiento de atrás resulta muy accesible para que nuestro compañero se acomode sin obstáculos que impidan pasar una pierna al otro lado. Lo que no se ha resuelto bien es dónde agarrarse: la cinta transversal para sujetarse en plan rodeo se encuentra muy baja y el piloto se va a sentar irremediablemente sobre ella; hay unas hendiduras laterales pero sólo entran los dedos, y sólo quedará la parte inferior del colín. Afortunadamente, las estriberas están bien colocadas con un soporte de fundición que incluye un tope para que el pie no se cuele al paso de la rueda.

Con lupa

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El freno de disco delantero de 265 mm se encuentra en el lado derecho lo que facilitará la colocación de un antirrobo con la dirección bloqueada. La forma de su perímetro nos recuerda a la de las sierras de cortar troncos, lo que aumenta su agresividad.	La horquilla invertida* cuenta con una sección de barras adecuada a la cilindrada de 125 cc sin “engordar” las botellas para permitir giros más cerrados de manillar en las maniobras.*	El motor tipo CB-F se está convirtiendo en un estándar en la categoría de motos naked refrigeradas por aire de marcha. Es muy suave de funcionamiento gracias al eje de equilibrado con un cambio de cinco velocidades preciso y bien escalonado.

Posiblemente con su bastidor simple cuna, la PK Max se te pase desapercibida, pero con el atrezzo de las molduras multitubulares a cada lado y atornilladas al bastidor, gana mucho más incrementando el parecido con la Ducati Monster.	También se recurre a un freno de disco trasero con forma de sierra para cortar árboles. Sus 220 mm de diámetro con pinza de simple pistón son más que suficientes, y con un buen pisotón puedes llegar a clavarlo a pesar de utilizar latiguillos de goma.	En la PK Max encontramos muchos elementos de atrezzo, como por ejemplo el silenciador* que simula uno doble superpuesto como si el motor fuese un bicilíndrico. Produce un sonido ronco y discreto.*

Otro elemento muy en boga en motos de alta cilindrada es el guardabarros pegado a la rueda. Está fijado al extremo del basculante por el lado izquierdo quedando “al aire” por el derecho. No es muy envolvente ni soporta la placa de matrícula ni los intermitentes.	Los espejos retrovisores son de diseño con un perímetro poligonal (con más anchura de superficie en el exterior, como debe ser) y un mástil con una “estructura” de doble brazo que pone su granito de arena en el diseño del modelo.	La piña izquierda de conmutadores es clásica entre los modelos de marchas, con los elementos habituales (el gatillo de ráfagas no se ve pero está por delante). Todos los mandos están en el sitio adecuado con buen tacto.

La piña derecha cuenta con lo mínimo imprescindible: interruptor cortacorrientes en color rojo, botón de claxon y, en el medio, el interruptor de luces, un elemento que ya creíamos extinguido al llevar el resto de los modelos las luces siempre encendidas.	No todo está inspirado en la Ducati Monster. El piloto trasero es de cosecha propia y forma parte de ese “aguijón trasero” formado por la tulipa en su parte inferior y el extremo del asiento por la parte superior.	La cola que sirve de soporte a la matrícula es muy minimalista contribuyendo a dar más ligereza al tren posterior de la PK Max. Incluye ese catadióptrico en su parte inferior, la iluminación de la matrícula y los intermitentes con forma de punta de flecha.

Aquí podemos ver el guardabarros pegado a la rueda con el soporte que lo una al extremo izquierdo del basculante. El cubrecadenas de plástico simula incluir un refuerzo superior que solo sirve para integrar la parte delantera del guardabarros.	Se prescinde del caballete central y sólo encontramos este lateral o pata de cabra* que proporciona un apoyo estable y además no se recoge sólo, disponiendo de un interruptor cortacorrientes.*	El reenvío del cambio es muy cortito, como corresponde a una moto que no ubica las estriberas del piloto en una posición tan retrasada. Estas estriberas están bien cubiertas de goma para anular por completo las ya de por sí mínimas vibraciones del motor.

Hay detalles bien hechos que no son precisamente aparentes, como el soporte de las estriberas del pasajero que está hecho en fundición incluyendo el tope para que el pie no se cuele hacia dentro. La estribera no cuenta con recubrimiento de goma.	El motor tipo CB-F visto por el lado del alternador. Se le ve bastante compacto de tamaño como corresponde a una mecánica de última generación. En ninguna parte de la carrocería se menciona la cilindrada, lo que aumenta la confusión.	Las llantas de 17 pulgadas de aleación ligera disponen de cinco palos que se desdoblan en forma de “Y”. El calzado se confía a unos poco conocidos neumáticos Yuanxing con dibujo deportivo y generosa anchura (110 mm) en perfil bajo del 70%.

Ojo con perder el tapón o que se te caiga al suelo porque no incluye una bisagra como Dios manda que lo una al depósito de gasolina. Eso sí cuenta con cerradura bajo una pestaña, y emplea la misma llave del contacto.	El faro apagado da el “pego” de que se trata de un Full LED, pero en realidad emplea una óptica polielipsoidal en la mitad inferior para las cortas y una parábola normal para las largas en la superior. La luz de posición se difumina por el contorno.	Los LEDs si que los encontramos en el grupo óptico posterior con una matriz que se enciendo con la posición y un contorno tipo guía luminosa que lo hace con la luz de freno. Los intermites (como los delanteros) también recurren a los LEDs.

Este es el aspecto que se esconde bajo el asiento. Al ser de una sola pieza piloto-pasajero hay más espacio accesible y sobrado para guardar una dotación de herramientas, antorribo y la documentación.	Estarás de acuerdo conmigo que el faro, cuando está apagado, te confunde y te crees que se trata de un “Full LED”, elemento reservado para motos Premium de superior precio de adquisición.	Lo de la cerradura de contacto en la parte delantera del depósito también es de inspiración Monster. A su alrededor se le ha practicado un cajeado plástico para dar cabida al llavero y resto de las llaves.

El detallazo

Los cuadros de instrumentos basados en una pantalla TFT a color encarecen el precio del vehículo. En la PK Max se han utilizado recursos de lo más ingeniosos para utilizar una pantalla LCD monocromo que es más económica: fíjate por ejemplo en el tinte rojo que cubre la zona roja del cuentavueltas (10-12.000 rpm) o el último ladrillito del nivel de gasolina, o la transparencia amarilla que se le ha dado al icono de la gasolina (no es el testigo de reserva). El indicador de marcha engranada es en realidad un “display” clásico en color rojo embutido en el LCD. El cuadro se ve muy bien incluso con luz de día e incluye mucha información dispuesta de forma clara para consultarla de un simple vistazo.

Prestaciones con nuestro equipo de telemetría

Aceleración 0-50 m	5,14 s (51,4 km/h)
Aceleración 0-100 m	8,26 s (62,4 km/h)
Aceleración 0-400 m	21,77 s (91,2 km/h)
Aceleración 0-1.000 m	44,22 s (98,6 km/h)
Aceleración 0-100 km/h	NO LLEGA
Velocidad máxima	99,0 km/h
Consumo	2,72 l/100 km
Autonomía	441 km
Peso total lleno	138,4 kg
Reparto tren delantero	47,8%
Reparto tren trasero	52,2%