- Autor del texto – Antonio Cuadra
- Autor de fotos – VLN/AC
- Autor acción – Venancio L. Nieto
- Fecha – 07/10/2013
Las apariencias engañan. A primer golpe de vista te puede parecer que la MSX 125 de Honda es un vehículo de ocio con el que te lo vas a pasar en grande. Y así es y lo corrobora su simpático aspecto y sus dimensiones reducidas. Pero después de haberla probado, te aseguramos que se trata de uno de los vehículos urbanos más efectivos que se conocen. A todo esto añade que no vas a pasar desapercibido sobre ella y que se pone muy seria cuando se le pregunta por el precio.
Honda tiene experiencia en todas las modalidades de las dos ruedas. Y como veremos más adelante, una de sus principales especialidades es la de fabricar motos pequeñas para pasar buenos ratos. Heredera de esa experiencia Monkey con una tradición de medio siglo, es esta MSX siglas que se corresponden con Mini Street X-treme. Por supuesto, es un vehículo de ocio, pero aunque su utilización principal sea pasar muy buenos ratos con ella, en Honda se han tomado este proyecto MSX muy en serio. No se trata de una “pitbike” homologada para circular legalmente por la calle sino que se ha estudiado mucho la posición de conducción para que resulte cómoda tanto a los usuarios bajitos como a los más altos.
La estructura del chasis es muy simple: un tubo casi horizontal que une la pipa de la dirección con cartelas verticales que soporta el eje basculante con las estriberas y en su parte superior, la estructura posterior.
Para el motor se emplea el clásico de cilindro horizontal con culata de dos válvulas y caja de cambios de cuatro velocidades muy empleado en los “rueda alta” asiáticos tipo Super Cub y en muchos otros modelos. Es, en su base, el del ya desaparecido Innova 125 con inyección (fabricada también en Tailandia) aunque con ciertos cambios para simplificarlo: se eliminan sus dos embragues automáticos empleando uno manual convencional con accionamiento por maneta izquierda, y cambia también el mecanismo del selector situando el punto muerto entre primera y segunda y el orden de las marchas (primera para abajo). En otras palabras: igual que cualquier moto de marchas.
En lo que respecta a suspensiones y para hacerla más llamativa, se recurre a una horquilla invertida y detrás a un monoamortiguador sin ajustes de precarga apoyado directamente en el basculante. Las ruedas son de 12 pulgadas, como las de cualquier scooter urbano, con frenos de disco de 220 y 190 mm.
El alumbrado también llama la atención. Se trata de un faro con una sola bombilla en cuya parte superior se sitúa una lente tipo polielipsoidal rodeada por una trama que emula la guía luminosa LED, situándose en la inferior una parábola multicónvex.
A bordo
Como te decíamos, la MSX es una minimoto pero nada de una pitbike en la que vas encogido con tus huesos crujiendo. Es una moto realmente cómoda aunque con un asiento tirando a duro, con las estriberas retrasadas sin flexionar las piernas y el manillar próximo al cuerpo a la altura de la cintura. Notas como toda la moto está debajo y eso es bueno para conseguir buenas cualidades urbanas: poco peso (100 kilos con depósito lleno), bajo centro de gravedad, distancia entre ejes corta y ruedas tirando a pequeñas, afortunadamente de 12 y no de 10 pulgadas, lo que le permite rodar bastante rápido (pasa por los pelos la barrera de los 100 km/h) sin “ir vendido” típico de motos cortas con ruedas pequeñas con carácter nervioso.
Es la reina de la ciudad: su hábitat natural. En horas punta es cuando mejor se desenvuelve mostrando una agilidad que nunca habíamos conocido. Cambia de dirección con insinuaciones de cintura y, con solo cuatro marchas, no hay que estar tan pendiente del cambio. Aún con eso, su selector es muy preciso: es imposible que se te cuele un punto muerto, con un leve toque en la palanca aumentas o reduces de velocidad, acompañado de un embrague que es pura mantequilla por lo blando que es. Podrías cambiar de marcha accionando el embrague con un solo dedo.
Pero es que también nos deshacemos en elogios para el motor. Hace gala de una suavidad exquisita con un bajísimo ruido y absolutamente nada de vibraciones. Rinde 9,8 CV declarados, pero no necesita más porque lo compensa con un generoso par motor de casi 11 Nm que te permite utilizarlo desde casi ralentí. El cuentavueltas de su cuadro marca la zona roja a partir de las 8.500 rpm, pero no estires más allá de las 9.000 porque se “muere”.
En ciudad te sobra con las tres primeras marchas. La cuarta está hecha para rodar por carretera de forma desahogada marcando un consumo contenido.
Línea de tierra
Por suspensiones, la MSX 125 es un auténtico colchón que se lo traga todo y te lo pone cómodo. Tanto la horquilla invertida delantera como el monoamortiguador trasero cuentan con el tarado ideal: blandito para dar confort pero no excesivamente blando para dar firmeza en las trazadas.
En lo que respecta a frenos, se agradece que no haya sido tentada por utilizar un tándem disco-tambor habitualmente empleado en motos de bajo peso que no superan los 100 km/h, y que haya empleado discos en ambos ejes. El delantero rebosa potencia y tacto. Si te apetece hacer el gamberro en un parking cerrado los “invertidos” o caballitos levantando la rueda posterior son pan comido, sin temor a dar la vuelta, aunque no tientes a este freno.
Detrás, sin embargo, el compact-disc de 190 mm sabe a poco. Ni siquiera hincando el pedal a tope llegas a clavarlo para forzar una derrapada.
Resumiendo, Honda ha hecho un juguete muy divertido con la MSX 125, pero le ha salido a la vez un arma urbana muy efectiva para utilizar a diario. Es una moto sencilla que emplea un motor robusto y más que probado en el continente asiático. Pero precisamente por eso, su precio de 2.999 € (casi medio kilo) no lo justifica en absoluto, a pesar de todos los elogios que le damos.
En compañía
Con tan solo 1.760 mm de longitud total y con una postura de conducción tan cómoda, tiene que haber algo que no encaje, y ese algo es más bien alguien: nuestro pasajero. Para un apuro, nuestro acompañante puede hacer un esfuerzo no muy largo en tiempo. El asiento no da para grandes espacios, y si el que conduce es alto, pues dejará aún menos sitio para acomodarse. Eso sí, el que conduce tiene que ser consciente de que el pasajero va sentado justo en el borde del extremo final del asiento y que no cuenta con asideros para agarrarse (¿de verdad alguien cree que las cintas transversales valen para sujetarse?), así que no se deje llevar por la conducción deportiva y que dosifique con suavidad el acelerador si no quiere perderlo.
Eso sí, dada su baja altura de asiento es facilísimo incorporarse, el monotarado de la suspensión trasera no hace que se hunda por el peso extra y, aún con todo ello, los pies descansan en unas estriberas cómodas con topes para impedir que se metan hacia dentro.
Con lupa
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El detallazo
Un faro de doble óptica superpuesta combina una óptica polielipsoidal para las luces cortas y parábola para las largas, empleando cada óptica su correspondiente bombilla. Sin embargo, en la MSX se combinan ambas ópticas compartiendo la parábola y la lente polielipsoidal la misma bombilla aunque esta sea de doble filamento.
Así cuando la bombilla se ilumina para el haz de luz corta, solo se emite luz hacia arriba. Ésta luz se refleja en la parte de la parábola superior y se enfoca hacia la lente polielipsoidal.
Cuando se ilumina el filamento del haz de luz larga, la luz se emite hacia arriba y hacia abajo. La luz superior vuelve a seguir el mismo camino antes descrito para las cortas (a través de la lente polielipsoidal), mientras que la luz inferior se refleja en la parte inferior de la parábola hacia el exterior.
La distribución de la luz combina un haz de luz más ancho y de menos alcance para las cortas, con uno de mayor alcance para las largas.
Universo en miniatura
Venancio L. Nieto
Honda ha producido a lo largo de su historia infinidad de motocicletas orientadas a las más diversas utilizaciones y esa versatilidad también ha quedado reflejada en sus modelos en miniatura homologados para circular por vías públicas. La lista que destacamos supone un significativo recorrido desde el primer modelo básico de principios de la década de 1960.
Ajenas al paso del tiempo, casi todas estas motos han utilizado el mismo esquema motriz monocilíndrico de cuatro tiempos con cilindro horizontal y cambio de marchas de cuatro velocidades con embrague manual o automático. Los modelos Monkey y Dax se han comercializado en distintos grados de evolución técnica y estética a lo largo de varias décadas dando lugar a una extensa familia de versiones distintas. En nuestra selección destacan dos excepciones que no se ajustan a esta configuración motriz, la súper deportiva NSR 50/80 y la «mínima» Motocompo, ambas con motores de «dos tiempos». Sin embargo, también aportan una completa perspectiva de la devoción del fabricante japonés por la motocicleta de mínimas dimensiones, ya sea ciudadana, militar, naked, enduro, supermotard, custom o para velocidad.
La mayoría de estos modelos, por no decir todos, nunca ha estado disponible en el mercado español (excepción de la Dax de 70 cc para el carnet A1 del mercado canario ajeno a los filtros fronterizos), lo que hace del lanzamiento de la MSX 125 una oportunidad única para tener una moto en tu garaje que aúna practicidad y economía con la experiencia de medio siglo produciendo modelos en miniatura para adultos.
Prestaciones con nuestro equipo de telemetría
Aceleración 0-50 m | 4,80 s (54,7 km/h) |
Aceleración 0-100 m | 7,73 s (67,5 km/h) |
Aceleración 0-400 m | 20,90 s (91,8 km/h) |
Aceleración 0-1.000 m | 43,00 s (101,2 km/h) |
Aceleración 0-100 km/h | 38,80 s (882,3 m) |
Velocidad máxima | 101,2 km/h |
Consumo | 3,18 l/100 km |
Autonomía | 173 km |
Peso total lleno | 101,7 kg |
Reparto tren delantero | 48,1% |
Reparto tren trasero | 51,9% |
Agilidad Motor suspensiones |
Freno trasero Pasajero Precio |
Ficha técnica/ Equipamiento/ Precio/ Galería Imágenes
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Rivales directos | MX Motor Rocker Street 125 Polini XP4 Off Road 125 |
Polini XP4 Street 125 Sumco Ding DG125 |