- Autor del texto – Antonio Cuadra
- Autor de fotos – AC
- Autor acción – Álex Ruiz
- Fecha – 02/09/2018
De los muchos integrantes de la familia retro de Hanway, esta Raw Café (a secas) representa el modelo más básico y, lógicamente, se ofrece al precio más asequible justo por debajo de los 1.800 euros. Pero no por eso es la peor de la gama, todo lo contrario, es una de las mejores representaciones de las 3 “B” en el mercado, con una excelente relación calidad/precio, muy urbana, y además resulta muy adecuada para estrenarse en el mundo de la convalidación “con marcha”.
Después de haber probado la Keeway RKS E4, y ahora esta Hanway Raw Café 125 podría parecer que tenemos cierta debilidad por las motos económicas. Lo cierto es que apreciamos cualquier modelo de 125 cc que se venda en el mercado español, y procuramos que Moto125.cc sea un punto de referencia en esta cilindrada probándolos a fondo aunque a veces nos resulte imposible porque la marca no dispone del modelo que le pedimos para probar.
Pero lo que más apreciamos a la hora de probar una moto es su valor, lo que te dan por el dinero que cuesta y cómo va, esa relación calidad/precio que es difícil de medir pero que hay veces que salta a la vista y se nos enciende el testigo de “buena adquisición”. Y con esta Raw Café de Hanway nos ha vuelto a pasar. Obviamente lo primero que llama la atención es su precio, justo debajo de los 1.800 euros (1.795 €), cuando el siguiente escalón de la gama, la Café Racer, cuesta casi 2.000 € (1.995 €). Es lógico que con 200 € de diferencia surja una cierta desconfianza que se puede justificar por otro nivel de componentes más caro como es la horquilla invertida, el mismo escape cromado en lugar del negro, los semimanillares, el reloj cuentakilómetros digital con más información… Cierto que también tiene un precio competitivo a otro nivel, pero lo importante es que la base bastidor, motor, frenos de disco combinados, doble dotación de caballete, depósito y asiento, … es la misma. Y si lo que quieres es una moto para dar tus primeros pasos en el mundo de las 125 con marchas y no necesitas presumir de equipamiento especial pues la Raw Café es la tuya y te ahorras un dinerito.
En lugar de esos extras, nos encontramos en la Café con una horquilla telescópica de las toda la vida, es más, son las que montaban las motos de los años 50 a las que hace referencia ese diseño ‘vintage’ o retro. Incluso monta fuelles de goma que no vienen nada mal para proteger las barras del paso del tiempo por la humedad y polvo, como también los retenes y guardapolvo de la parte superior de las botellas. En lugar de los semimanillares encontramos un manillar de simple tubo pero dotado de contrapesos en los extremos, y el velocímetro pues también como el de toda la vida: analógico de funcionamiento mecánico pero con una pequeña concesión a la modernidad por un display en el que aparece la marcha engranada; no nos ha gustado que la escala principal esté en millas/hora (la interior, más pequeña, está en km/h y también en km los dos cuentakilómetros) y que no disponga de un nivel de gasolina (sí de un testigo de reserva que no llega a ser lo mismo). En este sentido, la primera Raw €3 que probamos aquí lo resolvía con un reloj más pequeño a la derecha del principal.
Y ya que recordamos aquella primera versión impulsada por un motor Yamaha-Jianshe, comentar que ahora se monta un propulsor tipo Honda CBF de carácter no tan rabioso pero sí más enérgico y rápido, como veremos más adelante, y menos contaminante (€4). Precisamente el €4 le ha sentado muy bien a la Raw Café y no sólo por el motor como hemos comentado, sino también al sustituir el tambor posterior por un potente disco trasero que se combina con un disco delantero de mucho mayor diámetro (300 mm frente a los 220 mm anteriores), y unificar el calzado de balón ancho con el del resto de la gama.
A bordo
No sólo es bajo el precio de la Raw Café, sino también la altura de su asiento a tan sólo 730 mm sobre el suelo. Es imposible que nadie, por bajito que sea, que tenga que llegar al suelo de puntillas; es más, lo que hemos experimentado nosotros con tallas “estándar” es que llegas al suelo apoyando firmemente las dos plantas de los pies y, además, flexando las piernas. Fantástico para el que empieza porque esa sensación da mucha confianza y control, sobre todo “trialeando” entre coches parados ya que puedes ayudarte a mantener el equilibrio (a baja velocidad no funciona el efecto giroscópico que te mantiene mágicamente estable sobre dos ruedas) “remando” con los pies.
Pero ahí no acaba lo bueno. Una vez que inicias la marcha en la Raw Café y subes los pies en las estriberas no te encuentras encogido como ocurre en otras motos bajitas. La postura es realmente cómoda, con los pies bajos y un pelín adelantados; el manillar pone también su contribución con una altura adecuada para llevar la espalda erguida y conducir disfrutando de un paseo o con el rádar puesto en conducción urbana.
La configuración baja del bastidor, dimensiones compactas y bajo peso y centrado a baja altura (122,3 kilos en nuestra báscula con su generoso depósito de 11,5 litros lleno) te aporta una agilidad increíble. Está claro que su hábitat natural es la ciudad y en ella planta cara a los scooters como medio ideal de desplazamiento. Pero tampoco le hace ascos a salir por carretera con la limitación de una velocidad máxima real que sobrepasa por poco la barrera de los 100 km/h: 104,4 km/h que se corresponden con 115 de velocímetro.
El motor, como ya te hemos comentado antes, no tiene la alegría de su predecesor funcionando a altas revoluciones, pero sí que acelera con decisión (y la telemetría lo confirma) con una suavidad de funcionamiento exquisita y un consumo de risa sin ningún trato económico: 2,52 litros a los 100 km que te permitirían recorrer sin repostar 457 km.
Linea de tierra
Al unificar componentes con el reto de las Raw, también sale beneficiado el calzado. Antes se montaban unos neumáticos estrechos casi de bicicleta con balones de 90/90 y 120/80 sobre llantas de 18 y 16 pulgadas, y ahora se emplean medidas más de moto de asfalto (ambas llantas de 17 pulgadas) con neumáticos mucho más anchos: 110/70 y 130/70. La mayor huella en contacto con el suelo repercutirá en pérdidas de rodadura “frenando” ligeramente las prestaciones, pero compensa con creces en seguridad, aparte de que el neumático de perfil bajo (/70) te permitirá disfrutar de una carretera de montaña con cierta deportividad. El dibujo de los Kingston no tiene ese tallado deportivo habitual; sin embargo dan bastante confianza en seco, y aunque en mojado no la hemos probado, sí que lo hicimos con ocasión de la Raw SR Chrome E3.
Las suspensiones convencionales, pese a ser económicas, cumplen su cometido, con una horquilla de tarado correcto e incluso tirando a duro, y unos amortiguador con doble paso de muelle, cuyo tramo blando se acaba enseguida (y más cuando se endurece la precarga) dominando el tramo duro.
Por frenos va más que sobrada (de nuevo por las ventajas de la unificación). Si antes, la Raw se conformaba con un disco delantero de 220 mm y un tambor, ahora se va a lo máximo que puedes encontrar en una 125 cc: un disco delantero de nada menos que 300 mm con pinza de triple pistón y otro trasero de 220 mm con pinza de simple pistón con funcionamiento combinado y contribución delantera suave a través del pedal. Se dosifican muy bien.
En compañía
El asiento (otro de los detalles que cambian, ahora con un mullido más cómodo) acoge justito por longitud a un pasajero. A nuestro acompañante le será fácil acomodarse en la parte de atrás dada la baja altura de la Raw, descansando los pies en unas estriberas bien posicionadas. Pero para agarrarse será más cómodo hacer a la base del asiento-tubos del bastidor, porque la asidera central posterior obliga a llevar los brazos hacia atrás resultando algo incómodo.
Con lupa
Haz click sobre la imagen para ampliar
El detallazo
Por lo general, un modelo básico de una gama recurre a prescindir de elementos que sí los equipan las versiones Premium. Como ya hemos visto en la prueba, no es la filosofía de la Raw Café, ya que en ese sentido se entrega con un completo equipamiento. Un buen detalle y ejemplo de lo que decimos son los neumáticos más anchos y los frenos sobredimensionados de disco. Pero como tenemos que destacar uno en concreto para este apartado nos decantamos por el caballete central: un elemento que aporta mucha más estabilidad en parado que el caballete lateral (por cierto, con interruptor cortacorrientes y que no se pliega solo) y que permite calentar la moto a ralentí cuando la arrancamos por la mañana para que el aceite motor llegue a todos los puntos de engrase, sobre todo a los accionamientos de válvulas. Desgraciadamente, como ocurre en muchos modelos, con la pata de cabra extendida no podemos dejar la moto aparcada y calentándose.
Prestaciones con nuestro equipo de telemetría
Aceleración 0-50 m | 4,99 s (52,3 km/h) |
Aceleración 0-100 m | 8,03 s (65,0 km/h) |
Aceleración 0-400 m | 21,46 s (91,1 km/h) |
Aceleración 0-1.000 m | 43,78 s (100,0 km/h) |
Aceleración 0-100 km/h | 43,50 s (992 m) |
Velocidad máxima | 104,4 km/h |
Consumo | 2,52 l/100 km |
Autonomía | 457 km |
Peso total lleno | 122,3 kg |
Reparto tren delantero | 45,7% |
Reparto tren trasero | 54,3% |
![]() |
![]() |
Precio/calidad Equipamiento Altura del asiento |
Escala del velocímetro Asideras pasajero Tapón sin bisagra |
Ficha técnica/ Equipamiento/ Precio/ Galería Imágenes
|
Rivales directos | ![]() ![]() ![]() ![]() |
![]() ![]() ![]() ![]() |