- Autor del texto – Antonio Cuadra
- Autor de fotos – AC
- Autor acción – Alejandro Rivero
- Fecha – 25/6/2023
Las siglas GSX-R tienen un significado especial para Suzuki ya que representan la máxima expresión en una moto de calle con carácter deportivo. Incluso en la cilindrada de la convalidación, la GSX-R 125 es fiel a esa filosofía con un motor que saca el máximo rendimiento a los 15 CV límite, añadiendo una gran ligereza para obtener la mejor relación peso/potencia del segmento y recordando su última participación con los colores de guerra de su equipo oficial Ecstar con el que Joan Mir llegó a conseguir el título de Campeón del Mundo en la temporada 2020.
La Suzuki GSX-R 125 que traemos en esta ocasión a Moto125.cc es novedad por el hecho de que volvió recientemente a la producción en serie bajo homologación Euro 5 después de una larga espera y porque, hasta ahora, no la habíamos probado. Se presentó en el Salón Intermot de 2016 apareciendo en el mercado al año siguiente, con una versión naked R desprovista de carenados GSX-S 125 con la que comparte muchos componentes.
Una vez se acabaron las unidades de este modelo bajo homologación Euro 4, no volvimos a saber nada de la GSX-R 125, a lo que se añadió la desaparición de las GSX-R de gran cilindrada a finales del año pasado, una saga que ya acumulaba 37 años de historia, y el abandono de la marca en MotoGP también 2022. Pero, mira por donde, cuando ya dábamos por olvidada la mítica familia Grand Sport eXperimental Racing de motos deportivas de Suzuki, en este 2023 vuelve a aparecer la GSX-R 125 (único modelo GSX-R en el catálogo de deportivas de Suzuki, como puedes comprobar aquí) homologada para Euro 5 y con la decoración en negro.
Así que, nos encontramos ante la única representante actual de la familia Suzuki GSX-R. La adaptación a la homologación Euro 5 no se nota en ningún detalle exterior y ni siquiera su rendimiento con el límite de los 15 CV parece que se vea afectado.
Si en algo se diferencia la GSX-R 125 del resto de deportivas de 125 cc del mercado es por sus dimensiones muy compactas con una altura de asiento de 785 mm muy asequible para todas las tallas así como un peso declarado de 134 kilos (según nuestra báscula con depósito lleno 138,5 kg). Esto permite ofrecer la mejor relación peso/potencia del mercado y conseguir un óptimo rendimiento en sus prestaciones.
En este sentido, la GSX-R 125 nos ha recordado mucho a la RG 125 Gamma con el que la marca de Hamamatsu participaba a finales de la década de los 80 en la guerra de las 125 cc deportivas. Aquella 125 declaraba que su motor 2T rendía 25 CV a 9.500 rpm (lo que en la actualidad viene a dar una 250 cc) un auténtico pepino que incluso evolucionó hasta los 33 CV a 11.250 rpm en 1992.
En esa obsesión que tiene Suzuki por el peso con esta GSX-R (y en su momento en la RG Gamma) nos encontramos con una horquilla telescópica con barras de 32,5 mm casi más propias de un ciclomotor antiguo, neumático delantero de sección estrecha comparados con los de su competencia y un disco de freno trasero nada generoso en diámetro (187 mm).
Sí cumple con los requisitos estándares actuales de proporcionar un faro Full LED, aunque los intermitentes y piloto trasero siguen confiando en las bombillas incandescentes de tecnología Edison de 1879.
Para el cuadro de instrumentos se recurre a una pantalla monocromo LCD con los caracteres en blanco sobre fondo azul oscuro acompañado de 6 testigos luminosos. La información es bastante completa con el velocímetro de grandes dígitos en lugar preferente, cuentavueltas dispuesto horizontalmente con fondo de escala en 13.000 rpm (que se alcanzan) y zona “roja” desde las 11.500 vueltas, indicador de marcha engranada, nivel de gasolina y una zona multifunción que puedes conmutar entre cuentakilómetros parcial A/B, voltímetro y consumo. También se avisa desde la pantalla el sobrecalentamiento del motor (mejor un nivel de temperatura del refrigerante que nos avise con tiempo) y las revisiones. Entre los testigos hay una luz blanca de sobrerrégimen que se ilumina cuando se supera un régimen que podemos preestablecer a nuestro gusto.
Un buen detalle que no habíamos visto hasta ahora es la llave inteligente por proximidad que funciona a través de un pomo de contacto situado delante del depósito. La peculiaridad del sistema es que, ese pomo es en realidad una llave mecánica convencional que liberas de su lugar con el contacto en OFF y sin bloquear la dirección, y tirando de ella hacia arriba. Con esa llave mecánica podrás abrir el tapón del depósito de gasolina o el asiento del pasajero para acceder al pequeño compartimento de carga.
Está fabricada en la filial de Indonesia de Suzuki, se sirve en dos colores (el azul MotoGP que ilustra esta prueba y un negro), al precio de tarifa de 5.165 €, aunque se encuentra en promoción por 4.565 €.
A bordo
Nada más subirte a la GSX-R 125 reconocerás que es completamente apta para las tallas menos altas ya que se llega perfectamente al suelo con las dos plantas de los pies e incluso con las rodillas flexionadas, lo que da más margen. Ayuda mucho la estrechez de la moto en su cintura y, por supuesto, los 785 mm de altura a los que se eleva el asiento.
Subiendo los pies a las estriberas retrasadas puedes mantener una postura de paseo, aunque las muñecas se resentirán de la fatiga que impone cargar parte del propio peso del piloto sobre unos semimanillares que se fijan debajo de la tija superior de la horquilla. Pero si prefieres adoptar una postura más deportiva te podrás acoplar sobre el depósito y esconderte tras la cúpula, algo que tendrán más difícil los usuarios de tallas altas.
La mecánica es una verdadera maravilla. Desconocemos cómo funcionaba bajo Euro 4, pero te podemos asegurar que es de las más destacables en la cilindrada de 125 cc cumpliendo Euro 5, no por el hecho de alcanzar los 15 CV límites sino por mantener ese valor máximo durante un amplio rango de revoluciones. A eso añade un funcionamiento con vibraciones nulas y un selector de cambio muy preciso y suave. Sin duda un motor digno de llevar las siglas GSX-R con todo orgullo como destacaremos con mayor extensión en el apartado El detallazo.
Esas características ya te hacen intuir que el motor es elástico y muestra muchas personalidades. Por ejemplo, para ciudad tienes tracción en plan tranquilo desde 4.500 vueltas con un buen radio de giro que agradecerás para trialear entre coches en hora punta (buena maniobrabilidad) y moverte con mucha agilidad (el bajo peso) cuando el tráfico sea más fluido. Cumple perfectamente como moto urbana para moverte a diario a tu centro de trabajo o estudios.
Pero a partir de las 9.000 revoluciones, la GSX-R saca su geniecillo que te resultará muy divertido en carreteras de montaña donde enlazarás las curvas con insinuaciones de cadera. Y ya, en autopista, tumbado sobre el depósito, prepárate para ver en llano los 125 km/h en su velocímetro que se corresponden con 115,3 km/h de verdad con el cuentavueltas pasando de las 10.000 rpm. Y no aparece el corte de encendido por lo que podrás llegar a ver en condiciones favorables (cuesta abajo) los ¡140 km/h! con el cuentavueltas superando de largo las 11.000 vueltas. En sexta te será difícil superar esas 11.000 revoluciones, pero en marchas más cortas podrás ver cómo el cuentavueltas se acerca más a su fondo de escala, aunque a estos regímenes hay poca chicha del motor.
Los espejos retrovisores anclados a la cúpula del carenado contribuyen a dar esa imagen deportiva, pero como hemos comentado en alguna ocasión requieren dedicar mucho tiempo a su ajuste para evitar vernos nuestros brazos y conseguir un buen punto medio conduciendo tumbado sobre el depósito o erguido para uso urbano. Donde estén los típicos retrovisores anclados a las bombas de frenos… La estética manda.
Línea de tierra
Esa filosofía de apurar límites en beneficio de la mejor relación peso/potencia donde sacar el máximo rendimiento de sus prestaciones te hace confundir si es con ese fin y/o abaratar al máximo el precio de producción que no es que sea un chollo aún con el precio en oferta. En los tres apartados que planteamos en esta sección de línea de tierra queda más que patente esa duda razonable. Empecemos por las suspensiones; delante no encontrarás la típica horquilla invertida que puedes ver en otras deportivas con gruesas barras, sino una sencilla telescópica con barras de 32,5 mm. En principio cumple su cometido con un tarado que permite alternar confort y firmeza, pero si empiezas a llevar el tren delantero al límite con frenadas salvajes notarás que ya empieza a flexar. Detrás, parece más acorde con su competencia el monoamortiguador aportando bieletas que le dan un tarado más progresivo (más duro conforme aumenta el recorrido).
Con los frenos pasa lo contrario. Muy bien por el disco delantero con sus 290 mm y perímetro lobulado mordido por una pinza flotante de doble pistón en color dorado: hay potencia y se dosifica muy bien. Incluso con el canal delantero del modulador ABS Bosch 10.0 se apura mucho la situación del límite del bloqueo. Detrás sorprende encontrarse con un “Compact Disc” de tan sólo 187 mm, medida empleada en antiguos ciclomotores también con pinza monopistón. Te salva el delantero, porque si abusas del trasero se fatiga enseguida y pierde eficacia.
En lo que respecta a neumáticos, la sección, sobre todo del delantero con 90/80, le hace ir casi de puntillas perdiendo tacto en la dirección. Detrás, con 130/70 van justitos. Lógicamente, con secciones estrechas tienes menos resistencia a la rodadura y aprovechas mejor los 15 CV, pero no hay que llevarlo tan al límite. La buena adherencia de los neumáticos Dunlop D102 en seco (y sospechamos que también en mojado) dan un poco de margen a esta situación límite.
En compañía
Una deportiva no suele tratar bien a un ocasional pasajero, pero en la GSX-R nuestro acompañante no se encontrará demasiado incómodo ni por la justita superficie de su asiento ni menos por la posición de las estriberas. Y aunque su asiento se encuentre muy elevado a la hora de acomodarse, disfrutará de buenas vistas por encima del casco del piloto, aunque eso llegue a afectar en parte a la aerodinámica. El único punto criticable es la ausencia de algún punto donde agarrarse, porque obviamente descartamos la corea transversal que hay en la parte delantera del asiento.
El detallazo
Si algo nos gustaría destacar de esta GSX-R es, sin lugar a dudas, el motor. Es una mecánica completamente nueva que se ha hecho para el mercado asiático en 150 cc y que se adapta a los 125 cc europeos reduciendo la carrera de 48,8 a 41,2 mm y manteniendo el diámetro en 62 mm con el fin de aprovechar todo el grupo termodinámico, sobre todo la culata con sus cuatro válvulas y dos árboles de levas, rehaciendo el cigüeñal con una nueva muñequilla donde apoya la cabeza de biela (lo que define la carrera) y una biela más larga. Es un motor de carrera muy corta y, de ahí, su facilidad para subir de vueltas y que sea tan divertido de usar. Con su refrigeración líquida, los 15 CV apenas representan unas emisiones de CO2 de 55 g/km según la homologación Euro 5.
Con lupa
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Prestaciones con nuestro equipo de telemetría
Aceleración 0-50 m | 4,62 s (59,5 km/h) |
Aceleración 0-100 m | 7,31 s (72,7 km/h) |
Aceleración 0-400 m | 19,38 s (100,0 km/h) |
Aceleración 0-1.000 m | 39,27 s (111,9 km/h) |
Aceleración 0-100 km/h | 19,38 s (400 m) |
Velocidad máxima | 115,3 km/h |
Consumo | 3,71 l/100 km |
Autonomía | 296 km |
Peso total lleno | 138,5 kg |
Reparto tren delantero | 47,1% |
Reparto tren trasero | 52,9% |
Motor Ligereza Llave inteligente |
Agarre pasajero Piloto e intermitentes sin LED Componentes línea de tierra al límite |
Ficha técnica/ Equipamiento/ Precio/ Galería ImágenesVer FICHA TÉCNICA/EQUIPAMIENTO/PRECIO/IMÁGENES de la Suzuki GSX-R 125 E5 |