• Autor del texto – Antonio Cuadra
  • Autor de fotos – AC
  • Autor acción – Vicente Arenas
  • Fecha – 28/8/2022

La firma francesa Mash fue una de las pioneras en introducir la moda retro en las motos de 125 cc, y de hecho es su especialidad. Tras sus primeros modelos en la especialidad Scrambler y Dirt Track impulsados por sencillos motores 2v refrigerados por aire con cinco marchas, avanzan en su repaso a la historia de la moto hasta la llegada de las primeras trail inspirándose para esta X-Ride 125 en la Yamaha XT 500 y evolucionando el motor hasta un doble árbol de levas líquido 4v con seis velocidades y 14,7 CV, con ABS y toques Dirt Track en sus neumáticos de 17 pulgadas sobre llantas de radios.
Mash X-Ride 125

Mash es una marca francesa que llegó a nuestro mercado en 2014 introduciendo la moda retro sobre todo en el segmento de la moto que es su verdadera vocación. En Moto125.cc la conocemos de la cilindrada de 125 cc pero también añaden en su catálogo modelos de 50 cc e incluso de 250 hasta 650 cc. En esa especialidad retro o ‘vintage’ tocan y han tocado todas las especialidades históricas de la moto: café racer, scrambler, dirt-track o simplemente motos de paseo a la vieja usanza.

Mash X-Ride 125 En ese repaso a la historia de la moto, llegan con esta X-Ride a las primeras motos trail de 1975, y concretamente se inspiran en el primer modelo que revolucionó el mercado: la Yamaha XT 500. El modelo que ocupa nuestra atención también se ofrece en la cilindrada de 50 y en 650 cc y evoluciona de lo que hasta ahora conocíamos de Mash al emplear una mecánica refrigerada por agua con culata de doble árbol de levas y cuatro válvulas y caja de cambios de seis velocidades para la que se declaran 14,7 CV, nada que ver con el sencillo de la Seventy con refrigeración por aire de marcha, cambio de cinco marchas y 11,1 CV. Este mismo grupo motor lo emplea la también nueva Black/British Seven e incluso lo hemos llegado a ver en la MH RYX 125. Se trata de un motor desarrollado por Qingqi (proveedor habitual de Mash en 125 cc así como de algunos modelos de scooters de Peugeot) a partir de unos cárteres de Suzuki Van Van (se reconoce enseguida por la forma de la tapa derecha del cárter a la que sólo se ha añadido la obligada bomba de agua). En la culata por el lado derecho se aprecia el logo de Hyosung, con la que Qingqi se ha fusionado recientemente; así que no te extrañe que, a corto plazo aparezcan modelos de la marca coreana con este propulsor.

Pero es que la evolución que ha dado Mash con esta X-Ride no se limita a la mecánica, sino que han ido más lejos empleando por primera vez en una 125 cc una horquilla invertida con barras de 41 mm, frenos de disco sobredimensionados con ABS (290 delante y 240 mm detrás), y un sofisticado sistema monoamortiguador sobre un robusto basculante de aluminio con bieletas para conseguir un funcionamiento progresivo (el tarado se endurece conforme aumenta el recorrido).

Las llantas son de radios como corresponde a una moto retro, aunque su estilo no es del todo ‘campero’ como corresponde a una trail con llantas de 21/18, o al menos de 19/17, encontrándonos que recurre al mismo diámetro de 17 pulgadas delante y detrás con una vistosa llanta dorada y calzada con neumáticos Dirt Track.

Mash X-Ride 125 Te llamará mucho la atención el funcionamiento secuencial de los intermitentes. Detrás, el piloto trasero también es, como el faro, de LED (matriz de diodos) con forma rectangular y muy minimalista. Y ya que hablamos de minimalismos, la pantalla del cuadro de instrumentos está reducida a la mínima expresión, aunque no por ello sin destacar la gran cantidad de información contenida: nivel gráfico de gasolina, indicador de marcha engranada, velocímetro con grandes dígitos, cuentavueltas y cuentakilómetros, controlándose la intensidad de su retroiluminación en tres niveles a través de un gatillo “Info” en la piña derecha. Junto a ese gatillo encontramos una maneta de freno delantero regulable en amplitud y, pensando, en un uso diario se ha añadido detrás del asiento, con tapizado guateado, una parrilla portabultos.

Se ofrece en dos colores, blanco o negro, al precio de 3.899 €, muy en la línea de sus rivales retro con ABS (Zontes GK-X 3.989 €, Zontes G1 3.689 €, FB Mondial HPS ABS 3.989 € o las nuevas italianas SWM Outlaw/Ace of Spades ABS 3.789 €).

A bordo

Mash X-Ride 125 Engaña el aspecto de la X-Ride ya que parece que vamos a necesitar zona de embarque para acomodarnos en su asiento, pero lo cierto es que sus 780 mm de altura se llevan bien para las tallas medias de metro setenta, incluso para las ligeramente más bajas. Poniéndose en marcha se aprecia que su triángulo ergonómico estriberas-asiento-manillar está bien pensado para llevar una postura cómoda con la espalda erguida. El mullido resulta blando tirando a duro pero para nada incómodo; sí que notarás cuando lleves más de tres cuartos de hora el calor del tubo de escape pasando cerca de tu pantorrilla derecha y que te obligará a apoyar el pie derecho en el extremo de la estribera para evitar quemaduras.

Se maneja bien por ciudad con una buena tracción desde bajas revoluciones del motor, aunque muestra un ligero y lento balanceo sobre el eje longitudinal de la moto al que finalmente terminas por acostumbrarte y adaptarte, que no es lo suyo. Parece que toda la culpa la tienen los neumáticos Timsun de Dirt Track con un marcado perfil triangular; en campo ni lo notas, pero sobre asfalto es diferente. A la mínima de cambio, sustitúyelos por unos europeos. Y ya que hablamos de ir por campo, pues no va mal sin exigirle demasiado aunque siempre le sentará mejor una rueda delantera de más diámetro para afrontar surcos transversales.

Mash X-Ride 125 La verdad es que de los casi 15 CV declarados del motor de la X-Ride esperábamos más en velocidad máxima en llano que sobrepasa no demasiado holgadamente la barrera de los 100 km/h con 104,9 km/h reales y que se corresponden con 113 de velocímetro a un régimen bastante elevado de 11.000 rpm. Incluso este motor puede girar más arriba llegando a ver los 120 de velocímetro cuesta abajo que es donde entra en acción el corte de encendido casi rozando las 12.000 vueltas. Nuestro consejo es que montes un piñón de al menos un diente más; la mecánica tiene fuerza para aguantar un desarrollo más largo y además de conseguir más velocidad máxima llevarás el motor más desahogado y te consumirá menos.

Línea de tierra

Mash X-Ride 125 De los neumáticos Timsun con dibujo Dirt Track ya te hemos adelantado algo. Seguro que van bien en tierra suelta y, además de su perfil triangular, la banda de rodadura se prolonga más hacia los flancos para inclinar la moto con el piloto erguido (típico Dirt Track). Pero no es la mejor elección para usar sobre asfalto pòr el balanceo que provocan y nos queda la duda de cómo se comportarán bajo lluvia.

Mash X-Ride 125 Las suspensiones cumplen bien su cometido con una horquilla invertida de eje adelantado y gruesas barras de 41 mm que muestra un tarado ideal, sin repercutir en el radio de giro y maniobrabilidad por sus barras. Detrás, el monoamortiguador de funcionamiento progresivo con bieletas, también hace bien su labor formando un equipo bien compenetrado.

Por frenos, también sale muy bien parada (y nunca mejor dicho) con discos sobredimensionados de 290 mm delante y 240 mm detrás ambos con pinzas de doble pistón y acompañados de ABS de doble canal de marca no declarada, aunque de funcionamiento correcto. Volvemos a recordar la necesidad de desconectar el ABS para uso campero sobre todo para hacer más efectivas las frenadas traseras en caso de bajar una pendiente.

En compañía

Mash X-Ride 125 A nuestro ocasional acompañante no le costará mucho esfuerzo acomodarse en el asiento de atrás dada su contenida altura, disponiendo de amplia superficie para acomodarse con mullido correcto. El pasajero dispone de las asideras de varillas integradas en el portabultos trasero, aunque quedan algo retrasadas, y estriberas desplegables para apoyar los pies con una superficie muy dentada para garantizar un buen agarre con la suela en uso campestre.

Con lupa

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Las estriberas del pasajero están soportadas al bastidor posterior a través de una pieza de fundición. El perfil de la estribera está dentado, algo nada habitual, para asegurar un buen agarre con la suela en terrenos embarrados. En cambio, para las estriberas del piloto se introduce un taco de goma que cuida mejor el calzado. Cuando rodemos sobre barro con calzado offroad, bastaría con desmontar ese taco de goma y dejar al descubierto un perfil dentado. El único apoyo que tiene la X-Ride es la pata de cabra. Cuenta con cortacorrientes para evitar rodar con ella extendida pero te permite calentar la moto apoyada en la pata siempre que el cambio esté en punto muerto.
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El nuevo motor de la Mash aprovecha la base de los cárteres de la Suzuki Van Van (por contar con 6 velocidades, también empleado en la desaparecida DR 125 SE) y se le adapta un voluminoso conjunto termodinámico refrigerado por agua con culata DOHC y 4 válvulas. Soberbio tren delantero realzado por la llanta dorada. Además de la horquilla invertida el disco de 290 mm con perímetro lobulado mordido por pinza de doble pistón. En el centro se puede ver la rueda fónica del sensor de velocidad del ABS. Por el reverso del radiador en el lado izquierdo se aprecia el electroventilador que proporciona aire fresco cuando el de marcha es escaso bien por la velocidad de crucero o por rodar en zonas urbanas con paradas en semáforos.
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Retirando la tapa lateral derecha mediante una cerradura con la llave de contacto, dejamos al descubierto la ECU (firmada por Delphi), relé de arranque y el ABS. El bote a la derecha de la imagen es el cánister que recoge los vapores de gasolina y aceite. La maneta del freno delantero es regulable en separación a la empuñadura mediante ese original pomo que hasta ahora no habíamos visto en ningún modelo. El extremo de la maneta cuenta con una hendidura para controlar una posible rotura en ese punto. Otro buen detalle de la X-Ride lo encontramos en el gatillo Info de la piña derecha que sirve para poner a cero el cuentakilómetros parcial y regular la intensidad de la retroiluminación de la pantalla LCD del cuadro de instrumentos.
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En la piña izquierda se cuenta, como es habitual, con el gatillo de ráfagas en color amarillo. La maneta del embrague no cuenta con regulación en amplitud, pero si dispone de una funda de goma que cubre su articulación y el cable de embrague. La piña izquierda, de diseño conocido, agrupa los mandos habituales: conmutadores de cortas/largas e intermitentes, botón del claxon y, como ya hemos comentado, por delante el gatillo de ráfagas. La piña derecha está más poblada de lo habitual. En la parte superior, en color rojo, el interruptor cortacorrientes, debajo, también en rojo, el interruptor de los intermitentes de emergencia y, debajo, el botón de arranque, por delante asoma el gatillo Info.
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Los espejos retrovisores son sencillos y muy efectivos. Como puedes ver apenas asoman de los extremos del manillar (sin riesgo de golpearlos con otro vehículos), disponiendo de un guardapolvo en la unión con su soporte. El portabultos es un detalle práctico de la X-Ride está fabricado en varillas y cuenta en su base inferior con un par de ganchos para fijar pulpos, además de incluir asideros para que se agarre el pasajero (aunque quedan muy retrasados). El dibujo de los neumáticos es muy de Dirt Track prolongándose mucho hacia los flancos para conseguir agarre en inclinaciones al límite. Los fabrica Timsun y cuentan con un perfil triangular que le da un cierto balanceo a alta velocidad.
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Un lujo para una modesta moto de ciento veinticinco: las bieletas unidas al anclaje inferior del amortiguador con el fin de conseguir un tarado progresivo. Otro lujo lo encontramos en el basculante de aluminio. El desarrollo final es susceptible de mejora con un piñón de ataque de un diente más. Con ello se conseguiría una mayor velocidad máxima además de desahogar el motor que gira a altas vueltas y bajar su consumo. La horquilla invertida está sobredimensionada para ser un 125. De hecho, tiene 2 mm menos que su hermana mayor de 650 cc. Para el uso campero, los bajos del motor están protegidos por esa plancha metálica.
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El radiador está muy bien expuesto al aire de marcha ya que se ha recortado el extremo posterior del guardabarros para que no le haga sombra. Justo detrás del radiador por el lado derecho se encuentra el vaso de expansión. La forma de la tapa del cárter derecho es inconfundible de las Suzuki de 5 y 6 marchas con una mirilla en su parte inferior para controlar el nivel de aceite motor y la tapa de tres tornillos para acceder al cartucho del filtro de aceite. Sólo se ha añadido la bomba de agua. El depósito de chapa estampada tiene forma de lágrima y da cabida a 10,5 litros de combustible. Sus formas y la decoración se inspiran en la de la primera trail Yamaha XT 500 que apareció allá por 1975.
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El colector de escape discurre por el lado derecho de la moto y aunque está protegido, justo a la altura de la pantorrilla se encuentra un catalizador que alcanza una elevada temperatura obligándote a alejar esa pierna. Un disco trasero de 240 mm es poco habitual en un 125 y aún menos si está mordido por una pinza de doble pistón. Está claro que es para proporcionar una buena potencia de frenado para derrapar en óvalos de tierra suelta, aunque mejor desconectar el ABS quitando su fusible. El silenciador de doble salida superpuesta es de cosecha propia. En realidad, se oculta tras la placa portanúmeros lateral una gran petaca poco estética, que reduce bastante el nivel sonoro de la moto.
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El tapón del depósito de gasolina no está unido al propio depósito a través de una bisagra con lo que se te puede caer en los repostajes y dañarlo. La boca de llenado se encuentra en el lado derecho del depósito para llenarlo mejor con la pata de cabra extendida. La pantalla del cuadro de instrumentos es liliputiense y, aún así, reúne bastante información: velocímetro con grandes dígitos, nivel gráfico de gasolina, indicador de marcha engranada, cuentakilómetros total y parcial y cuentavueltas. En la culata, por ambos lados, se puede ver el logotipo de Hyosung. Tanto Qingqi como la firma coreana fueron filiales de Suzuki y, de ahí, que partan de la base del motor japonés de seis velocidades para actualizarlo a todos los niveles.

El detallazo

Mash X-Ride 125 Siguiendo con ese bien llevado contraste tecnológico-retro encontramos un completísimo faro que encierra cuatro focos LED: los laterales y el central superior (éste con lente polielpisoidal) se emplean para el haz de cortas, reservando el central inferior (también polielipsoidal con lente más grande) para las largas y todo ello englobado en una guía luminosa LED que recorre todo el perímetro exterior haciendo de luz de posición. Las luces cortas y largas se iluminan cuando el motor está en marcha (si no sólo se enciendo la luz de posición) y, en largas, se iluminan todas las luces.

Prestaciones con nuestro equipo de telemetría

Aceleración 0-50 m 4,92 s (54,3 km/h)
Aceleración 0-100 m 7,85 s (66,4 km/h)
Aceleración 0-400 m 20,94 s (92,9 km/h)
Aceleración 0-1.000 m 42,61 s (102,4 km/h)
Aceleración 0-100 km/h 28,80 s (612 m)
Velocidad máxima 104,9 km/h
Consumo 3,76 l/100 km
Autonomía 279 km
Peso total lleno 137,4 kg
Reparto tren delantero 47,3%
Reparto tren trasero 52,7%

Positivo Negativo

Estética

Tecnología

Motor

Neumáticos

Cuadro instrumentos pequeño

Calor tubo de escape


Ficha técnica/ Equipamiento/ Precio/ Galería Imágenes

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Mash X-Ride 125

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