- Autor del texto – Antonio Cuadra
- Autor de fotos – AC
- Autor acción – Vicente Arenas
- Fecha – 16/4/2023
La Crossfire de Brixton es un acertado ejercicio de estilo del departamento de diseño del grupo KSR en el que se recogen los principales conceptos de las motos Café Racer, Scrambler y Dirt Track de mediados del siglo XX, con mucha cosecha propia y la más moderna tecnología de un motor con refrigeración líquida, culata con doble árbol de levas y 4 válvulas, inyección Bosch y caja de cambios de 6 velocidades, que se completa con una dotación de frenos de disco con ABS de doble canal y alumbrado LED con luz diurna DRL.
Brixton se ha labrado un merecido reconocimiento como marca “retro” dentro del grupo austríaco KSR. Por Moto125.cc ya ha pasado la gama básica (antes denominada BX) con motor refrigerado por aire y culata de dos válvulas, y la Crossfire XS 125 la única minimoto retro que ofrece el mercado y además pensada como vehículo todo-terreno por los tacos de sus neumáticos de 12 pulgadas.
El acertado diseño de esta minimoto “Fuego cruzado” con la “X” (Cross) en relieve en los laterales del depósito ha dado pie a una familia que se completó el año pasado con un modelo de medio litro impulsado por un motor bicilíndrico en línea de 47 CV y, la que nos ocupa, esta Crossfire XS cuyo parecido con la 500 cc cuesta diferenciar ya que ambas se decantan por los guardabarros pegados a las ruedas y llantas de radios para aportar ese toque neo-retro, aunque en la 125 que nos ocupa se decide por unos neumáticos de Dirt Track con el delantero de 18 pulgadas y trasero de 17, y espejos retrovisores en los extremos de un manillar plano que aportan el toque Café Racer.
Con todo ello la parte posterior de la Crossfire 125 se queda muy ligera con el asiento del pasajero en voladizo que también contribuye a dar esa personalidad a la moto. La estructura se basa en un bastidor de doble cuna con geometrías derivadas de la extinguida Derbi Mulhacén y el motor 158MI-2 de Zongshen con refrigeración líquida, culata de doble árbol de levas y 4 válvulas, y caja de cambios de seis velocidades. Precisamente esta es la misma plataforma que comparte la Brixton Crossfire con su “prima” la Malaguti Drakon que recientemente hemos probado. Y decimos “prima” porque tanto Brixton como Malaguti pertenecen al grupo austríaco KSR. Y como en la Drakon, en esta Crossfire, la cuna del bastidor es desmontable posiblemente para poder sacar el motor con más facilidad. También como en la Drakon la centralita de la inyección es una Motronic que viene a ser como la marca blanca de Bosch (como puedes comprobar en esta foto de detalle de la ECU no aparece la marca Bosch por ninguna parte). Para el motor se declaran algo menos que para la Drakon: 13,4 CV de potencia a 9.500 revoluciones y el mismo par motor de 11,4 Nm al mismo régimen de 7.500 rpm.
Respecto al cuadro de instrumentos se recurre a un reloj cuyo interior incluye una pantalla LCD en negativo (caracteres en blanco sobre fondo negro) con mucha información (cuentavueltas y niveles gráficos de temperatura del refrigerante y nivel de gasolina, reloj horario y los obligados velocímetro y cuentakilómetros total y parcial) y en el perímetro exterior de la pantalla ocho testigos luminosos.
Las suspensiones se encomiendas a una horquilla invertida de eje centrado y un monoamortiguador anclado directamente al basculante sin bieletas, que acompaña idéntica dotación de frenos de la Drakon con disco delantero de 300 mm y trasero de 218, con el añadido de un sistema antibloqueo de frenos ABS de serie.
Por supuesto, el alumbrado es Full LED destacando que el faro delantero permite conmutar desde la piña derecha entre luz diurna DRL y convencional. La DRL emplea sólo la corona circular exterior del faro con mucha intensidad interrumpida sólo por las marcas de los puntos cardinales en inglés (N, S, E y W). Cuando se conmuta al alumbrado convencional la corona luce con menos intensidad y se ilumina el centro del faro; en cortas lo hace solo la mitad superior y en largas ambas mitades. Detrás, el piloto trasero se basa en una guía luminosa en forma de elipse con el eje horizontal que se iluminan con la luz de posición, y las dos áreas interiores que se iluminan con una intensa matriz de diodos LED cuando se acciona algún freno.
La Brixton Crossfire está disponible en dos colores (marrón mate y plata, el de nuestra unidad de prueba) al precio de 3.999 €, el mismo también de la Malaguti Drakon.
A bordo
Para el asiento se declara la misma altura que la Drakon de 810 mm. Sin embargo, aunque comparten esta medida y plataforma, lo cierto es que no es ese el problema de que la mayoría de las tallas, incluyendo más altas a la media del metro setenta, puedan llegar al suelo sino más bien que el asiento en su zona de unión con el depósito es anchísimo creando un ancho de montura considerable que hace separar mucho más de lo normal las piernas. No se puede entender cómo a la hora de diseñar la moto a escala real, nadie se haya percatado de este problema ergonómico. No te quedará más remedio que apoyarte en un solo pie cuando te tengas que parar en un semáforo.
Una vez que te pones en marcha desaparece el problema de la anchura del depósito y te encontrarás cómodo con una posición de conducción ligeramente deportiva por su manillar recto y plano con el que tiendes a inclinarte hacia delante, aunque sin los sacrificios de una naked R, y con las estriberas retrasadas. El diseño en relieve de la “X” en el depósito no llega a molestar en la posición de conducción.
En los trayectos urbanos, la Crossfire se maneja bien salvo, lógicamente, cuando tenemos que “echar el ancla” que solo podremos hacerlo por un lado. Tiene un peso relativamente ligero de 152,9 kg pesados en nuestra báscula (oficialmente se declaran unos bastante fidedignos 149 kilos) con el depósito de 11 litros hasta arriba de gasolina; el peso se reparte casi por igual en ambos ejes: muy equilibrada. En las virtudes colabora y mucho el motor: pura suavidad con tracción utilizable desde las 5.000 rpm con un selector muy suave y preciso que enlaza a la perfección las marchas. Cuando tienes que detenerte se encuentra muy fácilmente el punto muerto.
En carretera no le pasa como a su prima la Drakon que pide a gritos una séptima marcha. El desarrollo es corto, pero puedes soportarlo. Quizá con un diente más en el piñón de ataque consigas desahogar el motor, pero no le vas a sacar mucha más velocidad punta porque, sí, tiene también un corte de encendido a las 10.000 revoluciones pero es que, antes de que ocurra, la centralita Bosch Motronic va cerrando el grifo del inyector y se queda sin fuerza. Con el desarrollo original vas a ver en llano los 112 km/h en su velocímetro, y en este caso, la velocidad real pasa la barrera de los 100 km/h por los pelos: 100,2 km/h. Cuesta abajo verás un km/h más en el velocímetro (114) y ahí sí que entra el corte de encendido.
El consumo en recorrido mixto ciudad-carretera dando caña (= consumo máximo) está algo subido de tono con 3,78 l/100 km. Pero se compensa con una capacidad de depósito de 11 litros que te permite recorrer casi 300 km (291 para ser exacto) sin repostar.
Línea de tierra
La Crossfire cuenta con un conjunto de suspensiones con tarado cómodo tirando a durito que se conjunta muy bien con esa vocación casi deportiva para ir a tope en zona de curvas sin que muestre ningún flaneo. El amortiguador trasero carece de reglajes y va anclado directamente al basculante, poniendo como única pega su brusca recuperación en extensión y lo blando que resulta con pasajeros de peso.
En cuestión de frenos, hay que quitarse el sombrero. Su disco delantero tiene mucha potencia e incluso el ABS no interviene hasta el último momento para que apures al máximo la frenada. Detrás, el disco de 218 mm con pinza de simple pistón es más normalito y cumple su labor con una mayor intervención del ABS.
En cuanto a los neumáticos también nos han sorprendido. La experiencia de rodar con gomas de Dirt Track no nos ha dado mucha confianza hasta la fecha, ni siquiera en seco, e incluso algunos perfiles los hemos encontrado demasiado triangulares y hacen que se balancee la moto ligeramente de un lado otro con facilidad. Pero los Maxxis de esta Crossfire son la excepción que confirma la regla: van fantásticos. Dan la misma confianza que un buen neumático deportivo. Eso sí, con la sequía que estamos sufriendo no podemos sacar conclusiones de su comportamiento en mojado.
En compañía
Como ocurría con la Drakon, los diseñadores de KSR pasan olímpicamente del pasajero. Si por ellos fuera, te entregarían la Crossfire monoplaza, sin estriberas para el pasajero (de hecho, van atornilladas al subchasis trasero por si piensas igual que ellos), y en ese primar la estética sobre la funcionalidad, sobran la correa transversal (esa que sirva para practicar rodeo) y cualquier tipo de asidera. Pero para intentar convencerte de que lo tienen resuelto, se les ha ocurrido practicar unas hendiduras en el paso de rueda trasera donde meter los dedos y agarrarse. Mala solución, porque entre que la suspensión trasera cede por el peso del acompañante y que nuestro sufrido paquete se termina cansando de la postura, la gravedad y la fatiga harán que se le caigan las manos y rocen con la rueda, situación muy desagradable. A todos estos temores, añade que la superficie del asiento es reducida con la desconfianza de que, justo detrás, se acaba la moto. Como puntos positivos, anotar que es fácil acomodarse en el asiento trasero y que las estriberas están correctamente posicionadas.
Con lupa
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El detallazo
Pocas veces hemos destacado en este apartado los neumáticos, y eso que en este caso no hemos terminado de sacar conclusiones al no haberlos podido probar sobre mojado. Pero lo que está claro es que las gomas de Dirt Track que proporciona Maxis van de fábula, en contra de lo que habíamos probado hasta la fecha en otros modelos proporcionados por CST. Su comportamiento es comparable a cualquier neumático deportivo con calificación notable, y su peculiar dibujo de taquitos incluso te permiten alguna escapada off-road sin pretensiones endurísticas: ten en cuenta que el Dirt Track se practica sobre óvalos de tierra suelta.
Prestaciones con nuestro equipo de telemetría
Aceleración 0-50 m | 4,81 s (54,6 km/h) |
Aceleración 0-100 m | 7,72 s (67,8 km/h) |
Aceleración 0-400 m | 20,60 s (95,4 km/h) |
Aceleración 0-1.000 m | 42,46 s (100,2 km/h) |
Aceleración 0-100 km/h | 25,60 s (537 m) |
Velocidad máxima | 100,2 km/h |
Consumo | 3,78 l/100 km |
Autonomía | 291 km |
Peso total lleno | 152,9 kg |
Reparto tren delantero | 49,9% |
Reparto tren trasero | 50,1% |
Diseño original Neumáticos Dirt Track Comportamiento |
Anchura zona asiento-depósito Cuidado del pasajero Maniobrabilidad |
Ficha técnica/ Equipamiento/ Precio/ Galería ImágenesVer FICHA TÉCNICA/EQUIPAMIENTO/PRECIO/IMÁGENES de la Brixton Crossfire 125 |