- Autor del texto – Antonio Cuadra
- Autor de fotos – Antonio Cuadra
- Autor acción – Roberto Maté
- Fecha – 22/11/2020
La marca española da “vidilla” a su nueva Tango 2.0 con esta versión Scrambler con acabados especiales ‘vintage’, elegante decoración en negro con llantas doradas de radios, rejilla protectora del faro, manillar con barra de refuerzo y guardabarros trasero pegado a la rueda. Toques que la hacen más exclusiva manteniendo ese alma polivante de tres motos en una: ciudadana, de paseo, y motoexcursionismo ‘offroad’.
Hace poco más de un año, asistimos al nacimiento de la segunda edición de la Rieju Tango 2.0 (aunque hubo muchas Tango 1.x). Un nuevo modelo que formaba parte de la celebración de los primeros 75 años de esta marca que siempre ha permanecido en Figueres (Girona) y que ha visto cómo todas sus marcas rivales Made in Spain, incluidas las japonesas afincadas en nuestro país, han ido desapareciendo.
La clave de esa meritoria supervivencia ha sido mantenerse como una modesta fábrica (más de una vez han querido dar el salto a una fábrica más grande) que ha sabido vadear las dificultades con modelos que son “nichos” en el mercado de la moto como es el caso de esta Tango: una moto polivalente sin competidor en su exclusiva categoría y que la hace única porque se defiende muy bien en cualquier uso que se le dé: como moto urbana para utilizar en el día a día, para practicar el excursionismo por senderos, o como moto de paseo para disfrutar del paisaje en carreteras de montaña. Es más, hasta añadiríamos que resulta la moto ideal para sacarse el carnet A1 (16/17 años) en las autoescuelas por su manejabilibidad y agilidad en los ‘slalom’ además de resultar muy fácil llegar al suelo con las dos plantas de los pies, incluso con las rodillas flexionadas, detalle clave para esa sensación de control que requieren los conductores novatos.
La Tango 2.0, en la que se basa esta Scrambler, estrena un nuevo bastidor perimetral con un depósito de más capacidad (7,5 litros y autonomía), así como un motor tipo Honda CB-F (aire, 2 válvulas, inyección, eje de equilibrado y cinco velocidades), todo ello aderezado de líneas más actuales, que han tenido que ocultar con un sobrio color negro a la hora de ofrecer esta Scrambler de tendencias ‘vintage’. Para reforzar esa transformación “retro” se adopta el logotipo Rieju de sus comienzos en color dorado haciendo juego con el cerquillo de sus llantas de radios (combinación muy de John Player Special) que ahora calzan neumáticos de 17 pulgadas, y se le añade la rejilla del faro que se añadía a aquellas primeras motos de todo-terreno para proteger su cristal. Además de una barra de refuerzo en su manillar, guardabarros delantero corto y uno trasero pegado a la rueda que sirve de soporte para la matrícula y su iluminación. Sinceramente este detalle no es muy “retro” ya que lo “inventó” BMW con su GS monocilíndrica de 650 cc (antes F y ahora G) en el año 1994, pero como está muy extendido entre las motos “retro” actuales, pues Rieju también se apunta a esa moda.
Rematan la lista de cambios exclusivos de esta versión unos espejos retrovisores poligonales en formato apaisado, los llamativos frenos de disco en formato “wave” en los mismos diámetros de la 2.0 (260 y 220 mm) y las inserciones de goma en las mismas estriberas del piloto para reforzar su mejor adaptabilidad al asfalto.
Común con la Tango 2.0 son el resto de componentes de buena calidad aunque resulta algo austera, por ejemplo, no disponiendo de un pulsador en la maneta de embrague para poder arrancar con una marcha engranada, o el mecanismo de la traicionera pata de cabra que se recoge sóla.
A bordo
Como antes te hemos adelantado, la Tango es una moto muy asequible a todas las tallas. Declara 830 mm de altura de asiento (de primeras asustan más de 800 mm), pero lo cierto es que se llega al suelo con las dos plantas de los pies e incluso flexionando las rodillas para pilotos de talla estándar en torno al metro setenta, lo que da margen a tallas más bajas.
Cuando te pones en marcha y subes los pies a las estriberas, adoptas una postura de conducción muy cómoda, con la espalda erguida y sin forzar demasiado las rodillas. El asiento es tirando a duro, sin llegar a los extremos “graníticos” de la primera versión, y en uso prolongado tiende a cansar, también porque es muy estrecho.
Es una moto ligera como confirmó nuestra báscula con 119,7 kilos con su depósito lleno, y si a todo eso añades que gira mucho (ventajas de no montar una horquilla invertida que lo limita), te encuentras con una moto que se encuentra muy cómoda en los desplazamientos urbanos plantando cara a los scooters en lo que se refiere a agilidad para ponerse rápidamente en la primera fila de los semáforos. Casi te recuerda a la ligereza de los ciclomotores y, de hecho, tiene pensado ofrecer esta misma Tango en 50 cc con motor Minarelli AM6 refrigerado por agua para el año que viene con la Euro 5: de ahí que monte unos alerones y rejillas para un radiador que obviamente no utiliza nuestra 125 cc.
El motor empuja muy bien desde muy abajo (4.000 rpm) y eso te permite no estar tan pendiente del cambio. Es suave y no hay vibraciones, pero si la pones a tope, el eje de equilibrado que monta este CB-F no sirve de mucho porque empiezan a resultar insoportables a partir de las 9.000 vueltas.
A pesar de ser muy polivalente y hacerlo bien en todos los usos, hay uno al que no se le da bien: las autopistas. Enseguida te das cuenta de que el desarrollo que monta es corto aunque veas en llano los 113 km/h en su velocímetro, buen efecto psicológico de Rieju porque en la realidad eso se corresponde con unos discretos 94,3 km/h de los de verdad: ni siquiera alcanza la barrera de los 100. Cuesta abajo veras los 116 km/h de velocímetro que es donde ya corta el encendido a 9.500 rpm. Posiblemente Rieju haya querido acortar el desarrollo porque la Tango Scrambler no está nada cómoda a esas velocidades y el cambio de llantas tenga mucho que ver; la Tango 2.0 monta 19 y 16 pulgadas, delante y detrás respectivamente, y esta Tango Scrambler monta 17 en ambos ejes, lo que significa que se ha elevado algo de atrás y, por delante, se le ha agachado el “hocico” haciendo que el ángulo de lanzamiento de la horquilla sea más vertical, sin demasiada autoalineación (avance de dirección corto). Es una geometría que favorece curvas ratoneras y agilidad para cambiar rápidamente de dirección a velocidades moderadas, pero sin mucha estabilidad a altas velocidades.
Línea de tierra
Para las suspensiones se recurre a elementos con calidad. Delante, la horquilla tradicional con barras de 37 mm hace perfectamente su papel con ese tarado intermedio ideal. Detrás se emplea una amortiguador nacional Ollé sin ajuste de precarga que recurre a dos anclajes diferentes sobre el basculante para conseguir diferentes tarados. Nuestra unidad de pruebas utilizaba el anclaje adelantado, lo que significa un tarado blando aunque en la práctica no lo sea tanto. Si vas a llevar con frecuencia pasajero, te aconsejamos que lo cambies al anclaje posterior.
La Tango no pone en aprietos al equipo de discos wave de 260/200 mm tanto por su bajo peso como por la velocidad que desarrolla. Aún montando sencillas pinzas monopistón en ambos discos, la frenada es lo suficientemente potente y fácil de dosificar. No hay ABS sino combinado CBS, pero accionado desde la maneta de freno delantero y no desde el pedal para poder frenar sólo con la rueda trasera en conducción campestre.
Para el calzado, Rieju ha acertado con los Mitas MC32 con una denominación “Win Scoot” que te dejará un tanto sorprendido. La marca Checa desarrolló estos neumáticos originalmente para scooter, y de hecho podrás ver en su página web que están disponibles en medidas desde 10 a 16 pulgadas. Son unos neumáticos orientados a un uso de invierno (nieve y hielo) y que no lo hacen nada mal con suelo mojado como pudimos comprobar gracias a su goma blanda con pequeños cortes en la banda de rodadura. Pero precisamente la Tango Scrambler los estrena en medida de 17 pulgadas (todavía no aparecen en la web oficial) y además descubrimos que esos canales para desalojar el agua e incluso la nieve, ofrecen la suficiente “pala” para avanzar sobre tierra suelta. Esto es extender la polivalencia de su uso incluso a los neumáticos.
En compañía
Nuestro pasajero no tendrá dificultad en acomodarse en el asiento de atrás por la altura. La superficie de su asiento es también estrecha y algo corta, pero con la superficie del portabultos enrasada con el asiento, se podrá apoyar parcialmente en este elemento sobre todo si el que pilota es alto e invade parte de su asiento. Las estriberas están en una posición correcta y resultan cómodas al igual que las asideras laterales integradas en la estructura del portabultos.
Con lupa
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El detallazo
Para la Tango, se emplea un funcionamiento CBS para los frenos, pero como en Rieju son muy “camperos” se las han ingeniado para que el funcionamiento combinado funcione bien en uso ‘offroad’ haciendo que se accione desde la maneta de freno delantera y no desde el pedal de freno trasero. Así, si lo prefieres puedes derrapar de detrás sin miedo a que se te cruce de delante, o tres cuartos de lo mismo, cuando bajas una pendiente. Por carretera sí que resulta más práctico el funcionamiento combinado en la maneta y notas, si utilizas ambos mandos, cómo se reparte el hidráulico entre ellos.
Prestaciones con nuestro equipo de telemetría
Aceleración 0-50 m | 4,99 s (52,8 km/h) |
Aceleración 0-100 m | 8,01 s (65,0 km/h) |
Aceleración 0-400 m | 21,84 s (86,9 km/h) |
Aceleración 0-1.000 m | 45,37 s (93,2 km/h) |
Aceleración 0-100 km/h | NO LLEGA |
Velocidad máxima | 94,3 km/h |
Consumo | 2,68 l/100 km |
Autonomía | 280 km |
Peso total lleno | 119,7 kg |
Reparto tren delantero | 47,0% |
Reparto tren trasero | 53,0% |
Polivalencia Agilidad offroad Uso urbano |
Parca en detalles Desarrollo corto Pata de cabra autoplegable |
Ficha técnica/ Equipamiento/ Precio/ Galería Imágenes
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Rivales directos | Hanway Scrambler 125 Keeway TX125S |
Orcal Sirio 125 |