- Autor del texto – Antonio Cuadra
- Autor de fotos – AC
- Autor acción – Javier Arenas
- Fecha – 8/10/2023
La moda de los scooters CrossOver sigue creciendo en popularidad y ahora se suma Mitt con este ADV 125. Este sexto modelo de esta reciente categoría que surgió el año pasado, entra directamente por los ojos gracias a un diseño muy atractivo, pero también se gana al bolsillo por el precio más bajo: 3.195 €. Y no solo eso, también te convencerá su completo equipamiento, acabados y comportamiento.
La reciente moda del scooter aventurero está sacando lo mejor de las marcas en cuanto a diseños, equipamiento, calidad, comportamiento y precios. Aunque no son scooter para practicar el todo terreno como si se tratara de una moto, no pierden la esencia fundamental de un scooter: hacerlo bien en los trayectos urbanos de diario, funcionalidad, fiabilidad y economía de uso. A sus equivalentes en cuatro ruedas los SUVs y CrossOver les pasa algo parecido: no son la mejor opción para adentrarse por caminos, aunque permiten hacerlo, pero resuelven las necesidades de un usuario automovilístico. Eso sí, en ambos casos, la estética juega un papel fundamental en su elección.
Con el nuevo Mitt 125 ADV, ya son seis los scooters “Adventureros” que tenemos en el mercado, y seguro que habrá más: Aprilia SR GT (desde 3.499 €, con ABS +200 €), Kymco DTX (4.499 € sin ABS), MH VR10 (3.445 € con ABS), SYM ADX (4.299 €, con ABS) y Wottan Storm V (3.590 €, +300 € con ABS). El ADV de Mitt se posiciona con sus 3.195 € como el más económico del sexteto, aunque sin incorporar en su equipamiento los frenos ABS (sólo combinado CBS).
La estética del ADV nos resulta muy acertada con los trazos típicos que impusieron las motos de competición que participan en los rallies africanos tipo Dákar, aunque adaptados a la estructura de un scooter. Los que estéis puestos en el mundillo de las 125 cc os llegará un “Déjà vu” recordando al diseño de la VR10 de MH, y sí tiene un aire con muchas similitudes, pero hay elementos como el motor, cuadro de instrumentos, suspensiones y detalles de la carrocería que diferencian a ambas. ¿Ahora los fabricantes chinos se “copian” entre ellos?
El estilo off-road del ADV queda patente por la elección de neumáticos de tacos aunque muy pegados entre sí para uso asfáltico. También aportan ese aire campero el manillar de tubo desnudo, el silenciador de escape semielevado para afrontar vadeos de ríos, suspensiones pintonas de aparente largo recorrido (no declarado) a lo que se suma un frontal “africano” con un diminuto pico de pato y parabrisas elevado sobre el faro que es regulable no en altura, pero sí en inclinación, aunque en dos posiciones sin intermedias.
Los trenes del scooter se apoyan sobre una horquilla de eje adelantado (a la que le sentarían muy bien unos fuelles de goma) con rueda de 14 pulgadas con disco “wave” de 220 mm y, detrás, una pareja de amortiguadores de aspecto oleoneumático aunque totalmente “fake” y sin regulación de precarga; la rueda trasera es de 13 pulgadas con su correspondiente disco también “wave” de 220 mm.
Del motor no tenemos demasiada información oficial: tiene refrigeración líquida con radiador por el lado derecho como se estila y parada a ralentí para economizar el consumo. Se declaran tan sólo 11,5 CV a 8.000 rpm con un generoso par de 12 Nm a 6.000 rpm.
Domina el puesto de conducción el cuadro de instrumentos con una pantalla LCD en negativo con toques rojos y naranjas aportando un falso color. Buen detalle el disponer de llave inteligente tipo Keyless para poner en marcha el scooter por proximidad, la guantera en la parte izquierda del salvapiernas en cuyo interior se incluye una toma USB aunque sin cerradura en la tapa. La capacidad de carga se completa con el hueco bajo el asiento que permite alojar un casco integral algo justo y espacio de sobra detrás de él para otros objetos. Detrás del asiento se sitúa un portabultos de fundición con más que generosa superficie plana para apoyar un baúl con fijaciones estándar, y que integra las asideras del pasajero.
Y, por supuesto, con todo el alumbrado LED: cuatro focos en el faro con intermitentes verticales delanteros ¡secuenciales! en los cantos superiores del paso de rueda y, detrás, piloto por matriz de diodos con los intermitentes tipo TT anclados por soportes elásticos al guardabarros.
Su precio de 3.195 € incluye seguro gratuito por un año y podrás elegirlo en dos esquemas bicolor: el color azul/negro grafito que muestra nuestra unidad de prueba, y el negro/negro grafito.
A bordo
Que no te asuste el gran tamaño del Mitt ADV 125, porque la altura del asiento del piloto se ha contenido en unos discretos 780 mm sobre el suelo que permiten a las tallas media estándar alrededor del metro setenta apoyar sin problemas las dos plantas de los pies e incluso flexionar ligeramente las rodillas.
Cuando inicias la marcha y subes los pies a la plataforma te encuentras cómodo y sólo se puede criticar que la anchura de la plataforma es justita, pero con la ventaja de disponer de plataformas inclinadas para que, cuando salgas a vías de circunvalación o carreteras abiertas, puedas estirar las piernas y relajarte. El manillar alto y ancho, muy campero, da un buen control a la dirección y colabora a ese confort de conducción al fijarse tipo moto sobre un apoyo central que le permite regularlo al gusto del usuario, a lo que se suman ergonómicamente las manetas ajustables en 4 posiciones de apertura.
Los 11,5 CV del motor no son para tirar cohetes, pero le salvan 12 Nm de par máximo que aportan un buen empuje para salir disparado de los semáforos o recuperarse de inmediato a un golpe de gas. A todo esto, añade que es un motor ultrasuave con vibraciones nulas, casi eléctrico, que se encuentra muy a gusto en ciudad donde también le acompaña una buena maniobrabilidad gracias al reducido radio de giro. Bien por el sistema de parada a ralentí que muestra una revitalización instantánea a nada que se gire el puño de acelerador.
Si sales a carretera abierta aparecerá el corte de encendido que limita su velocidad máxima a 109 km/h de velocímetro que se corresponden con 102,2 km/h auténticos. Ni cuesta abajo verás más velocidad. Dinámicamente se comporta a la perfección con una estabilidad intachable. El parabrisas ofrece lógicamente una mayor protección en la posición más vertical: cubre algo la cara del piloto, aunque con turbulencias.
Otro detalle a destacar fue el bajísimo consumo que registramos de 2,87 l/100 km en nuestras condiciones habituales, esto es, dando caña. Con un depósito de 8,5 litros, los de tu gasolinera habitual se van a olvidar de ti ya que puedes recorrer 300 km (o más si eres más cuidadoso que nosotros con el puño del acelerador), exactamente 296 km con nuestro trato, o sea, autonomía mínima.
Línea de tierra
Bien por la horquilla delantera que hace un buen trabajo con ese tarado en su punto justo para proporcionar confort al piloto con poder de absorción de pequeñas irregularidades en caminos forestales fáciles y, a la vez, firmeza en los trazados. La suspensión posterior es algo más dura y aunque parezca que es de lo mejorcito, lo cierto es que el supuesto depósito de gas adosado es un “fake” y, aunque las molduras de la parte superior del muelle te hagan parecer que cuenta con regulación de precarga, tampoco cuenta con ella. Pero aún con ese tarado tirando a duro, los amortiguadores cumplen para un todo uso, incluso con pasajeros de peso.
En tamaño de discos, el ADV no se estira demasiado. Ambos son de 220 mm cuando lo habitual en una rueda delantera de 14 pulgadas es optar por 260 mm. Lógicamente la potencia delantera es justita. Ambos se dosifican bien. Si te da por una ocasional salida campestre recuerda que el funcionamiento combinado puede llegar a bloquearte la rueda delantera.
Para los neumáticos, Mitt opta por unos CST con tacos grandes y próximos entre sí lo que permite sacarles buena adherencia al menos en asfalto seco. Los surcos entre los tacos son profundos y eso mejora la tracción para hacer “pala” en tierra suelta.
En compañía
El asiento del pasajero se encuentra mucho más elevado que el del piloto y eso obliga a utilizar una de las estriberas como escalón para acomodarse en el piso de arriba. Desde ese asiento se tienen buenas vistas y es cómodo de mullido y amplio de superficie con las estriberas desplegables en su correcta posición y asideras laterales donde agarrarse.
El detallazo
Hubo un tiempo en que era habitual encontrarse con un freno de estacionamiento en un scooter; un elemento muy simple que consistía en una pestaña que bloqueaba la maneta del freno trasero en posición accionada. Pero parece que ya está en desuso y no precisamente porque no tenga utilidad, porque seguro que más de una la vas a encontrar: detenerse en la rampa del garaje para buscar la llave en el bolsillo, bajar el vehículo del caballete sin riesgo a que se quede acelerado, pagar el peaje en una autopista, aparcar en cuesta,… Y el mecanismo que lo hace posible es de lo más sencillo como podemos comprobar en el Mitt ADV 125.
Con lupa
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Prestaciones con nuestro equipo de telemetría
Aceleración 0-50 m | 5,21 s (53,2 km/h) |
Aceleración 0-100 m | 8,20 s (66,3 km/h) |
Aceleración 0-400 m | 21,27 s (93,4 km/h) |
Aceleración 0-1.000 m | 42,95 s (101,9 km/h) |
Aceleración 0-100 km/h | 31,00 s (664 m) |
Velocidad máxima | 102,2 km/h |
Consumo | 2,87 l/100 km |
Autonomía | 296 km |
Peso total lleno | – kg |
Reparto tren delantero | -% |
Reparto tren trasero | -% |
Equipamiento Precio Estética |
Amortiguadores sin precarga Plataformas estrechas Disco delantero pequeño |
Ficha técnica/ Equipamiento/ Precio/ Galería ImágenesVer FICHA TÉCNICA/EQUIPAMIENTO/PRECIO/IMÁGENES del Mitt ADV 125 |