- Autor del texto – Antonio Cuadra
- Autor de fotos – AC
- Autor acción – Marta de la Cuadra
- Fecha – 09/12/2018
La marca británica Scomadi vuelva a la carga con la evolución practicada sobre la Turismo Leggera para adaptarla a la directiva Euro 4. No sólo se han hecho los cambios oportunos en el motor (inyección electrónica y sistema de evaporación) sino que se ha aprovechado para retocar su carrocería no sólo con nuevos colores y decoración sino en sus formas. Todo ello sin perder su característico estilo italiano de los setenta.
Los británicos tienen una gran nostalgia por los scooters clásicos. Las Vespas y Lambrettas están muy codiciadas no sólo como un vehículo de colección sino para “tunearlas” y personalizarlas a tope. Como la “materia prima” escasea, dos de las marcas dedicadas al “scootering” de accesorios para clásicas, PM Tuning Racing Products y Scooter Innovation, se unieron para desarrollar un nuevo modelo de scooter que fuera más fiel al diseño original de aquellas Lambretta de las décadas de los sesenta y setenta: Scomadi.
Obviamente no era posible dar marcha atrás en el tiempo y producir los motores de ciclo 2 tiempos que equipaban, ni tampoco los poco eficaces frenos de tambor, ni las nerviosas ruedas de 10 pulgadas, por no hablar del encarecimiento que podría suponer las carrocerías de chapa estampada. Así que, limitándose al diseño y bastidor lo más parecido al original, las Scomadi TL 125 tuvieron que recurrir a motores automáticos 4T, frenos de disco, ruedas de 12 pulgadas y carrocería de plástico, encargando la producción al reconocido fabricante chino Hanway.
En ese diseño “lo más parecido al original” reconocemos el característico tren delantero por doble brazo de bieletas oscilantes con sendos amortiguadores, el guardabarros delantero ancho y fijo con la carrocería, la nariz con la rejilla del claxon, el faro con perímetro poligonal, la guantera central, las formas del escudo, suelo y envolventes cófanos laterales de gran longitud y la característica inclinación de la carrocería al acabar el asiento hacia el piloto trasero que se aprovechaba para montar una parrilla portabultos que equipa de serie nuestra Scomadi. Ni siquiera se ha contemplado añadir una estriberas escamoteables para el pasajero que debe apoyar los pies en los prolongaciones de la plataforma. O incluso para respetar el concepto original ni se incluye un hueco de casco bajo el asiento, y eso que el volumen permitiría incluirlo redistribuyendo los elementos encerrados en el cuerpo posterior. A falta del hueco y aunque no salga en las fotografías, la Scomadi incluye de serie el baúl trasero y en la promoción también te regalan los gastos de matriculación.
En esta segunda revisión se han retocado las formas de los cófanos laterales que ahora incluyen unas discretas tomas de aire delanteras y una moldura cromada que recuerda aún más el producto original del grupo Innocenti. Las rejillas también se han practicado en la tapa bajo la parte delantera del asiento que da acceso a la batería. Incluso la decoración de las Scomadi conserva el característico estilo bitono o de dos colores (blanco base combinado con rojo -nuestra unidad de pruebas-, negro o azul oscuro) que supo combinar a la perfección Lambretta, aunque se puede optar a un monotono (gris o negro) por 50 euros menos.
Es de cosecha propia un pequeño reloj en el manillar con mucha más información que la que incluían las Lambretta originales, el delgado asiento “Slim” aunque con formas clásicas y un ribete blanco, o los intermitentes enrasados con la superficie de la carrocería para disimularlos y alumbrados con matrices de diodos LED, al igual que el piloto trasero/luz de freno con formas idénticas a la original.
Se conserva la misma mecánica de aire forzado con culata de dos válvulas adaptándose al Euro 4 con un sistema de inyección electrónica firmado por la compañía americana Delphi.
A bordo
A pesar de que se declaran unos dicretos 770 mm de altura del asiento sobre el suelo (aún menos que los 805 mm declarados para las primeras versiones de la Scomadi), se lo ponen difícil a los usuarios menos altos que tendrán que inclinar el scooter en las paradas de los semáforos para detenerse con un solo pie. El culpable de esta situación es la anchura de los cófanos en la zona del puesto de conducción que obliga a abrir demasiado las piernas.
Poniéndose en marcha y subiendo los pies a la plataforma se observa que se encuentra elevada aunque manteniendo una distancia correcta con el asiento para no tener que conducir con las piernas encogidas. El delgado asiento, que también contribuye a no elevar la altura del asiento, resulta cómodo, pero si llevas mucho tiempo sobre él, el espumado cede y te encontrarás apoyado sobre su dura base. La postura de conducción con la espalda erguida es correcta aunque con un poco más de anchura de manillar (a la altura de la cintura) se conseguiría un mejor control de la dirección.
Su hábitat natural es el tráfico urbano donde se mueve con cierta agilidad. Comparando fichas técnicas del modelo actual con el precedente, para el motor se declaran ahora 3 décimas de caballo menos (9,6 CV a 7.500 rpm) en potencia, disminuyéndose también el registro en par motor desde los 9,7 Nm hasta los 8,9 Nm aunque a un régimen mucho más bajo (de 7.200 a 6.500 vueltas) que le convierte en más elástico. En la práctica, el motor ha perdido un poco de “rabia” pero en cambio ofrece un tacto más dulce y suave.
En carretera abierta consigues la velocidad máxima en llano con el velocímetro alcanzando los 105 km/h que se corresponden en realidad con unos 94,1 km/h reales, lo que ya apunta a que no se encuentra cómoda fuera de la ciudad rodando con vehículos más rápidos, pero sí al menos en las vías de circunvalación.
El consumo sí que sale muy beneficiado de la inyección electrónica bajándolo nada menos que un litro cada 100 km: desde los 4,11 hasta los 3,12. Obviamente, esta importante mejora también repercute en la autonomía a pesar de que la ubicación de la bomba de gasolina dentro del depósito hace que se pierda medio litro de capacidad (de los 268 a los 337 km).
Linea de tierra
Obviamente en los tres elementos que analizamos en este apartado (neumáticos, frenos y suspensiones), hay que reconocer que la industria de la moto ha evolucionado mucho en seguridad durante los 50 años que separan el diseño original de esta Scomadi. Así nada que ver los neumáticos de 12 pulgadas frente a los originales de 10, no sólo por la superior estabilidad que ofrecen sino también por la calidad de las gomas que evita volver a recurrir a la tradicional rueda de repuesto. Son unos CST chinos con dibujo deportivo-trail y perfil bajo (70%) que, al menos sobre firme seco, dan confianza.
Por frenos, se siguen manteniendo los mismos discos de 220 mm en ambos ejes con el delantero Wave y el trasero, situado en el interior de la llanta, normal, pero ahora se emplea un sistema de funcionamiento combinado en la maneta izquierda que utiliza una pinza delantera de tres pistones. La contribución del freno delantero es discreta, disponiendo el sistema de latiguillos de calidad con trenzado metálico para no falsear el mordiente.
Las suspensiones parece que se mantienen. El tacto de ambas es ligeramente duro. La delantera es la única del mercado que permite regular la precarga aunque por un sistema continuo por tuerca-contratuerca que no invita a enredar probando otros tarados más blandos; además este tren cuenta con un sistema “antidive” (antihundimiento) de funcionamiento mecánico que aprovecha la reacción de la pinza de freno pero que no se comprima la suspensión. Detrás sólo hay un amortiguador con su muelle de doble paso (el tramo blando se acaba enseguida) y precarga ajustable aunque en este caso muy poco accesible.
En compañía
Ningún problema para un ocasional pasajero tanto a la hora de acomodarse por altura de asiento como porque el motor no se resiente del peso extra. En viajes largos también experimentará el endurecimiento del espumado. Para agarrarse solo dispone de la estructura del portabultos que fuerza a llevar los brazos hacia atrás, apoyando los pies en las prolongaciones de la plataforma que resultan demasiado estrechas haciendo que medio pie vaya en voladizo.
Con lupa
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El detallazo
La guantera es un elemento imprescindible en los scooters tradicionales cuya presencia se está perdiendo. Es más, los pocos scooters modernos que la emplean reducen al mínimo su capacidad interior. En la Scomadi se recuperan aquellas guanteras aunque empleando como material el plástico en lugar de la chapa. Su capacidad es bastante elevada y cuenta con protección por cerradura con la misma llave del contacto. Eso sí, se prescinde de la modernidad de incluir una toma de corriente para conectar el móvil.
Prestaciones con nuestro equipo de telemetría
Aceleración 0-50 m | 5,49 s (49,9 km/h) |
Aceleración 0-100 m | 8,69 s (62,0 km/h) |
Aceleración 0-400 m | 22,67 s (86,1 km/h) |
Aceleración 0-1.000 m | 46,61 s (91,4 km/h) |
Aceleración 0-100 km/h | NO LLEGA |
Velocidad máxima | 94,1 km/h |
Consumo | 3,12 l/100 km |
Autonomía | 337 km |
Peso total lleno | 123,5 kg |
Reparto tren delantero | 38,5% |
Reparto tren trasero | 61,5% |
Estilo clásico Frenos Uso urbano |
Suspensiones duras Mullido del asiento Altura asiento |
Ficha técnica/ Equipamiento/ Precio/ Galería Imágenes
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