- Fecha – 25/05/2016
El casco es fundamental a la hora de conducir una moto. Y no porque se trate de la única prenda obligatoria por ley sino porque puede salvarte la vida. En este reportaje analizamos todos los tipos de casco y, según el uso que le vas a dar a tu moto, te recomendamos el que mejor te conviene.
La cabeza es la parte más crítica de nuestro cuerpo. Es lógico pues que, a la hora de montar en moto o scooter, intentemos protegerla con un buen casco. Pero a la hora de elegir se nos plantea la lógica duda de cuál es el que nos conviene. Básicamente debemos elegir entre tres modelos y en esa elección aprovecharemos para contarte otros detalles que también deberás tener en cuenta.
Cascos abiertos
Por cantidad, son los que tienen mayores ventajas: los más ligeros, más frescos para el verano, amplio campo de visión, precio más económico, ocupan poco espacio y son más cómodos. Pero no nos engañemos, aunque solo contabilicen una desventaja, la seguridad, ésta es fundamental. Por definición son abiertos y, por ello, dejan la cara expuesta a recibir cualquier impacto sobre todo en la zona del mentón. Su utilización está justificada para los desplazamientos por ciudad donde, por ley, estás limitado a circular a menos de 50 km/h y sobre todo en verano por la refrigeración, pero también en uso “custom” o “café racer” a velocidades de crucero moderadas para disfrutar del paisaje y con diseños acordes a la especialidad. Muy práctico cuando tienes que llevar un casco extra para un acompañante y que ocupe poco. Importante complementarlo con protección para los ojos, bien con pantallas tipo burbuja integradas, o con gafas “retro”.
Cascos integrales
Son el caso opuesto de los cascos abiertos (las ventajas se convierten en inconvenientes y viceversa) y, por ello, son los más seguros ya que cubren toda la cabeza, dejando para la vista la apertura cubierta por la pantalla. A la hora de ponérselo resulta un poco incómodo, sobre todo para los que usan gafas. Uno de los puntos fundamentales en la elección es el sistema de ventilación que evite achicharrarse en verano, debiendo contar al menos con un par de entradas frontales superiores y otra en la mentonera con salida posterior. Por el contrario, con tiempo frío, habrá que evitar la formación de vaho y en este sentido es fundamental que la pantalla o visera cuente o esté preparada para el sistema Pinlock, uno de los más eficaces. Imprescindibles para conducción por carretera abierta donde se alcanzan superiores velocidades y se requiere más protección. Otro detalle a tener en cuenta es que esté preparado para montar el accesorio Bluetooth con el que se podrán atender llamadas sobre la marcha, escuchar las indicaciones de un navegador GPS o comunicarse con el pasajero.
Cascos modulares
Son la solución intermedia ya que cuentan con una protección frontal o mentonera abatible, que facilita ponerse el casco sin tener que quitarse las gafas. Puestos a elegir, es muy importante que el casco cuente con doble homologación, esto es, como casco integral cerrado o abierto, de ahí que también se les llame convertibles, y que el mecanismo de apertura o cierre se pueda hacer en marcha con una sola mano y con el guante puesto. Si no tienen la doble homologación te expones a que si conduces con la mentonera abierta, se pueda cerrar por un bache dejándote peligrosamente sin visión durante unos instantes, o que se enganche la mentonera (con la puerta del garaje, por ejemplo) causando rotura de cervicales. Todos los mecanismos de articulación aportan un peso extra además de resultar más ruidosos en el interior. Los recomendamos para un uso mixto ciudad-carretera-circunvalación aunque no son la mejor opción por su peso para recorridos largos.
Preguntas y respuestas
1. ¿Cuál es mi talla? La talla de un casco se mide por el perímetro de tu cabeza a un dedo aproximadamente por encima de las cejas. Comienza en la XS que equivale a 54 cm y a partir de ahí, con saltos de 2 en 2 cm, S, M, L, XL y XXL. Deberás buscar la talla que mejor se ajuste a tu cabeza sin que te haga daño. |
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2. ¿Cuál es el mejor material para la calota La calota es la carcasa exterior del casco y es la que recibe el primer impacto. Se emplean básicamente dos materiales: los termoplásticos (tecnopolímeros, por ejemplo) y las fibras (vidrio o carbono con resina). Ambos son materiales muy resistentes a los golpes, pero las fibras tienen mejor resistencia a la abrasión (la de carbono aporta más ligereza) y son algo más caras por su fabricación casi artesanal. |
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3. ¿Qué se debe considerar para el relleno? Justo debajo de la calota se encuentra una capa de poliestireno que se ocupa de amortiguar el golpe evitando transmitirlo a la cabeza. En esta capa se encuentran las canalizaciones del sistema de ventilación y es otro de los puntos donde se encarece el casco. |
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4. ¿Vale cualquier tipo de acolchado interior? El almohadillado interior ayuda a que el casco se encaje mejor a tu cabeza. Es importante pues que lo encuentres cómodo y puestos a pedir que las diferentes piezas se puedan desmontar para lavarlas y que cuenten con un material antialérgico. |
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5. ¿Pantalla oscura o clara? Lo malo de las pantallas ahumadas es que deberás cambiarla para conducir de noche a no ser que la lleves abierta desprotegiendo tus ojos. Lo mejor es que la lleves clara y que escojas un casco que incorpore doble visor o gafas de sol retráctiles. También es importante el tratamiento antirayaduras de la pantalla (Antiscratch). |
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6. ¿Cuál es el mejor cierre? Para uso competición se les exige a los cascos que cuenten con cierre de doble hebilla: muy seguro pero muy incómodo. En un uso normal el cierre micrométrico es prácticamente igual de seguro y resulta muy cómodo. No podemos decir lo mismo de los cierres sencillos de “click”. |
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7. ¿Cuándo caduca un casco? Actualmente los dos tipos de materiales empleados para la calota no caducan. Pero no podemos decir lo mismo del relleno. Además, el acolchado cede por el uso y lavados y no se ajusta como al principio: no lo apures más de 5 años. |