- Autor del texto – Antonio Cuadra
- Autor de fotos – AC
- Autor acción – Carlos de la Cuadra
- Fecha – 05/06/2016
Nueva incorporación a la gama Raw en homenaje a los abuelos moteros “carbonillas” de hace medio siglo que competían con motos de serie preparadas a tope por las vías públicas partiendo y llegando a los Cafés de carretera. El sobreprecio de 350 € sobre la Raw conocida está más que justificado y además aporta un plus de seguridad.
La marca Hanway representada por Motorien está demostrando una gran creatividad, buen gusto y excelentes acabados en todos los modelos que incorpora al catálogo europeo. Su producto estrella, la Raw, que ahora toma la denominación Raw Café, ha conseguido ser el año pasado la moto retro más vendida del mercado con una relación precio/calidad más que atractiva, y este año quiere reforzar su posición con la incorporación de esta Café Rafer a la que más adelante se incorporará una Scrambler de todo-terreno.
Sobre la base de la Raw Café que probamos aquí, la Raw Café Racer aporta importantes cambios enfocados a dar esa imagen más deportiva sobre la Raw Café normal. De ahí que monte una horquilla invertida con barras de 35 mm, frenos de disco en ambas ruedas, neumáticos más anchos de perfil bajo sobre llantas de 17 pulgadas (que siguen siendo de radios), escape con forma de megáfono, un asiento cuya parte dedicada al pasajero tiene forma de colín, semimanillares y un cuadro de instrumentos LCD que en su única esfera reúne además del velocímetro, el cuentavueltas con segmentos de 500 rpm y zona roja a partir de las 10.000 rpm, nivel de gasolina, cuentakilómetros parcial y total, display con la marcha engranada y una colección de testigos.
Si nos ponemos puristas y en el escenario de finales de la década de los sesenta que es donde busca la inspiración nuestra Raw, ni los frenos de disco se habían popularizado, ni aún menos las suspensiones invertidas, pero hay que reconocer que el contraste está muy bien conseguido, y lo mejor es que esa mejora de equipamiento repercute en una mejora de seguridad.
Hay que reconocer que la estrella de este largo elenco de virtudes continúa siendo el propulsor, un Jianshe-Yamaha, el mismo básicamente que utiliza la Yamaha YBR solo que con carburador en lugar de inyección, y que para esta ocasión se ha prescindido del pedal de arranque, manteniendo la fiabilidad que siempre le ha caracterizado junto con un funcionamiento suave y un selector de cambio de lo más preciso.
A bordo
Te sorprenderá lo bajita de asiento que es la Hanway. Ese dato no lo incluye el fabricante en sus características técnicas oficiales y, desde luego, es para presumir porque, por poco alto que seas, serás capaz de llegar al suelo con las dos plantas de los pies e incluso flexionando ligeramente las rodillas. Y eso, dirigido a un público que no tiene demasiada experiencia en manejarse con motos, es una enorme ventaja porque da una gran sensación de control y seguridad. Con ocasión de la Raw a secas, pudimos verificar que se elevaba unos más que discretos 730 mm, pero puede que hayan subido un poco más porque la Raw básica montaba rueda de 16 pulgadas y ahora sube una pulgada más. De todas formas sigue siendo insignificante y casi nos atreveríamos a decir que es la moto urbana más baja del catálogo de la convalidación.
Cuando inicias la marcha y subes los pies a las estriberas, las notas más altas de lo normal pero en ningún caso resulta incómodo. Lo que sí que cambia en esta Café Racer es que el manillar no es tan alto y dejas de conducir con la espalda erguida ya que los semimanillares están mucho más bajos y debes echar el cuerpo ligeramente hacia delante. Pero eso no le hace perder su buena disposición para manejarse como pez en el agua en su hábitat natural: la ciudad. Sigue siendo muy ligera (poco más de 100 kilos con su enorme depósito lleno) y ágil, y no ha perdido casi nada de maniobrabilidad por la horquilla invertida como valoraremos en el apartado “El detallazo”. Lo único que se le puede achacar es que el pedal de freno se encuentra muy bajo y no hay posibilidad de regularlo (a no ser que en el taller de tu concesionario lo enderecen un poco hacia arriba con cuidado de no estrangularlo ni de que se descascarille el cromado). Se maneja muy bien con insinuaciones de cadera y ayuda mucho su bajo dentro de gravedad, pero no te relajes dejando caer las puntas de los pies desde las estriberas porque es fácil rozarlas con el asfalto si inclinas demasiado.
El motor sigue siendo una delicia: vibraciones casi nulas, las marchas bien escalonadas y engranan con precisión, y muestra un buen empuje desde bajas revoluciones sin tener que jugar con el cambio. Perfecto para ciudad y, por carretera, la quinta está hecha para rodar desahogadamente; no hace falta que alargues el desarrollo a no ser que cambies el escape y liberes algún par de caballitos escondidos.
Línea de tierra
El cambio de neumáticos por otros de mayor sección es un punto a favor para disponer de mejor agarre con el asfalto. Lo malo es que los neumáticos Duro que monta no son la mejor opción. Desconocemos cómo se comportan en suelo mojado, en seco cumplen. Pero no son lo suficientemente rígidos y en cuanto se les exige un poco con una frenada brusca, por ejemplo, se desequilibran y acabas notando cierto “efecto bacheado”. A la primera de cambio, sustitúyelos por unos occidentales de mejor calidad.
Por suspensiones, tampoco lo hace mal. La horquilla invertida tiene el tarado correcto y de atrás, los amortiguadores van tirando a duros en la segunda posición de precarga de muelle en la que vienen de serie. A nuestro parecer van bien, pero si quieres rodar más cómodo y no sueles ir acompañado, baja la precarga a la primera posición.
Los frenos son el mejor aporte de esta Raw Café Racer. De acuerdo que en la Raw básica contabas con freno delantero de disco pero este era de 220 y ahora crece hasta los 300 mm que es lo que suelen utilizar las deportivas y supermotard. Detrás cuentas con otro segundo disco de 220 mm (lo que montaba delante) en lugar del tambor. En cualquier caso, la mayor potencia de frenado es muy dosificable y solo lo desluce la altura del pedal de freno como hemos comentado en el apartado anterior.
En compañía
Debo reconocer que, cuando vi por primera vez esta Raw Café Racer con el asiento trasero de colín, sospechaba que, al primer acelerón, se iban a perder muchos pasajeros por el camino. Pero lo cierto es que el mullido del colín cede enseguida y te encuentras como en cualquier otro asiento plano, sin peligro a apearte en marcha. Y como la Raw es bajita, no vas a sufrir ningún tirón muscular al pasar una pierna al otro lado para acomodarte, y resulta cómoda apoyando los pies en sus estriberas desplegables y agarrándose en las prolongaciones delanteras del asa central trasera.
Con lupa
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El detallazo
Es todo un detalle de modernidad encontrarnos en una humilde 125 con una suspensión delantera por horquilla invertida. Pero el verdadero mérito de Hanway es no pasarse de la raya eligiendo barras de más de 40 mm de sección, más propias de una moto deportiva con cilindrada superior a los 600 cc. En esta Raw Café Racer se emplea una con barras de 35 mm con lo que la botella abrazada por las tijas es muy inferior y eso permite ofrecer un radio de giro estándar para maniobrar. Con horquillas grandes, la botella también lo es y golpea con más facilidad en los topes de dirección limitando el giro. Y además el comportamiento es bastante bueno.
Prestaciones con nuestro equipo de telemetría
Aceleración 0-50 m | 4,98 s (52,2 km/h) |
Aceleración 0-100 m | 8,03 s (64,6 km/h) |
Aceleración 0-400 m | 21,61 s (89,4 km/h) |
Aceleración 0-1.000 m | 45,20 s (94,2 km/h) |
Aceleración 0-100 km/h | NO LLEGA |
Velocidad máxima | 96,8 km/h |
Consumo | 3,83 l/100 km |
Autonomía | 300 km |
Peso total lleno | 119,0 kg |
Reparto tren delantero | 47,1% |
Reparto tren trasero | 52,9% |
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Motor Uso urbano Componentes sobredimensionados |
Caballete lateral en punto muerto Pedal de freno bajo Neumáticos |
Ficha técnica/ Equipamiento/ Precio/ Galería Imágenes
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