- Fecha – 15/11/2016
Concluimos nuestra guía de compra de cascos analizando la categoría más segura que ofrece el mercado: los cascos integrales. En este capítulo te contamos todo lo que tienes que tener en cuenta para hacer la mejor elección en tu “seguro de vida” para ir en moto o scooter.
Sin lugar a dudas, no hay un casco más seguro para protegerte. Los cascos integrales, como su denominación indica, cubren toda tu cabeza (con la lógica apertura cubierta por la pantalla para tu visión) utilizando una calota de una pieza, o lo que es lo mismo, una estructura exterior cerrada y sin estar compuesta de varios componentes, como ocurre con los modulares, que proporciona una mayor rigidez y seguridad.
Por lo general, el casco integral está ligado al uso por carretera, pero para la práctica del offroad también se utiliza el concepto de casco integral de una pieza con especificaciones especiales para la práctica de esta especialidad, como es el caso del spoiler parasol.
Materiales de un casco integral
En principio, los dos tipos de materiales empleados en la fabricación de la calota, tecnopolímeros y fibras, son muy similares ante los impactos, Las diferencias se encuentran en el peso (detalle muy importante ya que supone más carga sobre la cabeza) y la resistencia a la abrasión. Los tecnopolímeros resultan muy ligeros con pesos que no superan los 1,5 kg, mientras que los de fibra resultan más pesados. En este sentido aclarar que la última tecnología de la fibra de carbono aporta un peso más contenido que los tradicionales de fibra de vidrio.
A favor de las calotas fabricadas en fibra está la resistencia a la abrasión ya que soportan mejor el roce del casco con el asfalto aunque, por contra, son mucho más caros ya que su proceso de fabricación es artesanal por tongadas de capas que deben dejarse fraguar antes de aplicar la siguiente.
Ventilación
Si en un casco modular (con doble homologación) o abierto es un detalle que casi pasa desapercibido en la elección, en un casco integral resulta fundamental si no queremos que nuestra cabeza se “achicharre” de calor sobre todo en los meses del verano. Para ello, los buenos cascos integrales cuentan con sistemas de ventilación que hacen que el aire de marche circule por el interior de la calota, entrando por la parte delantera y saliendo por la trasera. Lo ideal es disponer de dos entradas a la altura de la frente y una tercera en la mentonera con una única de extracción en la parte posterior. Todas estas entradas deben de ser regulables en sección para controlar el flujo de aire, con posibilidad de cerrarlo por completo en los meses fríos de invierno.
Importante a considerar en este apartado por higiene, que el acolchado interior sea fácilmente desmontable para ser lavado como cualquier prenda en contacto con la piel, y que el material sea del tipo hipoalergénico que evite que se provoque una reacción alérgica o asmática.
Antivaho
Si en verano es crucial disponer de una buena ventilación en invierno, con el frío y la humedad, resulta crítica para la seguridad la formación del vaho en la pantalla ya que reduce la visibilidad. El vaho o empañamiento de la pantalla se produce por condensación del vapor de agua como consecuencia de la diferencia de temperaturas que hay a un lado y otro de la pantalla. Lógicamente la solución más sencilla es abrir la pantalla para igualar temperaturas pero esto conlleva a recibir en la cara aire frío que resulta más molesto cuando se circula con velocidad.
Afortunadamente, existen otras soluciones que impiden o reducen el empañamiento de la pantalla. La más sencilla es que el casco equipe de origen un para-nariz extraíble; se trata de una pieza en material textil o de goma que aísla, fijada a la mentonera, la nariz y boca de la vista. De esta manera, el calor y humedad producidos por la respiración del piloto no se transmite a la pantalla, quedando esta zona a una temperatura menos caliente y reduciendo el riesgo de producción de vaho.
Sin embargo, lo más efectivo es el sistema Pinlock. Se trata de una fina película que se adhiere por dentro de la pantalla fijándose por los extremos a unos “pines” o pequeños tetones, lo que exige que dicha pantalla se encuentre preparada para recibir el sistema. El Pinlock forma una cámara de vacío entre la pantalla y el interior haciendo que la diferencia de temperaturas exterior e interior se suavice y que, al haber vacío y, por tanto no haya vapor de agua, no se pueda formar la condensación. La calidad del sistema Pinlock ofrece una perfecta visibilidad sin distorsiones ni “aguas” en su superficie; y aunque sea desmontable puede durar toda la temporada de invierno sin requerir su sustitución ni ningún mantenimiento.
Si bien el Pinlock es una solución que por precio y durabilidad está más recomendada para usuarios que van a utilizar mucho la moto en temporada invernal durante largos recorridos por carretera, lo más aconsejable para el usuario que emplea su vehículo en desplazamientos urbanos de invierno es la adquisición de un kit de spray anti-vaho. Este kit ocupa muy poco espacio pudiendo encontrar cualquier alojamiento para él en motos y scooter. Consiste en un spray con una toallita especial que no araña la superficie de la pantalla, aplicándose cuando sea necesario. El spray contiene un repelente al agua especial que no distorsiona la visibilidad y que impide el empañado de la pantalla por condensación de la humedad.
Bluetooth
Otro aspecto a tener en cuenta es que, al estar fabricados de una pieza, los cascos integrales son menos propensos a producir ruidos por el efecto de la velocidad, con lo cual se puede mantener una conversación telefónica con una completa claridad. La práctica totalidad de los cascos integrales no incluyen de serie el equipo auriculares-micrófono para conectarse vía Bluetooth sobre la marcha con el teléfono móvil, pero sí que deben estar preparados para recibir un kit específico sin tener que realizar modificaciones estructurales que, al final, terminan en una mala conexión, pésima fijación de los componentes, o baja calidad en la conversación.
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