- Autor del texto – Antonio Cuadra
- Autor de fotos – Antonio Cuadra
- Autor acción – Marta de la Cuadra
- Fecha – 26/7/2020
La llegada de un nuevo Scoopy ha supuesto un nuevo reto para Honda: superar un líder. Y en estos tiempos difíciles, en los que las directivas anticontaminación lo complican más, con más motivo. Han pasado tan sólo 3 años desde la última revisión del scooter que inventó el concepto de la “rueda alta” allá por 1984, y Honda lo ha cambiado casi por completo (bastidor, carrocería y motor) para hacer un SH más práctico, con más tecnología y con mucho mejor rendimiento.
La perfección no existe, y así quisimos hacerlo ver en el titular de la prueba de la última edición del SH. Siempre hay algo que mejorar, alguna idea práctica que se puede aplicar, superar el rendimiento del motor, o incluso evolucionar en el diseño sin apartarse demasiado del concepto original que lo identifica. Todo ello lo ha aplicado Honda en el nuevo Scoopy y se supone que en futuras revisiones lo seguirá haciendo.
Adelantamos que con el nuevo motor se consigue aumentar el rendimiento del scooter con mejores prestaciones y, lo que parece contradictorio, con menos consumo de combustible (= eficiencia). Pero Honda no se ha limitado a estrenar un motor sino también un bastidor que mantiene el lanzamiento y avance del tren delantero pero con todo nuevo detrás (geometría de la suspensión trasera, ángulo de inclinación del grupo motor y 10 mm más de distancia entre ejes), además de dar cabida al depósito de combustible (7 litros) debajo de la plataforma plana para apoyar los pies y liberar más espacio de almacenamiento bajo el asiento (de 18 a 28 litros) sin llegar al extremo de los 36 litros de su directo rival Piaggio Medley que permite almacenar dos cascos integrales (en el SH sólo uno). Esos 10 litros no son contiguos con el hueco del casco y hacen de guantera, ya que se ha prescindido de la microguantera que se montaba en la parte superior izquierda del salvapiernas. Ambos compartimentos comparten una toma de corriente USB para cargar el móvil. Sin embargo, se podía haber ganado incluso más capacidad desplazando la batería, que se encuentra oculta tras la parte posterior del hueco del casco, al interior del escudo frontal como así lo hace su hermano el Vision 110 y que beneficia al reparto de masas.
La baza del Medley obliga a que Honda se reinvente con soluciones de capacidad que son fundamentales en un scooter urbano, como también lo es la plataforma plana para apoyar los pies (a la que el SH sigue siendo fiel) o la llave inteligente (Smart Key incorporada desde el SH ’17). Así nos sorprenden con un nuevo baúl de 35 litros de capacidad que se puede abrir sin llave, sólo con la proximidad de la Smart Key pulsando un botón en la base. Ojo que esa opción la tiene la versión del Scoopy, perdón SH (será difícil denominarlo por sus dos consonantes), lujosa que se vende por 3.990 € (versión Smart Top Box), porque la “económica” es idéntica exteriormente pero cuesta 190 € menos (3.800 €, versión Top Box). Ya sé que el SH queda más estilizado y elegante sin baúl o Top Box como se muestra en las fotos oficiales de estudio, pero Honda no contempla venderlo sin baúl más barato.
Con un bastidor nuevo hay que vestirlo con una carrocería nueva, y Honda evoluciona un paso más el diseño con aristas más afiladas y el atrevimiento de modificar la ubicación del faro desde el manillar a la parte baja del escudo frontal aprovechando que los módulos LED son muy estrechos. El diseño del faro forma parte de una “H” cromada en la que los intermitentes (de bombilla y no LED) se sitúan en la parte superior. Del haz de cortas se ocupan cuatro módulos LED (dos a cada lado) y el del de largas un faro polielipsoidal (con lente) situado justo en el centro, manteniéndose iluminadas las cortas en todo momento. Para contentar a los gustos más tradicionales por esa indisciplina, el hueco que deja el faro lo cubre una luz de posición tipo DRL alargada con una moldura cromada encima a modo de “ceja”.
A nivel de ruedas se mantienen los mismos diseños de llantas con diámetros de 16 pulgadas las dos (la trasera se resiste por principios a bajar a las 14”), los mismos neumáticos, e incluso los mismos discos de 240 mm (con pinzas de triple pistón delante). El modulador ABS de dos canales proporcionado por la japonesa Nissin (como las pinza) se sigue incluyendo como componente de serie, pero ese mismo modulador integra ahora un control de tracción TCS.
Y ya por último en esta interminable lista de cambios que se nos prolonga demasiado, el cuadro de instrumentos, en el que se abandonan los relojes analógicos y se sustituye por dos pantallas LCD: la principal en negativo (caracteres en blanco sobre un oscuro fondo en azul marino) muestra la información más importante para consultar de un vistazo y, justo debajo, una segunda pantalla más pequeña con información más detallada (consumos en tiempo real y cuentakilómetros) todo ello con el recurso de la “H” cromada separando ambos elementos. Con el cambio se pierde el nivel de la temperatura de combustible y se sustituye por un simple testigo de sobrecalentamiento que nos avisará de golpe si es que estamos pendientes de él.
A bordo
El nuevo Scoopy, perdón SH, se lo vuelve a poner difícil a las tallas menos altas con el asiento elevándose a 799 mm. No obstante, muestra un arco de montura estrecho para no tener que abusar de estar de puntillas en los semáforos. Cuando te pones en marcha y subes los pies adoptas una posición de conducción cómoda con la espalda erguida y las piernas ligeramente flexionadas. Como ya descubrimos en el SH ’12 que estrenó el hueco para casco integral, la posición de conducción está muy adelantada y eso es bueno porque cargas más peso sobre el tren delantero. En nuestro caso que estamos cambiando de scooter cada semana, lo notas porque para consultar el cuadro de instrumentos hay que agachar la cabeza además de la vista.
El nuevo motor eSP+ hace que conducir el SH sea más divertido ya que sube rápidamente de vueltas, algo que criticábamos de soso y aburrido en las versiones anteriores con eSP. Y lo mejor es que el incremento de potencia de los 11,8 a 13,1 CV se notan porque si antes se registraban 108,3 km/h reales (que no estaban nada mal al superar de largo la barrera de la centena) ahora nuestra telemetría llega a ver hasta los 110,6 km/h reales que se corresponde con 122 de velocímetro. Obviamente no son suficientes para ingresar en el Top Ten de las 125 cc más rápidas (cuando lo actualicemos en el 2021 al Euro 5 puede que sí) pero permite hacer escapadas cortas por carretera abierta sin complejos. En este medio, las dos ruedas de 16 pulgadas permiten conducir con una gran estabilidad aunque adolece de una aerodinámica adecuada; ojo con los parabrisas que son casi verticales y carecen de aerodinámica.
En ciudad se mueve con soltura distanciándose del resto del tráfico en los semáforos y moviéndose con cierta agilidad. Decimos lo de “cierta” porque las ruedas pequeñas tienen ventaja a la hora de cambiar rápidamente de dirección, y la SH no tiene ese nerviosismo que le viene bien a la hora de demostrar su estabilidad, como ya hemos dicho, o dibujar las curvas con un trazo limpio sin titubeos. El motor se dosifica con suavidad, es algo característico de las Honda, y esta SH no iba a ser una excepción; la única nota que desentona son los ruidos que hace el Top Box (en vacío incluso) al rodar por empedrados. Su sistema de parada a ralentí ‘Idling Stop’ funciona a la perfección: se cala el motor a los 3 segundos de estar parado y cobra vida de inmediato en cuanto se gira el puño de acelerador, y eso que el alternador hace también de motor de arranque; en la práctica, como hemos llegado a demostrar, el consumo que ahorras es mínimo y queda por saber si la batería se resiente con tanto arranque. Más útil y práctico nos parece la Smart Key que con su proximidad guardada en el bolsillo basta para poner en marcha el scooter sin tener que buscar la llave tradicional en el bolsillo.
Línea de tierra
También los cambios afectan a la “línea de tierra”, aunque se mantengan los mismos diseños de llantas del modelo anterior como la buena elección de los neumáticos Michelin CityGrip, sobre todo cuando se usan en las peores condiciones posibles: frío, lluvia e incluso nieve-hielo gracias a las microlaminillas practicadas en sus surcos y a su goma blanda.
Precisamente con la adherencia que proporcionan las gomas, el funcionamiento del control de tracción TCS, que integra en esta ocasión el modulador ABS de Nissin, es casi inapreciable, sobre todo en verano que es cuando lo probamos sin una gota de agua sobre el asfalto. Como ya te hemos contado en otras ocasiones, los controles de tracción son unas líneas de código más en el firmware del modulador ABS ya que, cuando no se usan los frenos se aprovecha para leer la velocidad de las ruedas; así cuando se detecta que la rueda trasera gira más que la delantera es síntoma de que está patinando esa y el TCS da orden al motor para que modifique el avance de encendido haciendo que éste ratee y frene la rueda para que no vaya a más: sin ningún mecanismo adicional.
También se repite la dotación de frenos con discos de 240 mm en cada eje con una señora pinza delantera de triple pistón. Hay potencia, quizá le falte un poco de mordiente final al disco trasero, se dosifican muy bien y casi son imperceptibles los latidos en las manetas cuando el ABS está funcionando, algo de lo que también hacen gala sus directos competidores Bosch y Continental.
Por suspensiones volvemos a encontrarnos con la horquilla de eje centrado con 33 mm de sección de barras y 190 mm que hace correctamente su papel. Detrás, la nueva geometría del bastidor también afecta a la inclinación de los amortiguadores traseros (ahora más verticales) descargando esfuerzos sobre el soporte que hace de bieleta intermedia entre el motor y bastidor.
En compañía
Volvemos a insistir en que el SH es un buen scooter para conducir acompañado de un pasajero. La presencia del Top Case se lo pone difícil a nuestro acompañante para acomodarse, pero una vez sentado se convertirá en un cómodo y amplio respaldo donde reposar la espalda. Las estriberas, como se suelen llevar en los scooters de “rueda alta” son desplegables y de plataforma por su amplia superficie recubierta de goma donde apoyar los pies. Y ya por último, se dispone de las prolongaciones delanteras del portabultos que sirven de asas laterales para agarrarse.
Con lupa
Haz click sobre la imagen para ampliar
El detallazo
El motor “global” de Honda eSP (enhanced Smart Power) agrega en este SH el símbolo + (Plus) para indicar que se ha mejorado aumentando su potencia desde los 11,8 CV del modelo anterior (Euro 4) a los 13,1 CV (Euro 5). Para conseguirlo se emplea una nueva termodinámica con carrera más corta y un nuevo árbol de levas (nueva distribución) que acciona las 4 válvulas (antes 2). Además se estrena una caja del filtro de aire más grande que proporciona más aire al motor y, a la vez, silencia con más efectividad el ruido de admisión. La transmisión por variador se mantiene sin cambios, así como el sistema de alternador-motor de arranque unificado para ganar en compacidad y peso. Lo que queda más que patente es la eficiencia del nuevo propulsor ya que aporta una mayor velocidad máxima con un considerable ahorro de combustible (por debajo de los 2 litros dando caña).
Prestaciones con nuestro equipo de telemetría
Aceleración 0-50 m | 4,93 s (53,7 km/h) |
Aceleración 0-100 m | 7,93 s (65,9 km/h) |
Aceleración 0-400 m | 21,00 s (94,5 km/h) |
Aceleración 0-1.000 m | 41,78 s (110,4 km/h) |
Aceleración 0-100 km/h | 25,60 s (524 m) |
Velocidad máxima | 110,6 km/h |
Consumo | 1,98 l/100 km |
Autonomía | 353 km |
Peso total lleno | 140,9 kg |
Reparto tren delantero | 37,4% |
Reparto tren trasero | 62,7% |
Prestaciones Suavidad de funcionamiento Tecnología |
Sin nivel temperatura refrigerante Sólo un casco integral bajo asiento Baúl obligatorio |
Ficha técnica/ Equipamiento/ Precio/ Galería Imágenes
|
Rivales directos | Honda SH Mode 125 Keeway Logik 125 Kymco People S 125 |
Peugeot Belville 125 Piaggio Medley 125 ‘2020 Yamaha X-Enter 125 |