- Autor del texto – Antonio Cuadra
- Autor de fotos – Moto125.cc
- Fecha – 05/11/2010
Así, por el nombre, te puede parecer más de lo mismo; pero lo cierto es que Honda se reestrena con su deportiva del octavo de litro. Lo que más llama la atención es su tamaño: ahora tiene tacto de moto grande y no de ciclomotor engordado. Se sigue confiando en un bastidor perimetral de acero, pero éste gana en dimensiones y se viste con un depósito de nuevas formas, así como los plásticos.
Salvando las distancias (casi la décima parte de la cilindrada), la nueva CBR 125R tiene un aire a la VFR 1200F. Fíjate, por ejemplo, en su faro de una sola óptica con los “rabillos” laterales superiores, la forma del tubo de escape con una moldura protectora que lo hace parecer más grande, o el colín posterior con esas características asideras apuntando hacia atrás. Como la anterior, la CBR se sigue fabricando en la filial de Tailandia, como también el propulsor: un 4T refrigerado por agua con cambio de seis velocidades, que le basta con dos válvulas en la culata para rendir casi 13 CV, alimentándose del sistema de inyección de Honda PGM-FI, con un cuerpo de acelerador de 30 mm de diámetro.
El peso total del conjunto es muy contenido, casi 137 kg, algo fundamental para obtener el máximo rendimiento de un motor de 125 cc. Ese peso se reparte casi por igual en sus dos ejes: un 49% delante y 51% detrás. Con el aumento de tamaño, también se aumenta la sección de los neumáticos: delante se pasa de 80 a los 100 mm, mientras que, detrás, se gana un 30%, con un perfil ligeramente más bajo. Se mantienen, eso sí, los mismos discos de la versión precedente: 276 mm delante y 220 detrás.
Habrá accesorios oficiales para este modelo, entre los que destacamos una tapa del asiento del pasajero, que lo convierte en monoplaza, o una más práctica bolsa para montar en ese asiento.