• Autor del texto – Antonio Cuadra
  • Autor acción – Antonio Cuadra
  • Fecha – 02/02/2011

Ni demasiado amplio ni demasiado estrecho; ni corto ni largo; ni ratón ni camión; ni simple ni historiado. Kymco intenta buscar ese difícil equilibrio que todos pedimos a un scooter y, para ello, ha propuesto el Yager 125, un punto medio muy conseguido entre un GT y un utilitario urbano.


No siempre el vehículo que más nos gusta es el más adecuado para nuestras necesidades de desplazamiento. Ocurre mucho en los coches y pasa también en las motos. Y en el mundo de la convalidación que nos ocupa y preocupa, es todavía más notorio. A quién no le atraen los scooters GT (Gran Turismo), con su confortabilidad y nivel de acabados, amplia capacidad de carga, máxima protección contra el aire o inclemencias meteorológicas, y dotados con mecánicas desahogadas capaces de circular por carretera abierta a velocidades cercanas al máximo permitido por ley. Pero, efectivamente, unas veces la cabeza y otras el bolsillo se imponen y tenemos que contentar a nuestro corazón con algo más ajustado a nuestras necesidades reales. f105Si estamos buscando un utilitario que nos resuelva con efectividad la papeleta por ciudad, es decir, el caso de la mayoría de los potenciales clientes de una 125 cc, entonces tendremos que priorizar conceptos como peso y dimensiones sobre lujo y confortabilidad. Esto está claro. Aunque lo complicado resulta elegir hasta dónde estamos dispuestos a ceder en unos apartados para potenciar otros, sin que se nos desvirtúe mucho nuestra intención original.

El Yager viene a ser una equilibrada propuesta en forma de “pack” conjunto de soluciones intermedias, bien pensadas, mejor dispuestas y con un resultado final que, a buen seguro, decantará a un importante número de público que se mueve en la incertidumbre de qué decisión tomar. Con este modelo, Kymco acerca la idea del GT al concepto original del scooter: la ciudad. Para llegar a un buen compromiso, se ha partido de la base del Kymco Grand Dink 125, uno de los scooters GT más populares de nuestro mercado, al que se le ha practicado un ‘lifting’ que queda reflejado en su menor volumen. Del mismo modo, se ha simplificado la dotación “estilo GT” y, con ello, se ha “adelgazado” también su precio, para que haya ajustes en todos los campos. Lo mejor de todo, es que estos recortes no inciden en la calidad ni en prestaciones, y sí en agilidad y funcionalidad, con lo que el objetivo principal ya está alcanzado.

En lo que respecta al motor, es el conocido de la casa con refrigeración líquida y carburación (adaptado a la inyección electrónica en el modelo Yager 200i que no se ofrecerá en nuestro mercado) que, además del Gran Dink, también utiliza el Bet&Win, convenientemente adaptado al Euro 3 con catalizador y carburador electrónico (funciona con la unidad CDI).


A bordo

El Yager no sólo es un scooter muy trabajado estructuralmente; el diseño que exhibe está francamente elaborado. Parece que Kymco ha querido imprimir estéticamente esa personalidad definida que, a priori, le falta a un concepto que técnicamente pretende ser ideal para todos. Y la complicada jugada, a la vista está, le ha quedado, cuando menos, moderna y ambiciosa a la fábrica coreana.

Las formas angulosas son tan agradecidas visualmente como prácticamente, ya que las piernas quedan bien protegidas tras la forma del escudo. La cúpula podría ser algo más alta para resguardar mejor la parte superior del cuerpo, pero dado el carácter eminentemente ciudadano del Yager, es suficiente para los avatares callejeros. Al sentarse sobre su asiento se aprecia cierta altura para dominar el tráfico, aunque gracias a su estrechez se llega al suelo con facilidad. Hay espacio para recoger las piernas sin miedo a golpeárselas contra el manillar por alto que seas.

En marcha, el propulsor destaca por su suavidad de funcionamiento y total ausencia de ruidos, aspectos estos más optimizados que en otros modelos con el mismo motor, al utilizar una mejor precisión en los mecanizados de producción. Suficiente aceleración para destacarse en los semáforos y la velocidad punta, en la línea del scooter: ni lento ni rápido. Consigue sobrepasar por poco la barrera de los 100 km/h.


Línea de tierra

f103La rueda delantera de 13 pulgadas le imprime mayor estabilidad y contribuye a acentuar su carácter polivalente. El mayor diámetro permite también aumentar el tamaño del disco delantero, desde los 220 a 240 mm, con un buen apoyo trasero mediante otro disco, así que, en cuanto a frenada se refiere, va perfecto. Respecto a la suspensión, la horquilla telescópica delantera de 33 mm y los amortiguadores traseros, nuevamente hacen honor al concepto general del Yager: ni dura ni blanda. Un término medio lo suficientemente cómodo para que no se resienta tu retaguardia y lo suficientemente firme como para trazar con entereza y sin titubeos en un orden de marcha urbano. En carretera, pese a la velocidad justa para transitar por este medio, resulta muy estable y, si necesitas frenar a fondo, lo va a hacer con eficacia y sin extraños.

 
En compañía

El asiento no presenta la característica diferencia de alturas, un detalle que agradecerá sin duda nuestro acompañante para acomodarse, como también el práctico respaldo acolchado que se integra con el portabultos. Ahora que, también por ese respaldo, subirse a la parte de atrás se complica un poco cuando el piloto ya está a bordo. Pero merece la pena, sin lugar a dudas. Asideras laterales correctas y muy prácticas estriberas, que, con un ligero toque con el pie sobre un pulsador, se despliegan automáticamente.

El motor nota en las salidas el peso de un segundo tripulante, pero luego recupera aceptablemente y, gracias al generoso ángulo de giro y al aplomo del chasis, tampoco nos molesta para culebrear entre la circulación con soltura.


Con lupa

Bajo el asiento hay un volumen aceptable de carga, pero no el suficiente para acoger dos integrales (uno integral y otro abierto). La iluminación interior y el asiento con bloqueo de bisagra para que se mantenga abierto el asiento, facilitan notablemente el acceso a este hueco. La instrumentación es completa y fácil de leer. El tablero engloba un gran reloj cuentavueltas y una pantalla digital multifunción. Lo completan seis testigos luminosos, con uno de gran tamaño correspondiente el sobrecalentamiento del refrigerante (mejor sería un nivel). Con un simple toque con el pie, las estriberas del pasajero se extienden automáticamente y se recogen presionándolas también con el pie hacia dentro. Más higiénico que utilizar la mano y supercómodo para el acceso del acompañante.
El manillar elevado permite giros muy cerrados. Al contrario que en otros GT de la marca, los retrovisores se montan sobre el mismo manillar. Por dentro tiene algunos detalles interesantes como una cerradura cuatro en uno (contacto, bloqueo y aperturas de asiento y tapón de gasolina). Parece una nimiedad, hasta que lo empiezas a emplear. Abrir el tapón del depósito de gasolina cómodamente desde el contacto, para no tener que bajarte del asiento a repostar en la gasolinera, es un lujo digno de un GT y muy de agradecer en invierno. Está muy cuidado el aspecto estético de este utilitario. No hay rincón del scooter, ni siquiera en el juego de las ópticas, donde se haya abandonado este aspecto. Funcionalidad y diseño, una vez más lo vemos, no tienen por qué estar reñidos.
El respaldo acolchado del pasajero de serie es otro guiño a la exclusividad GT. Se han mantenido los detalles de nivel más funcionales y se ha prescindido de las menos útiles, con lo que hay una notable reducción de precio final sobre un GT puro. Un detallazo, no de lujo, pero sí agradecido como el que más: la ‘pata de cabra’ sin autoplegado. Y, además, mientras está extendida apoyada en el suelo, el encendido permanece desconectado, para evitar sorpresas por olvidos. Ojalá todas fueran así. Pata de arranque, un seguro que te garantiza poner en marcha el scooter cuando una mañana –o en el peor momento, como siempre- la batería decida decir adiós. Al menos, contra esa adversidad, ya estás protegido.


 El detallazo

En un scooter donde todo intenta mantener una cierta neutralidad para adquirir la mayor polivalencia, destaca, por encima de todo, la dotación que ha hecho Kymco al Yager en el apartado de frenos. Son sobresalientes para las prestaciones de este scooter de 125 cc. Como antes comentábamos, aprovechando al máximo la amplitud de la rueda de 13”, han endosado un potente disco delantero de 240 mm, que si lo unimos al también eficaz disco trasero (de “sólo” 200 mm), nos da una seguridad en las manetas con poca competencia en otras marcas dentro de este segmento. A parte, el tacto es también excelente, con lo que podemos dosificar a nuestro antojo las apuradas, con poco riesgo de cometer errores. En materia de seguridad se ha portado Kymco.

Prestaciones con nuestro equipo de telemetría

Aceleración 0-50 m 5,58 s (50,7 km/h)
Aceleración 0-100 m 8,71 s (63,2 km/h)
Aceleración 0-400 m 22,28 s (91,3 km/h)
Aceleración 0-1.000 m 44,09 s (101,8 km/h)
Aceleración 0-100 km/h       31,60 s (649 m)
Velocidad máxima 103,2 km/h
Consumo 4,19/100 km
Autonomía 262 km
Peso total lleno 153,8 kg
Reparto tren delantero 39,2%
Reparto tren trasero 60,8%

 

 

Concepto equilibrado
Precio ajustado
Manejabilidad urbana
Carga bajo el asiento
Motor carburación
Uso por carretera

 

 

Ficha técnica/ Equipamiento/ Precio/ Galería Imágenes


 Ver Ficha técnica/ Equipamiento/ Precio/ Galería Imágenes del Kymco Yager 125

 

 

Rivales directos Daelim S2 125 FI
Kymco Grand Dink 125
SYM Joyride Evo 125

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