• Autor del texto – Antonio Cuadra
  • Autor de fotos – Antonio Cuadra
  • Autor acción – Marcelo López
  • Fecha – 01/06/2011

Después de relanzar la mítica denominación de Marathon en una enduro de 125 con el motor Minarelli de 4T, lista para los usuarios de la convalidación, la marca de Figueras (Girona) deja que explote de rabia liberando ese motor por encima de los 15 CV y equipándola con componentes “pata negra”, para competir, con muchas posibilidades de éxito, en las competiciones italianas exclusivas para enduros del “octavo de litro” en cuatro tiempos. Y podrás disfrutar de alguna de ellas en nuestro mercado.


La verdad es que el importador italiano de Rieju está muy activo y volcado en la marca española. El año pasado impulsó la producción de una MRT 50 Competizione de “carreras” que está arrasando en ventas en el mercado italiano (¡qué diferencia de éxitos en los mercados del ciclomotor italiano y español!), e incluso organizó un equipo para correr el Dakar con una Marathon 450.

Lo último, en aquel mercado, es organizar carreras de enduro de 125 cc y con motores de ciclo “cuatro tiempos”. Ante ello, todas las marcas e importadores se han volcado participando con sus modelos “de calle”, porque es un excelente escaparate para darlos a conocer. En la mayoría de los casos, los participantes se tienen que “buscar la vida” localizando componentes especiales y “metiendo mano” en la mecánica para sacarle al propulsor unos caballitos de más con los que arañar ventaja a los competidores. Pero Rieju lo hace más fácil, poniendo “en bandeja” una moto carreras-cliente que está lista para competir con muchas posibilidades de éxito. Obviamente, su precio es elevado, como podrás comprobar un poco más abajo, en la sección dedicada a este espinoso tema. Sin embargo, la larga lista de componentes exclusivos y el trabajo que ha hecho manualmente Rieju en el motor (las modificaciones internas se hacen a mano y no vienen desde Minarelli) justifican más que con creces ese sobreprecio.

Está claro que Rieju “te lo da hecho” sobre una base ya bastante buena y que, aún sin recurrir a un sofisticado bastidor de aluminio, es una de las enduro 4T más ligeras del mercado.


                                 Las primeras sensaciones

                                                                           Lista de los deseos

Hay mucho que contar. En lo que a suspensiones se refiere –y siempre comparando con la Marathon Pro– seguimos viendo en el tren delantero una horquilla Marzocchi invertida con 40 mm de sección de barras, pero ahora los tapones superiores incluyen regulaciones en extensión y compresión. En lo que compete al tren posterior, encontramos un monoamortiguador Ollé oleoneumático, con regulación del hidráulico a través de una ruleta muy accesible por el lado derecho, montado sobre el basculante de aluminio y con sistema de bieletas para obtener progresividad variable. 

Referente a los frenos, se cambia todo. El delantero puede parecer que sale perdiendo con una reducción del diámetro del disco desde los 300 a los 250 mm y despreciando la pinza de anclaje radial por una convencional, pero lo cierto es que la pinza es ahora flotante (presiona por igual en ambas caras del disco), el tacto es más dosificable y potente, y no le afecta el agua ni el barro; sin duda mucho mejor. En cambio, el disco trasero aumenta de los 200 a 220 mm. Y para dar mejores sensaciones al piloto: estriberas sobredimensionadas y un manillar de aluminio con conicidad variable –sin necesidad de recurrir a la barra de refuerzo– y con regulación en las bridas.


Más allá de los 15 CV

Pero lo más importante es que Rieju ha exprimido todo el jugo de los 125 cc que cubica el motor Minarelli. El trabajo interior que se ha hecho comienza por montar un pistón que proporciona una mayor compresión (la cabeza se ha sobreelevado para no tener que rebajar la culata) y utilizar un nuevo encendido, cuya característica más importante se encuentra en que emplea dos curvas diferentes (más “bruta” o más suave para terrenos resbaladizos). Para cambiar de curva, basta con seleccionar la posición de un conmutador que se encuentra por el lado derecho de la moto, debajo del depósito. Y para completar los cambios mecánicos, Rieju duplica la refrigeración del motor, añadiendo un segundo semi-radiador por el lado izquierdo, y equipa un escape LeoVince de competición en aluminio (más ligero) que prescinde del catalizador, con el fin de desahogar la mecánica. Como remate final para proteger la mecánica, un protector de cárter en duraluminio. 

Teniendo en cuenta que lo que tenemos delante es una máquina para competir, la Marathon Competizione prescinde de todo lo superfluo: estriberas para el pasajero, intermitentes, cerradura de contacto-bloqueo, etc. Tan sólo se mantiene el motor de arranque, que se pone en marcha con un botón junto al puño derecho, que también es cortacorrientes, la iluminación (que estrena un piloto trasero más ligero por LEDs) y un tablero digital muy simple. Se agradece estéticamente que Rieju haya vuelto a emplear el color verde oliva que se asocia con las primeras Marathon de 75 cc que tantos éxitos le dieron desde 1979.


Rabia, con “R” mayúscula

Los cambios se notan. En nuestra toma de contacto pudimos contar con Marcelo López, joven piloto de enduro que destaca en la cilindrada de 125 cc en las competiciones de la zona centro. Obviamente y puestos a elegir, Marcelo prefiere los 125 cc de un motor 2T que el de un 4T, por muy bien preparado que esté como el de esta Rieju. Y es que, en cilindradas pequeñas, los “dos tiempos” cuentan con convincentes argumentos para seguir dando guerra en el mundo de la competición (de ahí que, en Italia, se hagan carreras exclusivas para los 4T). No obstante, Marcelo aprecia el buen trabajo que ha hecho Rieju en las suspensiones de esta Marathon tan especial, y en el funcionamiento de su parte ciclo con unos potentes y dosificables frenos.

Para los que andamos más con cuatro tiempos, los más de 15 CV se notan en esta Competizione, por supuesto con el conmutador de mapas de encendido en la posición “Full Power”, al que le faltaba un ligero ajuste porque rateaba un poco en altas revoluciones. Estaría bien que nuestra Federación se animara a crear cantera de pilotos de enduro promocionando carreras exclusivas para motos 4T derivadas de serie. Sería una forma de acceder al mundo de la competición con mecánicas más dóciles y con presupuestos más asequibles (a pesar de que nos parezca mucho dinero los casi 5.000 € de esta Marathon Competizione).

De momento, y mientras se lo piensa, si quieres disfrutar de algo más de una moto de serie, Rieju te ofrece esta posibilidad que, por cierto, se puede volver a “civilizar” para usar en vías públicas volviendo a incorporar los componentes modificados que se te entregarán en un “cajón”.


Primer vistazo

La rueda delantera aporta muchos cambios. Para empezar, está calzada con neumático Michelin Enduro Competition MS y el freno es ahora de 250 mm (también lobulado), con pinza de anclaje sencillo, pero flotante. El motor Minarelli WR 125, refrigerado por agua con culata de 4 válvulas, estrena un pistón que aumenta la compresión. Además, recurre a un escape más “liberado” y un segundo semiradiador por este lado.
El piloto trasero es mínimo, pero efectivo. Ahora se ilumina por una matriz de diodos LED de menor consumo y prácticamente infundibles, a pesar de los baches y de las sobretensiones del alternador. Junto al puño derecho, encontramos esta piña reducida a la mínima expresión: un botón de arranque que, por su parte superior, hace de cortacorrientes. Puños Dominó con protectores de manos.
Tras el portafaros, un simple y sencillo tablero de instrumentos que sólo muestra la velocidad y los kilómetros recorridos, además de cuatro testigos luminosos. Se prescinde de la cerradura de contacto-bloqueo. Un buen detalle que deberían incorporar incluso las enduro de serie para evitar disgustos: el protector de cárter. Dispone de prolongaciones laterales e, incluso, se ha personalizado con el logo de la marca troquelado.
El basculante es de fundición de aluminio (como en la Pro) y cuenta con bieletas para el monoamortiguador (progresividad variable). El disco de freno trasero sube hasta los 220 mm manteniendo el perímetro lobulado. Otra de las mejoras que afectan al rendimiento del motor vienen por la utilización de este terminal de escape firmado por LeoVince. Está fabricado en aluminio y prescinde del catalizador para no retener los gases.
El monoamortiguador posterior es artesanal y lo firma Ollé. Cuenta con depósito de gas independiente (en color dorado) y en su parte superior y muy accesible esta ruleta para regular el hidráulico desde H (hard, o duro) hasta S (soft, o más blando). Abrazando uno de los manguitos de agua por el lado derecho encontramos este interruptor que te permite conmutar entre dos curvas de encendido: una muy “bruta”, donde se saca toda la potencia, y otra más suave y dosificable para terrenos resbaladizos.

 

La dolorosa

Como te adelantábamos en la introducción de esta toma de contacto de la Rieju Marathon 125 Competizione, hay mucho componente de calidad instalado y eso se nota en la etiqueta del precio. Estamos hablando de casi 5.000 euros (4.956 para ser exactos), lo que supone 1.141 euros de más sobre la versión Marathon Pro e, incluso, casi 2.000 (1.907 concretamente) respecto de la Marathon 125 básica. A pesar del alto nivel en que nos movemos, podemos decir que la relación calidad-precio es muy equilibrada para la clase de moto que estamos tratando.

Comportamiento
Potencia motor
Aceleración
Precio elevado
Altura asiento
Desarrollo corto

 

 

Ficha técnica/ Equipamiento/ Precio/ Galería Imágenes 


Ver FICHA TÉCNICA/EQUIPAMIENTO/PRECIO/FOTOS de la Rieju Marathon 125 Competizione

 

 

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