• Autor del texto – Antonio Cuadra
  • Autor de fotos – Roberto Moreno
  • Autor acción – Antonio Cuadra
  • Fecha – 19/08/2010

La Mini 125 de Hartford resulta difícil de definir. Así, a simple vista, y por sus reducidas dimensiones, puede recordarnos a una pit-bike para pasar buenos ratos de ocio; pero después de haberla probado, os aseguro que hace un buen papel como moto urbana. Hay que tomársela en serio.


 

   

De vez en cuando, sorprende encontrarnos con una nueva marca que no sea de origen chino. Y eso que los tiempos no invitan a ello. Pero ahí están los taiwaneses de Hartford Motors, dispuestos a hacerse un hueco en el mercado de la mano de su importador en España, Moto Goza.
Llevan poco menos de un par de años en este mundillo (algo más haciendo motores) y en su página web (www.hartford-motors.com.tw) descubrimos no sólo la Mini 125 que nos ocupa, sino también algunos scooters de pequeña cilindrada. Incluso tienen pensado sorprendernos en el próximo Salón de Colonia con un modelo de 400 cc. Habrá que verlo. De momento, su tarjeta de presentación nos ha dejado muy satisfechos.

El Mini 125 no oculta su lado “simpático”, calzando ruedas de 12 pulgadas de balón “gordo” y dibujo mixto, con las que te permite alguna escapadita off-road, si te lo propones. Sentado se llega perfectamente al suelo con las dos plantas de los pies (faltaría más, con lo bajita que es), lo que aporta sensación de seguridad y control para los novatos de la convalidación. Con los pies en las estriberas, resulta bastante cómodo; no vas como en una pit-bike, encogido con miedo a que lo que llevas en los bolsillos de los pantalones se te vaya a caer. Recuerda más, en este sentido, a la posición de conducción de una YBR 125 de Yamaha, pero con una manejabilidad que se sale de lo normal. Eso sí, le pasa lo mismo que a la YBR: las estriberas van unidas al bastidor sin ningún tipo de bisagra que las pliegue, por lo que, en caso de caída, habrá que enderezarlas… como buenamente se pueda. 


                                             A bordo

De la propulsión se ocupa un monocilíndrico de dos válvulas, basado en el Honda CG 125, con distribución por varillas (menos mantenimiento, al no ser necesario tensar la cadena de distribución) y fabricado por la propia Hartford.
Aún siendo un OHV, sube rápido de vueltas y hasta corre, rozando su velocidad máxima la barrera de los 100 km/h. Eso sí, a estas velocidades no se encuentra muy a gusto, tanto por montar un desarrollo tirando a corto -obliga a rodar muy revolucionado con unas vibraciones molestas que antes no aparecían-, como por el límite de estabilidad debido a su corta distancia entre ejes y a unas ruedas más bien pequeñas.
Su hábitat son los desplazamientos urbanos en hora punta, y lo demuestra saliendo disparado de los semáforos y culebreando con agilidad endiablada entre los huecos de los coches. Y hasta te olvidas de visitar la gasolinera, porque en nuestro habitual recorrido mixto ciudad-carretera, enroscando a tope el acelerador, gasta como un mechero: poco más de 3 litros a los 100 km reales. Pocos vehículos de entretenimiento pueden presumir de ser útiles y prácticos. Sin duda, el Hartford Mini 125 ha sabido combinar el ocio con el negocio.

Línea de tierra

Pero es que, aunque parezca un juguete, la Hartford Mini es una cosa muy seria y, como tal, sus creadores han puesto mucho mimo en cuidar hasta el mínimo detalle. Y nos lo han demostrado en las suspensiones, montando una horquilla telescópica en el tren delantero que no “cruje” en situaciones límites (haciendo el bestia como en una pit-bike) y un par de amortiguadores con ajuste de precarga y muelle de paso variable (conforme se van comprimiendo, la suspensión se endurece consiguiendo un efecto progresivo).
Y tampoco lo hace mal en frenos: delante, un disco hidráulico de 180 mm y, detrás, un tambor de 153 mm, podrían parecer sobre el papel insuficientes para una 125 cc, pero lo cierto es que, dado su contenido peso y prestaciones, van más que sobrados.

 

En compañía

El pasajero sólo se puede quejar del asiento corto y deberá adoptar una postura un tanto “cariñosa” con el que conduce (eso puede ser una ventaja en algunos casos). A la vista está que acomodarse es sencillo y, pese a lo que pueda parecer, las estriberas están en buena posición y no obligan a llevar los pies encogidos. Incluso, en Hartford, han puesto más atención a las del pasajero que a las del conductor, ya que, si las de este último son fijas, las del pasajero son plegables. Otro detalle importante a destacar es la varilla que recorre el perímetro del asiento trasero y que hace de asidera.

Con lupa

Cuenta con caballete lateral y central. Las estriberas del conductor carecen de bisagra y van fijas al bastidor. Las del pasajero, sin embargo, sí. Instrumentación paupérrima: lo que ves. El bloqueo de la dirección no está en el contacto, sino en otra cerradura –con la misma llave- en la tija inferior. El motor cuenta con arranque eléctrico y a pedal. La caja de herramientas se encuentra completamente desprotegida sobre el eje del basculante.
En el tren delantero encontramos un potente freno de disco y ruedas “gordas” de 12 pulgadas con dibujo mixto, para hacer alguna escapada off-road. Los mandos tienen buen tacto. Se agradece que la palanca del estárter se encuentre en la piña izquierda, para no tener que meter la mano en la mecánica. El freno trasero está confiado a un sencillo tambor. Dado el contenido peso del vehículo y sus prestaciones, no hace falta pedir más, aunque deberás mantenerlo bien tensado.


 El detallazo

f014Afortunadamente, Hartford no ha tenido la tentación de propulsar su Mini 125 con un motor horizontal con cuatro velocidades, de los que generalmente se emplean para las pitbikes, sino que ha preferido usar uno de moto con cambio de cinco velocidades y cilindro casi vertical.

Concretamente, este motor se basa en el que utilizaba antes Honda para sus vehículos CG. Se caracteriza, principalmente, porque el accionamiento de sus dos válvulas es a través de varillas (OHV) o empujadores movidos por unas levas desde la base del cilindro. El sistema OHV reduce considerablemente el mantenimiento del motor, al no tener que prestar atención a la tensión de la cadena de distribución que emplean los motores OHC. Sin embargo, en contrapartida, tiene como limitación una mayor rigidez, que no permite subir tanto de revoluciones. Teniendo encuenta los pros y los contras, sin duda es una buena elección para una moto de uso ciudadano.

Prestaciones con nuestro equipo de telemetría

Aceleración 0-50 m 5,09 s (53,9 km/h)
Aceleración 0-100 m 8,09 s (65,7 km/h)
Aceleración 0-400 m 21,51 s (87,3 km/h)
Aceleración 0-1.000 m 45,33 s (92,4 km/h)
Aceleración 0-100 km/h           NO LLEGA
Velocidad máxima 95,9 km/h
Consumo 3,08 l/100 km
Autonomía 195 km
Peso total lleno 111,0 kg
Reparto tren delantero 44,2%
Reparto tren trasero 55,8%

 

 

Polivalencia de uso
Estética en su clase
Manejabilidad
Estriberas fijas
Instrumentación escasa
Asiento corto a dúo 

 

 

Ficha técnica/ Equipamiento/ Precio


 Ver FICHA TÉCNICA/EQUIPAMIENTO/PRECIO de la Hartford Mini 125

 

 

Rivales directos I-Moto RC 125 Road
Monkey Bikes MB 125 D
Monkey Bikes MB 125 G
Monkey Bikes MB 125 R
Monkey Bikes MB 125 T
Sumco Dingo DG 125

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