Sym SymPhony SR 125 - Toma de contacto

Autor del texto – Antonio Cuadra
Autor de fotos – Joan Carles Orengo (Bordoy)
Autor acción – Antonio Cuadra
Fecha – 16/09/2010

Nueva vuelta de tuerca de la taiwanesa SYM en el segmento de los scooters de “rueda alta” con esta versión SR sobre la base SymPhony, que aporta un toque de deportividad en su diseño para los que huyen del típico diseño serio y clásico, y, sobre todo, una capacidad de carga excepcional, muy superior a la de muchos scooters de 16 pulgadas de mayor tamaño y precio.

Pese a la que está cayendo, este 2010 está siendo un buen año para la SanYang Motor company. Y eso siempre es una buena noticia para el sector. La estrategia de la marca, con unos modelos diseñados en Italia para el mercado europeo y, aquí en España, con la distribución de Motos Bordoy, que cada vez va ampliando más la red en nuestra geografía y ofreciéndolos a precios muy competitivos, están consiguiendo elevar la cuota de mercado. Todo lo que sea aumentar la oferta es para celebrarlo, desde luego. Y lo mejor, es que no es un hecho fruto de la casualidad de los tiempos revueltos. Detrás de todo esto, hay una marca que se está invirtiendo mucho en la tecnología y el Centro de Investigación y Desarrollo de SYM ha conseguido ir muy por delante de las necesidades del mercado.

Desde ya, cuentan con el scooter GR 125 Efi para el mercado doméstico taiwanés, con unas emisiones contaminantes mínimas, equivalentes a nuestra futura Euro 5, lo que demuestra el camino de ventaja que llevan. También han conseguido desarrollar el sistema de soldadura láser para la fabricación de bastidores por robot, único en el mundo. Otro paso de gigante. Pero hay frutos que ya los podemos “saborear”, como la culata de cuatro válvulas con inyección electrónica, aplicada en los modelos de más de 200 cc, o el ingenioso sistema VIP (Variable Inlet Process) con doble tobera de admisión, coordinado con la inyección, que adapta uno o dos conductos a las necesidades de alimentación del motor en cada momento.

Pero el avance sensible que más beneficia a los usuarios de los nuevos modelos SYM, es el tratamiento cerámico de los cilindros. Se trata de una nueva tecnología, reservada hasta ahora al mundo de la competición por su fabricación casi artesanal, y que SYM ha conseguido popularizarla con la producción en masa (unos 1.000 cilindros se están tratando diariamente) aplicándola en todos sus nuevos modelos, incluido el SymPhony SR que nos ocupa. Las ventajas, sin necesidad de someter el motor a exaustivos exámenes, saltan a la vista por sí solas: una inferior temperatura del cilindro por su menor punto de fricción, indice de dureza Vickers superior en 10 veces a los tratamientos convencionales, mayor ajuste del cilindro con el pistón -lo que lleva directamente a una mejor compresión del motor- y un riesgo de gripaje muy bajo. Con este largo e intenso “curriculum” a cuestas, seguro que no te atreverás a considerar al SymPhony SR como un scooter normal.

Las primeras sensaciones

Puño en mano

Su puesto de conducción es para tallas europeas. Por alto que seas, no creo que te golpees con las rodillas en el salvapiernas o con el giro del manillar, ya que, las piernas caen desde el asiento sin forzarlas. Al pasajero también se le trata bien, ya que, entre otros detalles, apoya sus pies en unas estriberas plegables, que conduciendo no molestan y al cerrarse se consiguen unos centímetros menos de anchura (se pega la mentalidad deportiva).

A todo esto, hay que añadir la posibilidad que ofrece la amplia plataforma plana para apoyar los pies y llevar grandes bultos entre ellos, la amplia guantera con cerradura detrás del escudo y el robusto, y también amplio, portabultos posterior en fundición de aluminio. Las formas de los laterales y el nuevo y amplio asiento con los detalles racing de las costuras, refuerzan la agresividad del conjunto. Se aparta del diseño clásico y elegante con tono serio que aportan todos los “ruedas altas” del mercado, incluyendo a sus hermanos SymPhony DD y HD Evo, un punto a favor para los que quieran ir un poco a contracorriente y les guste romper esquemas.

En lo que respecta al motor, nos encontramos con el 4T refrigerado por aire forzado de la marca, sin ninguna modificación respecto al que emplea el DD. Va alimentado por carburador –de ahí que mantenga el pedal de arranque para las situaciones de emergencia- y goza de muy buena salud en aceleraciones e, incluso, de velocidad. Se mueve muy ágil, por lo que resulta un buen arma urbana.
Donde también se luce este Sym es en capacidad de carga. El espacio bajo el asiento cuestiona la afirmación de que no es posible conseguir espacio para albergar un casco de rueda alta, y menos un integral. Pues, a pesar de su delgadas proporciones, el SymPhony SR, aunque justito, lo ha conseguido, y sin que se le note el “embarazo”. La apertura se hace desde el contacto, o bien, dando las ráfagas.

Trenes

En cuestión de frenos también impacta, ya que encontramos en ambos ejes sendos discos “wave” de perfil ondulado en medidas de 226 mm, sobradas para un peso “mosca” declarado que no llega a los 110 kg (5 menos incluso que el DD). Un lujo.

Instrumentación

Como te contábamos antes, este SymPhony SR quiere romper con los moldes tradicionales de su segmento, y eso se nota en todos los detalles. En su estilizada figura de líneas afiladas y agresivas, localizamos un faro de grandes proporciones en el escudo frontal (muy similar al que emplea el Jet-4 125), dejando al manillar “ciego” con una discreta cúpula de color ahumado. La instrumentación en sí, está muy cuidada, combinando un velocímetro analógico con una pantalla digital en la que se da cabida a la hora, cuentakilómetros varios e incluso un nivel gráfico correspondiente al nivel de gasolina. Los mandos están en su sitio adecuado y ofrecen un buen tacto.

Primer vistazo


Un aplauso para SYM: ha conseguido hacer un hueco para casco integral (no todos) en un “rueda alta”. Y eso que el SymPhony SR es muy estilizado. Detrás podemos ver el tapón de gasolina y la parrilla en fundición de aluminio con asas laterales.	El diseño del piloto posterior también sigue la línea estilizada del conjunto con formas afiladas. El piloto dispone de una buena superficie iluminada y a ambos lados del mismo se sitúan los intermitentes con tulipa o cristal transparente.	El tablero de instrumentos combina un velocímetro analógico con una pantalla digital multifunción (cuentakilómetros total y parcial, reloj horario y nivel gráfico de combustible). Solo tiene tres testigos y el fondo es demasiado “cantoso”.


El faro es el mismo del Jet-4, con formas de estar “muy enfadado” por los extremos laterales hacia arriba, que no incluyen la luz de posición. El faro principal cuenta con parábola multicónvex y bombilla halógena H4.	El manillar queda “ciego” respecto del SymPhony DD original. Ese “vacío” se llena con una discreta cúpula de color ahumado, que contribuye en aumentar el carácter deportivo de este SR. A los lados, los intermitentes delanteros con tulipa transparente.	El motor del SR tiene su “geniecillo” y lo demuestra con unas fulgurantes aceleraciones a la salida de los semáforos. Está alimentado por carburador, su cilindro cuenta con tratamiento cerámico y dispone de pedal de arranque.


Tren delantero de impacto: un llamativo freno de disco “wave” en la misma medida que el trasero (226 mm), mordido por pinza de doble pistón, llantas de aleación de cinco palos dobles y neumático de perfil más bajo y ancho que el DD.	Un detalle que se va perdiendo, pero que SYM mantiene en sus modelos, es la guantera tras el escudo protegida por cerradura. Aún desaprovechando el paso del tubo principal del bastidor, queda suficiente espacio a los lados.	El asiento es de nuevo diseño, suficientemente largo, y delimita bien las zonas del pasajero y conductor. Como detalle “racing” las costuras se han hecho utilizando hilo de color rojo, y el tapizado es antideslizante.

La dolorosa

Pero lo mejor está en el precio. De tarifa cuesta 2.199 €, aunque en su etapa de lanzamiento baja a los 1.799 y, por si fuera poco, con seguro gratis por un año. Pocas pegas le podrás encontrar por esta poderosa razón y, desde luego, muchísimas virtudes.


Agilidad urbana Precio bajo Diseño deportivo	*Capacidad depósito gasolina* Caballete lateral autoplegable Protección escudo estrecho