• Autor del texto – Antonio Cuadra
  • Autor de fotos – Honda
  • Fecha – 21/01/2011

En 2004, Honda fue pionera en ofrecer una moto deportiva de 125 cc con motor 4T refrigerado por agua. Sin duda rompió muchos esquemas al imponer esta mecánica menos contaminante que la de 2T y que, incluso, mejoró más adelante con la inyección. Ahora, siete años después, se sigue manteniendo la misma denominación anterior y hasta el precio, pero ha mejorado mucho en su aspecto exterior al adoptar un chasis de mayores dimensiones y una carrocería que comparte con el modelo de 250 cc.


Han cambiado mucho las cosas en estos siete últimos años. De dominar los motores de “dos tiempos” el mercado de las motos deportivas de 125 cc, a prácticamente extinguirse. La escasa representación en la clase “sport 4T” de los años previos a la convalidación eran pura fachada: motos con aspecto agresivo, pero que ocultaban una mecánica refrigerada por aire cuya potencia se quedaba al 60% de los 15 CV permitidos para los jóvenes del A1. Y con más del doble de esa potencia permitida, las 125 cc de “dos tiempos” eran inalcanzables.

Con ese escenario, Honda se hinchó a vender su CBR125R cuando llegó a nuestro mercado procedente de Tailandia. No era para menos: una deportiva muy pintona, a imagen y semejanza de las supersports de 600 y 1000 cc, que equipaba por primera vez un motor 4T refrigerado por agua, aunque con una sencilla culata de dos válvulas. No apuraba el límite de los 15 CV, pero se quedaba muy cerca, con 13,2 CV a 10.000 rpm. Eso sí, para registrar una velocidad máxima real en torno a los 120 km/h, había que aligerar peso y eso se traducía en unas dimensiones muy reducidas, muy similares a las de su precursora la NSR80 de 75 cc.

Con el paso del tiempo, a la pequeña CBR le han salido nuevos competidores con propulsores más sofisticados (de origen Minarelli-Yamaha y Derbi-Piaggio) pero sobre todo con un tamaño general más apropiado para la ergonomía de las altas tallas europeas. Y así es como Honda se ha puesto las pilas en este 2011 ofreciendo la nueva CBR125R.
 
A lo grande

Estaba claro que la prioridad número 1 de los diseñadores de Honda era hacer crecer el tamaño de la nueva CBR. Aunque se sigue manteniendo la configuración doble viga en acero del bastidor, lo cierto es que todo es nuevo y con más longitud, más anchura y más altura que su predecesora. Todo resulta más acorde para las tallas altas del público europeo. Pero no te pienses que sobre la CBR125R vas a tener que llegar al suelo de puntillas en los semáforos, porque, aunque ha crecido la altura del asiento, esos 793 mm no resultan tan exagerados. Además, el hecho de compartir el mismo vestido del modelo de 250 cc –también fabricado en Tailandia- le da ese aspecto y tacto de moto grande, en el que también ponen su grano de arena unos neumáticos que mantienen el diámetro de 17 pulgadas, pero con una sección mayor.

La información y aspecto del cuadro de instrumentos también ha ido a mejor. Como buena deportiva que se precia de ello, domina el reloj cuentavueltas con una zona roja muy arriba. En la pantalla digital hay todavía más con niveles gráficos de combustible y temperatura. En el frontal se descubren influencias de los estilos de las Honda de gran cilindrada (caso de la VFR1200F), como es la óptica monofaro con los “rabillos” superiores hacia arriba, que incluyen sendas bombillas de posición. La óptica principal incluye bombilla halógena.

La mecánica es la misma que ha venido utilizándose desde el 2004, eso sí, convenientemente inyectada para aprovechar mejor el consumo sin que repercuta en las emisiones. Para la ocasión, se declaran incluso hasta un pelín más de caballos, 13,3, y se ha hecho un buen trabajo conteniendo el peso hasta los casi 137 kilos, lo que la convierte en la supersport más ligera del mercado de 125 cc.

Aparentemente, no hay cambios en la mecánica. Está refrigerada por agua, alimentada por inyección electrónica, 6 velocidades y dispone de culata de dos válvulas. Sube de vueltas con facilidad y es el súmmum en cuanto a suavidad de funcionamiento. Los discos siguen manteniendo el mismo diámetro. Son elementos firmados por la japonesa Nissin, lo que asegura su efectividad. Desde este ángulo se aprecia el aspecto corto y abultado del escape, acrecentado por la moldura protectora.


 
Presencia

Sin duda con el aumento de tamaño, la nueva CBR “viste” mucho y puedes dar el pego de que montas en una moto de mayor cilindrada. Sin duda, es una buena terapia para quitarse los complejos. Como ya te hemos comentado, el hecho de compartir elementos de la carrocería con la “dos y medio” ayuda a esa confusión, y hay que ser muy observador para descubrir la cilindrada en unos discretos logos a ambos lados del asiento del pasajero. Pero es que, además, estéticamente, la nueva CBR125R tiene un aire a la VFR1200F. Obviamente, la pequeña –en cilindrada- CBR no llega a las megadimensiones de la Roadsport, pero sí que nos recuerda a ella en las formas estrechas de la parte posterior, el escape corto y voluminoso (aunque en realidad se trata de una moldura que lo abulta más) y ese característico faro de una sola óptica con los rabillos laterales superiores.

Aunque se trata de una deportiva, la nueva CBR cuida bastante al pasajero, disponiendo para él de unas cómodas asideras y un mullido asiento bajo el que se encuentra un práctico hueco para llevar la documentación y herramientas. La suspensión posterior está encomendada a un monoamortiguador anclado directamente al basculante, proporcionando un recorrido a la rueda de 126 mm, poco más que en el tren delantero.

En definitiva, un cambio a mejor para que las míticas siglas CBR de Honda sigan estando en primera línea incluso en la cilindrada del “octavo de litro”. Con tanto “crecimiento generalizado” se agradece que se mantenga el mismo precio de la versión precedente: 3.299 €.

El extremo posterior tiene unas formas muy afiladas con un piloto de gran superficie iluminada que contribuye a aportar una imagen muy agresiva. En las “cachas” laterales se encuentran los discretos logotipos que desvelan la cilindrada. La gama de colores incluye tres tonos muy diferentes: desde un sobrio color negro integral hasta un llamativo plata con tonos anaranjados (y llantas también en naranja), pasando por los colores “de guerra” rojo-blanco-azul típicos de la CBR.

 

Ficha técnica/ Equipamiento/ Precio/ Galería Imágenes


 Ver FICHA TÉCNICA/EQUIPAMIENTO/PRECIO/GALERÍA IMÁGENES de la HONDA CBR 125 R

 

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