- Autor del texto – Antonio Cuadra
- Autor de fotos – Enrique S. Orellana
- Autor acción – Antonio Sánchez Díez
- Fecha – 31/10/2011
La legendaria firma de scooters Lambretta vuelve tras una dilatada ausencia, con un diseño muy acertado basado en modelos de época, mecánica SYM y, por supuesto, fiel al concepto de bastidor tubular con carrocería de chapa de acero estampada.
Parte I – Prueba Lambretta LN125
Parte II – Modelos TV200 y LN125Se la echaba de menos. Y mucho más cuando en España hemos vivido incluso la fabricación de estos scooters en las cadenas de Serveta en Eibar y Amurrio. Está claro que una marca con tanta historia detrás tiene mucho que decir ahora que se lleva el estilo “vintage” o “retro” en los scooters.
Obviamente, en el nuevo equipo que hay detrás de esta nueva Lambretta no existe ningún vínculo con el original de Inocenti que dejó de producir en Italia en 1971. Pero sí que se ha procurado mantener ese espíritu milanés, manteniendo la filosofía original del producto y respetando la continuidad de los diseños con los modelos que ya son historia.
Por supuesto que en Moto125.cc no queremos influir en algo tan personal como es la estética, pero hay que reconocer que el resultado final está muy conseguido, que se trata de un scooter moderno y que, para nada, tiene un sabor rancio. Es más, entra directamente por los ojos, y hemos podido comprobar que enamora. En esta nueva etapa de Lambretta, se lleva a cabo el diseño y desarrollo del producto en Milán, y se delega la producción a una marca experimentada y de calidad como lo es la taiwanesa SYM: nada de sentir la tentación de bajar la calidad por conseguir el mejor precio, porque en Taiwán hay un nivel de fabricación comparable con el estándar europeo o japonés.
Si te fijas con detalle, entre esta Lambretta LN 125 y el SYM Fiddle II hay muchos puntos en común. De lo que se ve, y puedes comprobarlo tu mismo visitando la ficha con galería de fotos del Fiddle II o la prueba, te aseguramos que –colores aparte- estás viendo en el tren delantero la misma horquilla, llanta con neumático 110/70-12, frenos de disco de 190 mm y pinza, y, en el tren posterior, los mismos propulsor y llanta calzada con un 120/70-12. Hay sutiles cambios, como que en la Lambretta LN se prescinde del pedal de arranque (el día que falle la batería lo echarás de menos) y que en la ficha técnica de la marca italiana se declare para el motor con cilindro cerámico una potencia de casi un caballo de más a 8.000 vueltas.
En lo que respecta al bastidor se emplea un tubular nuevo de dimensiones más grandes al que se le ha “vestido” con una carrocería de chapa de acero como marca la tradición en la marca del barrio de Lambrate. Pero ojo, no es chapa todo lo que se ve por fuera. De hecho, la estampación no permite sacar volumen a la carrocería ni conseguir ciertas curvaturas y, para ello, se complementa en algunas zonas con molduras de plástico. Es algo que también utiliza hasta la misma Piaggio con la Vespa. Pero no está presente la chapa de forma continua; hicimos la prueba del imán y pudimos comprobar que solo hay chapa en el escudo frontal y en el cuerpo posterior; la parte central (tanto la plataforma como la quilla inferior) es de plástico. Lo que sí está claro, y aunque las apariencias engañan, es que una carrocería de chapa no tiene por qué ser más pesada que una de plástico, y volviendo a comparar cifras, en este caso medidas por nuestra báscula con el depósito lleno, la Lambretta registra 117,7 kg, no mucho más que los 116,6 kilos del Fiddle II que hemos puesto como ejemplo, y que prácticamente suponen un empate técnico ya que el depósito del SYM tiene un litro menos.
Pero, como hemos dicho varias veces, lo “retro” no tiene por qué estar reñido con las soluciones actuales, y en la Lambretta LN encontramos bajo su asiento un hueco para guardar el casco. No rebosa demasiada capacidad ya que no conseguimos introducir un casco integral y algunos abiertos entran con calzador. De cosecha SYM es el interruptor amarillo que hay detrás del hueco y que hace de cortacorrientes para poner más difícil el robo.
A bordo
Cuando llegas al manillar sientes una especie de “Deja Vu”. Es la primera vez que cae en nuestras manos una LN y nos resulta familiar. Haciendo memoria, al final te viene a la cabeza que ese tablero, aunque con distinta serigrafía y molduras, tiene la misma disposición de elementos que el de la Vespa GTS cambiando el nivel de temperatura del motor por un voltímetro, e incluso hasta los conmutadores son muy parecidos. Que no cunda el pánico: son cosas de haber recurrido al mismo especialista de la industria auxiliar. El tablero es completo y se lee bien, pero al igual que en su eterno rival, los mandos no ofrecen buen tacto y, al encontrarse montados sobre la carcasa que envuelve el manillar, quedan muy separados de los dedos gordos y hay que despegar la palma de la mano de la goma del puño (por cierto, muy mullidita) para accionarlos. En lo que respecta a la posición de conducción, la Lambretta ofrece un puesto amplio y cómodo, muy apto para todas las tallas. Una vez sentado notas que Lambretta también ha desarrollado la LN con las tendencias actuales de cargar peso del conductor sobre el tren delantero. Lo delata el hecho de que los pies van algo más retrasados de lo normal porque la curvatura de la plataforma horizontal hacia el salvapiernas impide llevarlos más adelantados. No llega a resultar demasiado incómodo. Por altura y forma de manillar, no hay nada que objetar como tampoco por el mullido y amplitud del asiento.
En marcha, esa postura cargando peso delante resulta muy efectiva para la ciudad y la Lambretta es muy ágil y alegre en los desplazamientos más congestionados.
El motor acompaña a hacer más divertidos los trayectos urbanos. Se le nota por el sonido de su diferente escape “más suelto” pero nuestra telemetría dice lo contrario cuando se compara con los datos registrados del Fiddle: se queda a poco menos de 5 km/h por debajo de la barrera de los 100, y es algo más gastón. Posiblemente con unos cuantos kilómetros de más en su totalizador conseguiríamos que se soltara un poco más el motor.
Línea de tierra
A ese buen comportamiento general de la LN hay que ponerle un par de peros. El primero es en suspensiones. Su tacto en general es tirando a blandito y cumple con comodidad siempre y cuando el firme esté en muy buen estado, pero todos sabemos que la ciudad está llena de trampas y es algo habitual encontrarse con badenes para bajar la velocidad u otro tipo de baches por obras mal terminadas. En esos casos, la Lambretta rebota especialmente de atrás.
En lo que respecta a frenos, los 190 mm del disco delantero están muy bien aprovechados y te detiene con energía. Lo malo es el de atrás; es un tambor que hay que llevar bien tensado y accionando con ganas su maneta izquierda; un punto a revisar.
En compañía
Con las lógicas limitaciones de un motor que no llega a los 10 CV de potencia y que se verá resentido por la carga extra que supone el peso de un pasajero, la LN 125 es una buena anfitriona para recibir un invitado de más sobre su asiento.
Dada su baja altura y la ausencia de respaldos o baúles, será fácil acomodarse sin miedo a que te de un calambre al pasar la pierna sobre el asiento.
El espacio para el pasajero está bien delimitado, y para lo que acostumbramos a ver en un scooter urbano, resulta hasta amplio y confortable de mullido.
También a su favor disponer de unas estriberas desplegables escondidas en los cantos de la plataforma (que hay que extender manualmente) y que no molestan al conductor cuando éste echa pies a tierra.
Muy práctico el accesorio de asidera que bordea el asiento trasero.
Con lupa
El detallazo
El diseño es la clave en el relanzamiento de una marca como Lambretta. Su creador, Alessandro Tartarini, tiene el buen gusto en sus genes: su padre es el genial Leopoldo Tartarini fundador de Italjet y autor de la mayoría de los diseños, incluido el del Pack-2 que se encuentra expuesto en el Museo de Arte Moderno de Nueva York. Su hermano Massimo también sigue la tradición familiar y ha tomado el relevo de su padre en la dirección de esta marca.
Alessandro ha sabido dar “alma” a la nueva dirección de la marca, aunando en la LN detalles característicos de modelos históricos y adaptando todo el conjunto a los gustos de las generaciones actuales: la LN se identifica inmediatamente con Lambretta de siempre y no deja de ser en el fondo un producto muy novedoso.
Prestaciones con nuestro equipo de telemetría
Aceleración 0-50 m | 5,16 s (51,1 km/h) |
Aceleración 0-100 m | 8,31 s (62,4 km/h) |
Aceleración 0-400 m | 22,03 s (89,8 km/h) |
Aceleración 0-1.000 m | 45,31 s (93,0 km/h) |
Aceleración 0-100 km/h | NO LLEGA |
Velocidad máxima | 95,6 km/h |
Consumo | 4,48 l/100 km |
Autonomía | 134 km |
Peso total lleno | 117,7 kg |
Reparto tren delantero | 36,4% |
Reparto tren trasero | 63,6% |
Diseño Equipamiento Comportamiento |
Hueco casco abierto Suspensión trasera Freno trasero |
Ficha técnica/ Equipamiento/ Precio/ Galería Imágenes
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