• Autor del texto – Antonio Cuadra
  • Autor de fotos – Juan/Jaime Olivares
  • Autor acción – Antonio Cuadra
  • Fecha – 18/11/2010

Por estrategias de grupo, Derbi completa su gama de convalidación con un “rueda alta” recurriendo a la familia. Así, el Rambla aprovecha esa “magia” que imprimen los productos de Aprilia y lo adereza con uno de los mejores precios de adquisición de su categoría. Sin duda, es una buena opción para el que quiere hacer una buena compra.


Sería difícil para una marca independiente disponer de una gama tan amplia como la que tiene Derbi en la cilindrada de 125 cc. Cuando se trabaja en grupo, hay que aprovechar sinergias, y eso es lo que se ha hecho para ofrecer un “rueda alta” como el Rambla 125. Su parecido con el Aprilia SportCity Cube lo delata y, aunque ambas fichas técnicas y equipamientos sean “clavados”, lo cierto es que, en lo que a estética se refiere, el Rambla de Derbi tiene un ligero cambio de personalidad, como se puede apreciar en ciertos retoques: manillar con parabrisas corto y cuadro de instrumentos, frontal con nueva calandra de acceso al radiador y leves cambios en la forma de su doble óptica, portabultos trasero con asideras laterales, asiento con tapizado cosido en hilo rojo, y muchos detallitos cuya lista sería casi interminable de enumerar. No es la única adaptación del SportCity que se ha hecho; es más, Piaggio llegó a ofrecer el Carnaby 125 sobre esta base, aunque costaba más reconocerlo, porque a nivel de “plásticos” y ruedas estaba muy cambiado.

Como ocurre con el SportCity, el Rambla no cumple los más exigentes cánones del “rueda alta”. El motivo se encuentra en que las ruedas que emplea son de 15 pulgadas, una medida que se sale de lo normal, porque lo que se lleva son las 16. Pero, como en el Scatergoris, si aceptamos al Bevery de Piaggio como “rueda alta” calzando detrás una rueda de 14 pulgadas, ¿por qué no admitimos las de 15 pulgadas si están en ambos ejes? No creo que haya demasiada discusión en este sentido, porque en ese margen de admisión de 1 pulgada también entrarían a formar parte de este selecto club de scooters con mayor estabilidad la “raza” de los “rueda alta” asiáticos –pongamos como ejemplo el Innova de Honda- caracterizados por contar con un motor con transmisión de cuatro velocidades semiautomática (sin embrague manual) y ruedas de ¡17 pulgadas! Y como buen “rueda alta” que pretende ser, el Rambla tiene suelo plano para apoyar los pies (fundamental cuando su hábitat se encuentra en los recorridos urbanos), hay poco espacio bajo el asiento debido a que el diámetro de la rueda posterior se “come” mucho espacio (ni sueñes con que te va a caber un integral, y uno abierto dependerá del modelo y talla), guantera tras el escudo con una capacidad también algo limitada, y pensando en compartir los desplazamientos en compañía estriberas plegables.

A bordo

El comportamiento es sensacional. A la noble conducta característica de los “rueda alta” se le añade un toque con cierta agilidad, que va que ni pintado para el uso urbano, por el que siente vocación, y que suaviza esa “rigidez” que suelen mostrar otros modelos de esta especialidad cuando quieres trazar “a mano alzada”, esto es, un poco a tu aire.

En lo que respecta al propulsor, se aprovechan de nuevo las sinergias del grupo Piaggio, impulsándolo un potente motor LEADER refrigerado por agua con culata de cuatro válvulas en su versión de carburación, que apura el límite de los 15 CV y que, como veremos más adelante, es el responsable de sus buenas prestaciones. Como conocemos de otros scooters que también lo utilizan, es un motor que le gusta ir subidito de vueltas para sacarle todo su jugo; así que no te extrañe que sea tan “zumbón”. La posición de conducción es realmente cómoda.

Como representante de tallas medias, está a mi medida: las piernas caen bien del asiento sin flexionarlas y se “echa el ancla” sin problema cuando hay que detenerse en un semáforo, aparte de que las manos y mandos están muy bien colocados. Pero como no hay nada perfecto, le ponemos un defectillo: la superficie para apoyar los pies es tan justita, que si calzas más de un 41 las puntas de los zapatos tienen que asomar un poco por fuera del escudo.

Lo que no creo que te termine de acostumbrar a nadie es el sistema de apertura del asiento. Debería centralizarse en el contacto, como Dios manda, pero en este caso se encuentra en una cerradura independiente por el lateral izquierdo, en una posición muy baja e inclinada hacia dentro. Lo padecerás cuando tengas que acceder al interior, tanto para guardar cosas (el casco no, como ya se ha comentado) como para los repostajes.


Línea de tierra

En general, el Rambla está muy equilibrado. Y en ese equilibrio dinámico también influyen los componentes que “tocan el suelo”. Los neumáticos los firma Maxxis. No es una marca occidental, pero, por lo que hemos comprobado, no tienen punto medio: o van fenomenal o mejor cambiarlos a la mínima oportunidad. El Rambla monta afortunadamente los del primer grupo. Y en contacto con las ruedas, encontramos también unas suspensiones bien taradas –algo dura la horquilla delantera- para proporcionar comodidad sin llegar al flaneo típico de las muy blandas. Rematando la faena, un tándem de frenos de disco de 260 y 220 mm con latiguillos de trenzado metálico, más que suficientes para las ya de por sí buenas prestaciones que ofrece. En definitiva, un “rueda alta” muy homogéneo, con defectillos subsanables y a precio atractivo.

 
En compañía

El Rambla está bien pensado para compartir los desplazamientos acompañado. Su asiento delimita perfectamente las zonas de ambos tripulantes, y no resulta alto para acomodarse sin que sea necesario subirse al escalón de una estribera. El mullido, sin ser excesivamente generoso, cumple con eficacia los trayectos urbanos.

Las manos se agarran en unas asideras laterales, dispuestas en un lugar adecuado y con una ergonomía correcta para que cualquiera -por muy inexperto viajero que sea en una moto- pueda sujetarse con naturalidad y sin posturas forzadas. Para los pies, se han dispuesto unas estriberas plegables que, incluso, permiten estirar las piernas en una posición relajada.

Con lupa

El tren delantero cuenta con la peculiar rueda de 15 pulgadas, disco delantero de 260 mm y una horquilla tirando a dura que contribuye a darle un toque deportivo. Se les ha olvidado borrar la marca de la pinza… El frontal aporta personalidad propia al Rambla, con la doble óptica de faro, los intermitentes más elevados y una calandra que oculta el radiador por una rejilla tipo panal de abeja. Otro de los detalles típicos de un “rueda alta” es el gancho portabolsas. Es escamoteable y se encuentra por encima de la guantera para que, lo que cuelgues, no estorbe en la conducción.
El tablero es sencillísimo: un reloj velocímetro con cuentakilómetros total y parcial, y cuatro testigos luminosos. Ojo con la cerradura de contacto: tiene posición ‘P’ para dejar la dirección bloqueada con las luces encendidas; si te despistas te puedes encontrar sin batería. El suelo plano es muy justito y, en ocasiones, debes llevar la punta de los pies hacia fuera. Afortunadamente, los pies del pasajero descansan en unas estriberas y no te molestarán. Se echa en falta la pata de cabra. El motor es el LEADER refrigerado por agua con culata de cuatro válvulas, aunque en versión alimentada por carburador. Se declaran 15 CV de potencia y te pide llevarlo muy alto de revoluciones.
En la piña derecha encontramos no solo el botón de arranque sino un cortacorrientes y el mando “MODE” para controlar las diferentes funciones de la pantalla digital multifunción. Así no hay que soltarse de manos. Guantera tras el escudo con cerradura y con “barandilla” en su interior, para que no se desparrame el contenido. Por el lado izquierdo no es muy profundo y por el derecho está la bolsa de herramientas y la toma de corriente para el móvil. El mal endémico de la mayoría de los “rueda alta”: el hueco para el casco. Olvídate de los integrales e, incluso, de muchos abiertos. Bien por las generosas asas laterales y mal por la situación de la cerradura de apertura.


 El detallazo

Todas esas virtudes que te hemos comentado en el sanísimo comportamiento del Rambla entran en esa “magia Aprilia” que ha heredado del SportCity. Posiblemente, tiendas a pensar que el “truco de magia” se encuentra en las ruedas de 15 pulgadas. Obviamente, algo hacen, ya que una rueda de menor tamaño aporta más manejabilidad que estabilidad, aunque no es lo principal: hay más secretos encerrados en el diseño del bastidor para este buen comportamiento. El Carnaby, por ejemplo, utilizaba este mismo bastidor, pero con ruedas de 16 pulgadas y también tenía esa agilidad urbana.

Prestaciones con nuestro equipo de telemetría

Aceleración 0-50 m 5,24 s (54,3 km/h)
Aceleración 0-100 m 8,18 s (67,3 km/h)
Aceleración 0-400 m 20,83 s (96,8 km/h)
Aceleración 0-1.000 m 41,74 s (104,8 km/h)
Aceleración 0-100 km/h         23,20 s (465 m)
Velocidad máxima 106,1 km/h
Consumo 4,83 l/100 km
Autonomía 155 km
Peso total lleno 151,2 kg
Reparto tren delantero 40,1%
Reparto tren trasero 59,9%

 

 

Agilidad urbana
Precio contenido
Puesto de pasajero
Hueco bajo el asiento
Cerradura asiento
Consumo/autonomía

 

 

Ficha técnica/ Equipamiento/ Precio


 Ver FICHA TÉCNICA/EQUIPAMIENTO/PRECIO del Derbi Rambla 125

 

 

Rivales directos Aprilia Scarabeo 125 ie
Aprilia SportCity Cube 125 
Keeway Outlook 125 
Kymco People GTi 125
Peugeot Geopolis 125 Premium
Piaggio Beverly 125 ie
Piaggio Beverly Tourer 125
Suzuki Sixteen 125
SYM HD 125 Evo
Yamaha X-City 125

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